Tráfico

Conducir con Gota fría: ocho consejos ineludibles

  • La lluvia reduce la visibilidad y rebaja la adherencia
  • Son necesarios más metros para frenar
  • La lluvia causa más víctimas que la nieve, la niebla, el granizo o el viento
Efectos de la gota fría.

Este año la gota lluvia se ha adelantado, está produciendo tormentas muy fuertes y se ha extendido más allá de la cuenca mediterránea, convirtiéndose en un fenómeno generalizado en todas la Península y Baleares. La Agencia Estatal de Meteorología ha emitió ayer un aviso especial que puede durar hasta este miércoles por chubascos y tormentas fuertes o muy fuertes. Cómo muestra de lo anterior, este fenómeno va a afectar hoy y mañana a Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares, después de haber avanzado desde el norte y el este dejando calles anegadas en Extremadura, Castilla y León, el norte de España o Madrid generando riesgos en la conducción. | La lluvia dispara un 8% los accidentes.

La gota fría, DANA (depresión aislada en niveles altos) o baja segregada, es un fenómeno meteorológico anual que suele coincidir con el inicio del otoño y la primavera en el Mediterráneo occidental que afecta en España a la costa este y Baleares, aunque sus efectos pueden sentirse en zonas interiores también.

Info de la DGT sobre el 'acuaplanin'.

Por este motivo, la primera medida que hay que adoptar es no atravesar los torrentes por mucha confianza que se crea tener. Es la causa principal de las muertes durante los fenómenos de gota fría, producidos por la imprudencia y en muchos casos la temeridad.

Pero al margen de este error fatal, la conducción en sí misma también debe ser corregida y en caso de fuertes tormentas han de incrementarse las medidas que se deben adaptar con los chubascos más suaves. Desde la DGT se recuerda que la lluvia es peligrosa por mucha experiencia que se tenga al volante o se crea tener.

El mayor número de accidentes invernales se producen con lluvia: en el período 2013-2016 (de noviembre a febrero) lloviznando se produjeron 144 fallecidos y 775 heridos que necesitaron hospitalización y con lluvia fuerte murieron 41 y 217 heridos necesitaron hospitalización. Muy por encima de la siniestralidad con nieve, niebla, granizo o viento.

La lluvia, sobre todo cuando se inicia, reduce además la adherencia de los neumáticos por el polvo, grasa, etc.

Cómo se recoge en un artículo de la revista de la DGT, el primer efecto de la la lluvia son dificultades de visión, algo vital para una conducción segura. Por eso conviene adaptar siempre la velocidad a visibilidad. La lluvia, sobre todo cuando se inicia, reduce además la adherencia de los neumáticos por el polvo, grasa, etc. que se acumula día a día en la carretera y que genera un barro peligroso y muy deslizante sobre el asfalto.

Incluso, puede llegar a producir el temido acuaplanin, en el que el coche flota sobre el asfalto sin adherencia. Pero las lluvias torrenciales, aunque limpian pronto el asfalto, complican la conducción por las dificultades de visión, agarre, etc.

Luminosidad

Lo primero a tener en cuenta es que la luminosidad en días de lluvia es mucho más reducida. Y, por lo tanto, dificulta nuestra visión y la del resto de conductores. La propia lluvia ya supone un importante hándicap que dificulta la visión en muchos momentos.

La visibilidad se reduce.
La visibilidad se reduce.

El barro y la grasa que suele haber en la carretera llega al parabrisas y dificulta una correcta visión pues hasta la limpieza con los 'limpias' no siempre es la más correcta. Sobre todo si estos no están en perfecto estado. Otro problema añadido es el empañamiento de los cristales, que a veces pueden ponernos en serias dificultades.

¿Qué hacer?

Lo principal, llevar en perfecto estado faros, luces traseras y cristales, sobre todo los delanteros, algo fundamental para su seguridad. Según recuerdan en el artículo de la DGT, aunque muchos coches activan las luces de día automáticamente, los que no tengan este sistema deben encender las luces para ver mejor y, sobre todo, para ser vistos. Facilitará la visión de todos.

Las escobillas en buen estado son fundamentales para que, cuando se activen, barran perfectamente el agua del parabrisas y, también, de residuos salpicados por otros coches, hojas…

Hay que mantener los limpias en perfecto estado.
Hay que mantener los limpias en perfecto estado.

Aumentar la distancia de seguridad para minimizar las salpicaduras procedentes de otros coches, además de tener una mayor respuesta en caso de ser necesario frenar.

¿Cristales empañados? Hay que poner a tope el climatizador o aire acondicionado, aunque ya hay coches con sistemas automáticos antiempañamiento. Y siempre quedan los líquidos que lo evitan, o la bayeta...

Las ocho claves:

1 Adaptar la velocidad al estado del suelo.

2 Aumentar la distancia de seguridad.

3 Llevar los neumáticos en perfecto estado.

4 Evitar frenazos bruscos.

5 Llevar siempre las luces encendidas.

6 Hacer las maniobras suaves, sin brusquedad.

7 Vigilar que el sistema para desempañar cristales funciona correctamente.

8 Comprobar que funcionan bien el limpiaparabrisas y las escobillas.

Hay que aumentar la distancia de frenada.
Hay que aumentar la distancia de frenada.

No obstante, no son los únicos consejos que conviene seguir en tiempo de lluvia. Hay otros como se recoge en este artículo.

Metros de frenada

Hay que tener en cuenta que la distancia de frenado con suelo mojado se alarga considerablemente: a 50 km/h la distancia de frenado se puede casi duplicar y a 120 km/h, un coche que en seco frenaría en unos 80 metros necesitaría más de 115 para detenerse.

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