
Unas filtraciones periodísticas que indican que el Estado está al borde de la quiebra han causado un gran revuelo esta semana en Roma. El problema, sin embargo, no se trata de la difícil situación presupuestaria de Italia (que recibió una carta de la Comisión europea por su déficit excesivo), sino el estado de las cuentas del Vaticano.
El periodista italiano Gianluigi Nuzzi acaba de publicar un libro Giudizio Universal (Juicio Universal) con documentos inéditos sobre el deterioro de la situación financiera de la Iglesia. Nuzzi sostiene que el Vaticano está a punto de quebrar y que las reformas del papa para sanear sus cuentas son insuficientes. La situación es tan grave que la Iglesia decidió en 2018 vender las joyas de familias, por ejemplo la finca de Santa María de Galería, 424 hectáreas en las afueras de Roma.
El Papa dijo que había un problema de imagen, indicando su contrariedad a actividades especulativas finalizadas a la maximización de los beneficios. "La doctrina de la Iglesia, el riesgo y el miedo a un problema de imagen han llevado la Iglesia a congelar la operación" explicó Nuzzi al presentar el libro.
Las filtraciones de Nuzzi, conocido por ser autor de otros libros escandalosos sobre la Iglesia y que fue juzgado y absuelto por el propio Vaticano en 2016 por haber publicado las cartas filtradas por el mayordomo de Benedicto XVI, han provocado una dura reacción de la Iglesia. Pero la cúpula financiera del Vaticano, aunque negando el riesgo de una quiebra, tuvo que admitir la necesidad de una "una revisión de gastos".
"Decir que el Vaticano corre el riesgo de quiebra es falso", declaró a la prensa italiana el pasado martes el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga que forma parte del grupo de seis cardenales que asesoran al papa Francisco para las reformas económicas. "Aquí no hay colapso o default. Solo hay necesidad de una revisión de los gastos. Y eso es lo que estamos haciendo. Puedo probarlo con números", aseguró el presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, APSA, el obispo Nunzio Galantino, entrevistado por el diario católico italiano Avvenire.
El libro de Nuzzi desvela que APSA, "por primera vez en la historia" milenaria de la Iglesia, cerró 2018 con una pérdida de 43,9 millones de euros en 2018. Galantino, a cambio, defendió que "la gestión ordinaria de la APSA en 2018 cerró con un beneficio de más de 22 millones de euros". "Los datos contables negativos se deben exclusivamente a una intervención extraordinaria destinada a salvar el funcionamiento de un hospital católico" añadió el obispo.
De los 101 millones a 51
La crisis financiera, según Juicio Universal, está relacionada con la caída de los ingresos y la mala gestión de patrimonio inmobiliario. El principal problema es la disminución del Óbolo de San Pedro, las donaciones a la Iglesia que, según los datos presentados por el libro se ha reducido a la mitad en una década (de los 101 millones de 2006 a los 51 de 2018). "La crisis hace que el 58% sirva para sanear las cuentas de la Iglesia, mientras que el 20% se queda como depósito. El resultado es que de cada diez euros sólo dos van a los necesitados" explicó Nuzzi al diario italiano La Repubblica.
La mayor sorpresa que describe el periodista es la composición: "los privados son solo el tercer donante. En el primer lugar están las diócesis. En el segundo, las fundaciones". Entre los países, los principales donantes, (con más de 1,5 millones de euros cada uno) Italia y Alemania registran una caída superior al 20%, mientras que España es el país que menos ha reducido su aportación (-11% a 323.000 euros anuales) aunque son las diócesis que, a través de un aumento de las donaciones del 25%, compensan la caída del 63% entre los privados.
Otro gran problema financiero del Vaticano es la gestión de su patrimonio inmobiliario. "Hay una situación económica negativa porque las donaciones han caído en picado y los documentos indican las ineficiencia de la gestión del patrimonio inmobiliario. Por ejemplo el 40% del patrimonio de APSA no garantiza ingresos. Un dato que sería insoportable para cualquier tipo de finanzas. La anunciada revolución en la gestión de los inmuebles no se ha realizado" indica Nuzzi, recordando además que la UE ha pedido a Italia que elimine la exención del impuesto sobre bienes inmuebles de la que goza la Iglesia Católica, por un valor de 5.000 millones de euros.
Galantino defiende que alrededor del 60% de los apartamentos de APSA se alquilan a empleados necesitados, a los que se les cobra un alquiler reducido. "Se trata de una forma de vivienda social. Si esto lo hacen las grandes empresas privadas, son acciones encomiables que cuidan del personal.
Contabilidad paralela
Nuzzi asegura que tras la reforma económica de 2018 impulsada por el Papa en los registros del APSA -la principal entidad financiera del Vaticano- surgió una contabilidad paralela, "con cuentas secretas de cardenales y presuntos testaferros que cubrirían a políticos y empresarios cercanos a la Santa Sede". Según el periodista, el Papa habría pedido cerrar las cuentas sospechosas, pero los inspectores le habrían hecho saber que "el doble fondo vaticano es prácticamente imposible de eliminar".
Nuzzi afirma que cinco cardenales, (entre los que cita al español Eduardo Martínez Somalo, de 92 años y que tuvo varios cargos en la curia vaticana) tienen cuentas millonarias en la APSA. Esto explica que la reacción de la cúpula vaticana contra el nuevo libro de Nuzzi haya sido muy dura.