
Los tres principales operadores de telecomunicaciones europeos presumen desde hace muchos años de ser gigantes verdes. Se trata de Telefónica, Vodafone y Orange, cuyas filiales españolas se han comprometido con el mercado y la sociedad en la reducción de consumos energéticos, el reciclado y la mejora de todos los procesos.
Las tres multinacionales coinciden en "ir mucho más allá de las legislaciones nacionales y europeas", gracias a la puesta en marcha de sistemas ambientales que les permiten controlar los riesgos y generar oportunidades vinculadas con la ecoeficiencia y la reducción de la huella medioambiental. Asimismo, las tres mayores telecos del país centran parte de su atención ecológica en la red, ya que dicha infraestructura es la que acapara la mayor parte del consumo energético de las tres empresas.
Telefónica, líder del mercado español, recalca en su última memoria de sostenibilidad su empeño por compartir elementos de red móvil siempre que sea posible, ya sea con otras operadoras o con empresas gestoras de torres de telecomunicaciones, como es el caso de su filial Telxius o la también española Cellnex. Todo lo anterior, según Telefónica, "redunda en un menor impacto visual, energético y en una reducción en la generación de residuos". De esa forma, la filial española de Telefónica disponía a finales de 2015 de un total de 33.878 estaciones base compartidas con otras firmas en el país.
El compromiso ambiental de Telefónica gira en torno a la Economía Circular, cuyos principios incluyen materiales y recursos renovables y ecoeficientes, junto con conceptos como "compartir y reutilizar, innovación, ecodiseño, reciclaje, virtualización y desmaterialización".
Telefónica explica en su informe de gestión su apuesta por la compra responsable a través del TCO (Total Cost Ownership). Esta estrategia global establece criterios relacionados con la compra baja en carbono y en la adquisición de bienes reciclados y sostenibles. En cuanto al consumo de papel, el operador fomenta el uso del material reciclado, así como el origen sostenible del papel de fibra virgen. De la mano de esta medida, la compañía evitó 129 toneladas de CO2 con el uso de 230 toneladas de papel reciclado.
Según incide Telefónica, "la reutilización no es una opción", sino que es la mejor alternativa para el tratamiento de los residuos. De esa forma, el operador recicló el 97,2% de las 25.896 toneladas de residuos que generó durante 2015. "Cerca del 70% de nuestros residuos son cables que se originan en el proceso de transformación de nuestra red. Su reutilización no es posible, pero sí su reciclaje, por lo que el 97% es reciclado por empresas especializadas", explica el grupo.
El Plan de Eficiencia Energética de Telefónica ha permitido a la teleco ahorrar más de 64 millones de euros en consumos de energía desde 2010. Al mismo tiempo, la empresa ha conseguido reducir la intensidad energética en un 25%. Además, Telefónica recalca que más del 16%de la energía que utiliza el grupo proviene ya de fuentes renovables.
La digitalización de las facturas de los clientes es otro de los ejemplos de ecoeficiencia desarrollados por Telefónica, tarea que ya comparten más de 45 millones de abonados del operador en España.
Estrategia de Vodafone
Como ocurre con las grandes compañías del mundo, Vodafone España dispone de un sistema de gestión ambiental que le permite minimizar el impacto de su actividad en el entorno y mejorar constantemente sus procesos desde el punto de vista ecológico. Los principales aspectos del referido sistema de gestión se centran en consumos de recursos eléctricos, materiales para fabricación de equipos, así como el despliegue responsable de red y el cumplimiento estricto de la regulación sobre los campos electromagnéticos. En este último caso, Vodafone asegura que el 100 por cien de sus estaciones base mantienen niveles de emisión inferiores a los límites establecidos en la ley.
En la cúspide de estas inquietudes ambientales se encuentra la referida Economía Circular, término también utilizado por Telefónica. Según Vodafone España, desde la compañía se han establecido sistemas que permiten minimizar la generación de residuos para facilitar su adecuado tratamiento. Al margen de las consideraciones propias que dicta la legislación, Vodafone se reconoce predispuesta a fomentar acuerdos de compartición de emplazamientos de sus instalaciones de red o "simplificaciones en las tramitaciones administrativas", así como impulsar los mecanismos necesarios para "asegurar el correcto uso del espectro radioeléctrico y el aseguramiento de la calidad de nuestros servicios".
En la gestión del consumo de la energía en la red de Vodafone España, elemento que acapara más del 95% del consumo eléctrico del operador, la compañía informa de que ha implantado un conjunto de medidas de eficiencia entre las que destaca el Plan de Actuación en la Red de Centros Core, referido a la climatización. En concreto, el proyecto se centró en la aplicación masiva de mejoras en 67 centros de procesos de datos repartidos por todo el país y que prevén "ahorros anuales del 80% con respecto al consumo actual en climatización".
