Vuelvo con este tema, por la importancia que tiene para los ahorradores planificar correctamente su futuro financiero, especialmente cuando nos enfrentamos a inversiones para largos periodos, como suele ser el ahorro para la jubilación. Además, las entidades que prestan asesoramiento deben ayudar a dar soluciones atractivas y comprensibles para incentivar este ahorro.
Todos entendemos que a mayor horizonte de inversión se puede asumir un mayor riesgo -aspirando, en consecuencia, a una mayor rentabilidad-, pero también es comprensible que sentarse en un activo de alto riesgo durante un plazo largo no garantiza alcanzar la rentabilidad deseada.
Debemos seleccionar aquellos activos que nos pueden aportar este extra de rentabilidad y realizar un seguimiento sobre los mismos. Valorar en que momento del ciclo económico nos encontramos y, por tanto, cuáles son los activos que mejores perspectivas tienen en cada momento, sí parece una estrategia más sensata.
Por otra parte, nuestro perfil de riesgo se debe ir adecuando en el transcurso de la vida, siendo más lógico que vayamos girando hacia posiciones más tranquilas cuanto más cerca nos encontremos del momento de la jubilación y, por tanto, al verse reducido nuestro horizonte temporal.
Debemos seleccionar aquellos activos que nos pueden aportar este extra de rentabilidad y realizar un seguimiento sobre los mismos
Una alternativa es canalizar este ahorro hacia los llamados planes de pensiones de ciclo de vida. Estos planes realizan la gestión por el cliente, ajustando el riesgo de la cartera a medida que se acerca la fecha marcada como objetivo del producto, adecuando la distribución de activos a medida que se acerca la edad de convertirse en pensionista.
Es decir, enfocan su estrategia hacia una fecha determinada (año 2030, 2040) fecha objetivo de la inversión, adecuando las inversiones en función de ese horizonte. De esta forma, el gestor asume un mayor riesgo en los primeros años para ir disminuyendo dicha exposición a medida que se reduce el tiempo hasta la jubilación.
De esta manera, los clientes solo deben preocuparse por establecer el horizonte temporal adecuado a la fecha en la que prevean disponer del plan de pensiones (incluso más allá de la edad de jubilación, en función del patrimonio de cada cliente), y es el gestor del plan el que asume la responsabilidad, tanto de seleccionar los activos, como de ir modificando la cartera a lo largo del tiempo.
Realmente más que un producto es una solución de inversión adaptada a las circunstancias especiales de cada colectivo de ahorradores, aportando al cliente una forma fácil y comprensible de abordar una inversión.