
Lo que estamos viendo aquí es un coche muy especial, no se trata de un modelo de fabricación en serie sino de un 'one-off, es decir, una unidad única diseñada en el centro de estilo de Ferrari a petición de un cliente de la marca. Sí, en la firma del cavallino, de vez en cuando, premian así a sus clientes más especiales. En este caso se trata de un coleccionista que proviene de una familia con devoción por la marca. Todo esto hacía de él el socio perfecto para llevar a cabo un proyecto tan exigente, que requería un alto nivel de tanto de interacción como de implicación emocional.
La idea básica del cliente era crear un prototipo de deportivo moderno inspirado en los modelos icónicos de la historia de Ferrari: por un lado los 330 P3 y P4 y, por otro, el Dino 206S, han sido los espejos en los que se ha mirado el nuevo modelo para definir algunos de sus trazos. Estos coches crearon sus propias normas de diseño en su época y, aunque fueron concebidos como modelos de carreras, influyeron también en toda una serie de coches de calle.
Por su parte, el objetivo del centro de diseño de la marca era escuchar los requerimientos de su cliente sin perder de vista la idea de crear un modelo decididamente moderno. Se trataba de recrear la forma sensual de aquellos modelos icónicos pero con un diseño que tampoco hiciera grandes concesiones al pasado.

Según aseguran en Ferrari, este proyecto arrancó en 2015 y ha tenido la fase de desarrollo más larga de todos los one-off que han hecho hasta el momento. El periodo de gestación ha sido largo e intenso por varios motivos: primero, porque se ha investigado a fondo para acabar definiendo un estilo muy concreto; después, la fase de desarrollo de ingeniería ha sido larga, con meticulosos análisis de parámetros de rendimiento y minuciosas pruebas de aerodinámica.
Al ser un coche homologado exclusivamente para su uso en circuito, han tenido bastante libertad para jugar con el diseño y la aerodinámica. No obstante, a petición del cliente el coche ha sido concebido con un doble espíritu. Por un lado cuenta con una configuración de carrereas, que incluye un agresivo alerón de fibra de carbono y llantas de 18 pulgadas monotuerca; por otro, el denominado 'paquete de exposición' cuenta con llantas de 21 pulgadas y carece de elementos aerodinámicos para resaltar la pureza de sus formas y hacer el coche más llamativo.

Por si alguien se está preguntando si todo el desarrollo del coche ha partido de cero, lo cierto es que no. Por mucho dinero que hay de por medio no es rentable hacer, por ejemplo, una plataforma exclusiva para un coche del que sólo se va a fabricar una unidad. Es por ello que, diseño de carrocería al margen, el Ferrari P80/C parte del chasis de un Ferrari 488 GT3, con modificaciones para adaptarse a los requisitos del nuevo modelo.
Igualmente, el motor es el 3.9 V8 Twin Turbo ya conocido de otros modelos. En el caso del Ferrari 488 Pista o el más reciente Ferrari F8 Tributo llega a alcanzar los 720 CV, así que cabe pensar en una cifra similar para el P80/C. O quizá sea inferior, ya que este propulsor no sobrepasa los 600 CV cuando va destinado a coche de competición, y el P80/C se mueve justo entre esos dos mundos.

En el interior llaman la atención los asientos tipo bacquet de color azul, el display digital para la instrumentación, la consola repleta de interruptores y el volante de carreras similar al de un F1.