Así, en esas infraestructuras críticas, el operador ha instalado pasillos fríos mediante la colocación de "cerramientos flexibles de PVC y sellado de aberturas que provocaban pérdidas de carga en zonas innecesarias y disminución de los caudales de aire disponibles". También ha implantado equipos de free cooling directo integrados en el sistema de gestión del centro para coordinar su funcionamiento con el del resto de equipos de climatización. Asimismo, el operador ha sustituido los tradicionales sistemas de humectación por electrodos por nuevos equipos diseñados específicamente para el asunto, lo que genera una reducción del 90% del consumo en humectación. Por todo lo anterior, respecto al ejercicio 2006-07, la reducción del consumo de energía por elemento de red (móvil y fija) se cifró en el 32,8%.
En su memoria de sostenibilidad, Vodafone España recalca que continúa "en el proceso para avanzar hacia el objetivo de reducir el consumo de energía por elemento de red en un 50% para 2020 con relación a los datos del ejercicio 2006-07 que se toman como referencia".
No obstante, el operador justifica el "ligero retroceso en el ritmo de disminución del consumo de energía por elemento" de red debido al "notable aumento de nuestras instalaciones de red móvil (Proyecto Spring) y fija (compra de Ono por Vodafone España), como de que la mayor parte de las medidas de eficiencia ya estaban implantadas". De esa forma, la compañía contempla "desarrollar nuevos planes en los próximos ejercicios con el fin de continuar mejorando la eficiencia energética".
Respecto a los residuos, Vodafone apunta que ha recogido más de 144.000 terminales durante el ejercicio 2015 y 2016, mientras que en su organización han consumido 34,4 toneladas de papel de oficina, en su totalidad con el Certificado de Gestión forestal Sostenible, para así contribuir a la conservación del medioambiente.
Apuesta de Orange
Orange España promueve estos días la iniciativa Reciclator, una actividad que fomenta entre los escolares y profesores para recoger móviles en los colegios (de Tercero a Sexto de Primaria) con el objetivo de plantar un árbol por cada terminal recuperado para su reciclado. Según explica en su página web, un móvil puede funcionar siete años, sin embargo, la gente no suele utilizarlo más de tres años.
Por ese motivo, en España existen más de tres millones de móviles que no se utilizan guardados en los cajones. Frente a ese escenario, Orange recuerda que cada dispositivo es una pequeña "mina urbana", ya que los materiales con los que se fabrican los smartphones son muy escasos. Además, el operador señala que cada vez que recoge 12.000 móviles se crea un puesto de trabajo para una persona desempleada.
Las mismas fuentes del operador enarbolan la bandera tecnológica como argumento ambiental debido a las mejoras de eficiencia que proporciona, tales como la reducción de las emisiones de CO2 gracias a nuevos servicios como "en la nube" y la comunicación M2M (máquina a máquina) o los servicios NFC, que permiten avanzar en el concepto de la smart city.
El ideario ecológico de Orange se resume en cinco grandes compromisos, todos ellos liderados por la inclusión "de las consideraciones ambientales y mejores prácticas en las decisiones y procesos de negocio como operador integrado de comunicaciones". El primero consiste en el cumplimiento de la "legislación ambiental vigente y de aquellos otros requisitos suscritos por Orange, así como la adopción, siempre que sea posible, de futuras normas de aplicación, particularmente en el ámbito de los equipos eléctricos y electrónicos y en el de los campos electromagnéticos". El segundo aboga por el establecimiento de programas que mejoren de forma continua "el desempeño ambiental y la interacción de nuestros productos, servicios, oficinas, centros técnicos e infraestructuras de comunicaciones con los aspectos ambientales afectados por la actividad, así como la revisión periódica de éstos".
El tercer objetivo pretende prevenir, de forma generalizada, la contaminación, la reducción de los impactos ambientales y el uso eficiente de los recursos en el despliegue, adecuación y mantenimiento de la red de comunicaciones, oficinas y centros técnicos, así como en la prestación de servicios. El cuarto mandamiento aboga por la "formación y sensibilización ambiental de los empleados, de forma que se asegure el desarrollo de su labor con el máximo respeto al medioambiente, fomentando asimismo el respeto ambiental entre los proveedores clave".
El quinto y último propósito se propone impulsar la "comunicación y colaboración con las Administraciones Públicas, asociaciones empresariales, organizaciones de consumidores y usuarios así como otras partes interesadas", para que ayuden al operador a mantener unas relaciones de colaboración satisfactorias.
Relacionado con todo lo anterior, Orange España informó meses atrás sobre la renovación de su Certificación Medioambiental hasta 2016, tras haber superado la última auditoría llevada a cabo por Aenor.