
El Bundesbank se muestra moderadamente optimista con la economía alemana, después de escapar de la recesión en el último minuto del tercer trimestre. En su informe mensual, apunta que la locomotora de Europa entrará en un estancamiento durante la recta final del ejercicio, descartando una recesión. Los expertos del banco central señalan que existen indicios de estabilización en la crisis industrial que sufre el país. Además, creen que el consumo privado seguirá apoyando el crecimiento, pese a que el mercado laboral se deteriore.
El sector industrial de Alemania se ha situado en el centro de la tormenta desatada por la guerra comercial. La producción de las fábricas alemanas, no solo el automóvil, está muy orientada a las exportaciones con la venta de maquinaria pesada y bienes de equipo. El aumento de aranceles, la ralentización de China y la incertidumbre del Brexit ha llevado al sector manufacturero a experimentar su peor crisis desde la crisis financiera de 2008. El Bundesbank, en su informe mensual donde evalúa la economía alemana, señala que hay una cierta estabilización en el sector industrial.
El análisis de la entidad indica que las expectativas comerciales de los fabricantes han mejorado, las entradas de pedidos han ido creciendo en los últimos meses y la producción está mejorando, gracias a la demanda interna, logrando compensar la oferta más débil procedente del exterior.
Para el Bundesbank, la economía y el sector industrial ya ha pasado lo peor, aunque reconoce que no habrá una recuperación a corto plazo. La reputada institución espera un estancamiento de la economía para el cuarto trimestre. "Se espera que la fase débil de la economía alemana se extienda hasta el último trimestre del año", incluye el texto del documento, pero descartando una recesión.
"Desde el punto de vista actual, no hay razón para temer que Alemania caiga en recesión"
Desde que la economía alemana ha entrado en zona de zozobra, el Bundesbank mantiene una perspectiva inalterable sobre su diagnóstico de la situación, a la espera que la encuentre tracción cuando se despeje las tensiones comerciales. La institución había pronosticado para el tercer trimestre del año la entrada en recesión técnica, pero de manera puntual. De hecho, la economía alemana escapó de ella, gracias al tirón de las exportaciones e importaciones en septiembre. Pero, al igual que el Gobierno, mantiene su previsión de crecimiento en el 0,5% para este año y una recuperación progresiva para el próximo ejercicio, con el PIB creciendo a una tasa anual del 1%.
"Desde el punto de vista actual, no hay razón para temer que Alemania caiga en recesión", afirma el Bundesbank. La demanda interna se ha mantenido inesperadamente resistente, dicen los economistas. "Es probable que el mercado laboral se mantenga bastante robusto y se espera que los salarios crezcan considerablemente, con lo que las perspectivas de ingresos de los hogares deberían seguir siendo favorables". Esto amortiguará un posible deterioro del empleo si se comienza a erosionar el trabajo en el sector industrial. Desde hace meses está habiendo destrucción de empleo en el sector.