
La economía más grande del mundo creció en el tercer trimestre del año a un ritmo del 1,9%, según publicó el Buró de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio. El consenso esperaba una expansión del 1,6%.
Una tasa de crecimiento que registra un debilitamiento moderado pero constante desde que comenzase 2019. Cabe recordar que Estados Unidos registró un avance del 3,1% en los tres primeros meses del año, que se redujo al 2% en el segundo trimestre.
"El PIB del tercer trimestre fue un poco más fuerte de lo que esperábamos pero empuja la tasa de crecimiento anual de la economía hasta el 2%, un mínimo de casi tres años", destaca Andrew Hunter, economista de Capital Economics.
No obstante, el crecimiento más fuerte de lo esperado estuvo avalado tanto por el gasto público del gobierno como el del consumidor, la inversión residencial y las exportaciones. Factores que compensaron parcialmente la caída en la inversión empresarial.
El índice de precios de las compras internas brutas aumentó un 1,4% en el tercer trimestre, en comparación con el aumento del 2,2% en el segundo trimestre. El índice de precios de consumo personal (PCE) aumentó un 1,5% ciento, en comparación con un aumento del 2,4%. Excluyendo los precios de alimentos y energía, el índice de precios del PCE aumentó un 2,2%, en comparación con un aumento de 1,9%.

Mientras que el consumidor sacaba músculo, como lleva haciéndolo desde el arranque del año, es cierto que su poderío se ha moderado con respecto al 4,6% registrado durante la primavera. En el tercer trimestre avanzó a una tasa interanual del 2,9%, aún así por encima de la media registrada desde comienzos del 2000, del 2,4% por trimestre.
Las tensiones comerciales entre EEUU y China, así como con otros socios comerciales, se han dejado notar sobre todo en el sector manufacturero, que registró una contracción tanto en los meses de agosto como de septiembre, al situarse en los 49,1 y 47,8 respectivamente.
Las compañías y los propietarios de pequeñas empresas comenzaron a reducir la contratación y la inversión en el tercer trimestre y plantean dudas a la hora de poner en marcha grandes planes hasta que se resuelva la disputa. Muchas entidades, sobre todo multinacionales, han experimentado interrupciones en las cadenas de valor o se han enfrentado a costes más altos debido a los aranceles impuestos por Washington y las consecuentes represalias de Pekín.
En el tercer trimestre, la inversión fija no residencial, que refleja el gasto empresarial en software, investigación y desarrollo, equipos y estructuras, cayó a una tasa interanual del 3%, sobre todo lastrada por una fuerte caída del 15,3% en el gasto en estructuras.
Para Andrew Hollenhorst, economista de Citi, "la debilidad en la inversión empresarial no es nada nuevo, ya que esta se ha visto más afectada por el crecimiento global más débil y las incertidumbres comerciales", manifestó. Eso sí, desde su punto de vista, pese a que el consumo ha sido excepcional en los últimos dos trimestres, el debilitamiento de las ventas minoristas en septiembre implica que hya que prestar más atención a los próximos datos para detectar cualquier otro signo de fatiga entre los consumidores.
A la espera de conocer los datos de empleo del mes que estamos a punto de terminar, que se darán a conocer el viernes, el país generó una media mensual de 161.000 puestos de trabajo en los primeros 9 meses del año, por debajo de la media de 223.000 empleos registrados en 2018. Entre los meses de julio y septiembre, EEUU generó una media de 157.000 empleos al mes. La gestora de nóminas ADP y Moody´s Analytics indicaron el miércoles que durante octubre, el sector privado sumó 125.000 empleos, por encima de lo previsto.