Economía

Manuel Arellano, un español en la batalla de las ideas del Nobel de Economía

  • Con un estudio sobre el perfeccionamiento de las estimaciones dinámicas
En el atril, el español profesor del CEMFI, Manuel Arellano.

El próximo lunes saldremos de dudas sobre si el nuevo Nobel de Economía puede ser, por fin, un español. La candidatura del español profesor del CEMFI Manuel Arellano es contemplada por las quinielas como una de las favoritas, seguida de los profesores Alberto Alessina (Harvard), Persson (Estocolmo) y Tabellini (Bocconi) y otros más conocidos (y eternos candidatos) como Robert Barro (Harvard) o Ariel Rubinstein (Tel Aviv). Sería la primera vez en la Historia que un español sería laureado con el Nobel que más tardó en crearse y que supone una compensación económica de casi un millón de euros para el agraciado.

El mundo de las quinielas sobre los Nobel de Economía está en los últimos días ofreciendo ternas que en su gran mayoría son creíbles teniendo en cuenta los criterios de la Real Academia de Ciencias de Suecia. Especialmente, hay dos fuentes más fiables: por un lado, Clarivate Analytics pone como posibles ganadores al citado Rubinstein, Brian Arthur del Instituto Santa Fe de Nuevo México y los profesores Søren Johansen y Katarina Juselius de la Universidad de Copenhague. Por otro lado, una fuente que suele acertar es el profesor Francesco Trebbi, de la Universidad de British Columbia, que apuesta por Alessina, Persson y Tabellini, habiendo acertado el Nobel del año pasado para Paul Romer.

Este año, la diferencia entre los terrenos teóricos y los prácticos es extraordinariamente notable

El Nobel de Economía no es ajeno a los grandes debates que se están produciendo en esta disciplina. Si bien lo que se premian cosas como descubrimientos científicos relevantes, aportaciones capitales para el mundo o trayectorias excepcionales de gran valor intelectual o material en un largo período de tiempo, el Nobel también sirve para posicionar temas y debates relevantes a corto plazo que de otra manera quedarían solamente en los medios especializados y no llegarían al gran público.

En este año, la diferencia entre los terrenos teóricos y los prácticos es extraordinariamente notable. Por un lado, están los economistas netamente teóricos que han aportado instrumentos a la ciencia económica. Es el caso del profesor Arellano. Cualquiera que haya estudiado Econometría avanzada, se ha topado con su nombre asociado a otro académico (el profesor de Oxford Stephen Bond) los cuales dieron nombre en 1991 a un tipo de estimador en paneles dinámicos de datos, que permite realizar estimaciones consistentes cuando hay relaciones de dependencia entre una variable y sus observaciones pasadas, especialmente las que son más recientes en el tiempo.

En una línea similar se encuentran los profesores Johansen y Juselius en el campo de las series temporales y la búsqueda de relaciones estables (que no correlaciones) de carácter no espurio entre variables económicas. Y en la línea de la teoría de juegos está el profesor Rubinstein con desarrollos muy interesantes de aplicación en política económica y regulación de mercados.


A la práctica del sector público

Y, por otro lado, están los investigadores que declinan sus hallazgos hasta consecuencias prácticas de aplicación a política económica. Precisamente, la quiniela de Trebbi se centra en esta área. Sin duda, el más relevante de los tres seleccionados es Alberto Alessina, quizá el estudioso más importante de los últimos años en materia de política fiscal, gasto público y reforma fiscal. Gracias al profesor Alessina sabemos cómo la "austeridad" no es dañina para la economía sino todo lo contrario en períodos de crisis. Una de sus aportaciones capitales para la ciencia económica es la demostración de que la mejor manera para cuadrar las cuentas públicas y lograr la estabilidad presupuestaria es bajando el gasto público y no subiendo los impuestos, además de mostrar como más eficaz y más expansiva para la economía una bajada de los impuestos que una subida del gasto público.

El caso de los profesores Persson y Tabellini, son buenos ejemplos de la rama de estudio institucional de la Economía. Sus principales obras son "Las consecuencias económicas de las Constituciones" y "Política Económica". Es una constante en sus investigaciones la minuciosidad a la hora de determinar las consecuencias de las políticas y las condiciones necesarias de aplicación en ámbitos como la distribución de la renta, la fiscalidad y la teoría del voto, incluso aplicando las aportaciones más valiosas de la Public Choice.

Actualmente es más valioso galardonar aquellos elementos que son vitales para la reforma de las economías

Por último, el caso de Brian Arthur, dentro del terreno del estudio de la empresa y la teoría de la organización industrial trata las sociedades y estructuras cada vez más complejas que requieren de un manejo sofisticado. Ahí importan las aportaciones de: Gary Becker con su "teoría del capital humano", y Robert Lucas cuando teoriza sobre que el capital humano es el único factor productivo de la economía con rendimiento creciente a escala.

No debe interpretarse esto como un conflicto o una contraposición a la hora de hacer ciencia económica. Los primeros desarrollan herramientas que los segundos aplican y amplían en la práctica, sobre todo en cuanto a modelos cuantitativos se refiere. Sin embargo, en la época actual es más valioso galardonar aquellos elementos que son vitales para la reforma de las economías y para la transición hacia los nuevos modelos productivos, que meramente descubrimientos científicos neutros de difícil aplicación práctica.

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