La pandemia de coronavirus ha hecho que tengamos que convivir con la mascarilla, incluso dentro de nuestros coches. También ha provocado que, si no la usamos en el interior de los vehículos nos expongamos a multas. Pero no solo causa sanción no portar este elemento de protección, hay otro supuesto en el que infringiríamos la ley.
Se trata de ese momento en el que decidimos que, mientras conducimos, en pleno trayecto, nos quitamos la mascarilla al volante, ya sea para un rato o de forma permanente. Como al hacerlo debemos retirar la vista de la carretera un tiempo indeterminado, puede considerarse una práctica de conducción temeraria.
Este tipo de infracciones se consideran muy graves y conllevan una multa de 500 euros y, además, la retirada de seis puntos en el carné de conducir, por lo que se trata de un aspecto muy importante a tener en cuenta para evitarnos un susto y garantizar la seguridad de los demás.
Esta multa no tiene que ver con una de las más comunes al volante en cuanto a las mascarillas: el hecho de no llevar este elemento de protección supone una multa, pero menor.
La Ley que regula la transición a la llamada 'nueva normalidad' contempla que en los vehículos privados, a no ser que los ocupen personas del mismo grupo de convivencia, la mascarilla es obligatoria. No llevarla puesta en algunos de los casos obligatorios supone una multa de 100 euros.
Además, y derivada de la llegada de la mascarilla (por el momento para quedarse) en nuestros coches, podemos incurrir en otra infracción leve: si colocamos la mascarilla colgada del retrovisor, impediremos la correcta visión del conductor, por lo que recibiremos una multa de 80 euros.
Nuevos tiempos, nuevas formas de poder caer en una sanción. Por tal razón, y como siempre, lo mejor es respetar todas las normas de seguridad, el método más fiable para no poner en riesgo a los demás y ahorrarnos un disgusto en nuestro bolsillo...y en nuestro carné.