
El carsharing de coches 'cero emisiones' es un servicio en pleno auge en España, concretamente en Madrid, donde ya se concentran cuatro compañías de este ámbito: car2go (propiedad de Daimler), emov (PSA y Eysa), Zity (Ferrovial y Renault) y Wible (Kia y Repsol).
Está última, la más reciente en llegar, acumula cinco meses operando en la capital y ya cuenta con 45.000 usuarios. Una cifra que, aunque aún se sitúa lejos de los más de 120.000 clientes de Zity o los más de 200.000 de emov y car2go -las primeras en aterrizar-, refleja la gran acogida del coche compartido por parte de la clientela madrileña. Por este motivo, Wible anunció este jueves la ampliación del área de servicio a Alcobendas y Campo de las Naciones.
El carsharing de Kia y Repsol da así un paso encaminado a sostener un crecimiento al que contribuyen en gran medida sus tres 'bases' fuera del perímetro de la M-30, ubicadas en Villaverde, Las Tablas y Pozuelo, y la principal diferencia respecto a sus competidores. Pero ¿qué son, qué se hace allí y qué provecho puede sacar el usuario?
Para dar respuesta a estas preguntas, Wible abrió a Ecomotor las puertas de su sede de Villaverde, el núcleo de operaciones de la compañía.
Ubicado en la calle Laguna del Marquesado 37, este establecimiento, al igual que los otras dos naves mencionadas, se erige en un punto de intercambio entre coche privado y compartido. Es decir, permite al usuario llegar hasta allí en su automóvil, acceder al parking de la entidad y dejarlo aparcado gratuitamente mientras utiliza el de Wible. Una alternativa que cobrará especial relevancia a partir del 30 de noviembre, cuando entrará en vigor el gran área de prioridad residencial, conocida como Madrid Central, que vetará el acceso a los vehículos de no residentes salvo aquellos con el distintivo ambiental ECO o Cero de la Dirección General de Tráfico (DGT), que podrán "estacionar libremente y sin límite de tiempo en las zonas SER, circular y aparcar también en todos los escenarios del nuevo protocolo por alta contaminación", recuerda el CEO de WiBLE, Javier Martínez Ríos.
Asimismo, esta base de operaciones, otrora una ITV que llevaba sin prestar servicio dos años, actúa como zona de conexión con el Centro de la ciudad en sentido adverso, de modo que los clientes que viven en el sur -o en las Tablas o en Pozuelo- pueden desplazarse en coche hasta una ubicación mucho más cercana a su domicilio.
¿Qué hay en el interior?
Nada más llegar, los conductores se topan con una barrera automática que debe abrirse con un código QR a través de la aplicación de Wible. Una vez en el interior, existe un espacio reservado para dejar el vehículo privado -unas 100 plazas entre Villaverde y Las Tablas-, y justo enfrente se encuentran los Wible disponibles. Cuando el cliente regrese a la base con el Kia Niro Plug-in, el modelo con el que opera este carsharing, la barrera se abre automáticamente gracias al lector de matrículas.
¿Y qué hay de puertas para adentro? A 'grosso modo', todo aquello que posibilita el mantenimiento de los vehículos. Es decir, diferentes áreas como un pequeño taller o un túnel de lavado que permiten la puesta a punto mecánica y conservar limpios los vehículos, entre otras labores. En palabras de Borja Giménez Garaizabal, director de Operaciones de Wible, el centro "cobra vida por la noche, pues entre las 22 horas y las 6 horas del día siguiente se mueven 100 coches para revisar los daños, recargar las baterías, limpiar los vehículos y hacer una revisión mecánica y puesta a punto". Una ardua labor que es viable gracias a las "aproximadamente 50 operarios que tenemos y se encargan de las diversas labores", relató.
Así son las 'entrañas' de la sede de Villaverde
Taller
Se trata de un emplazamiento clave. Aquí es donde se acometen los retoques necesarios como "cambiar cualquier piloto, arreglar posibles toques en el paragolpes o pintar arañazos", explicó Borja Giménez.
Para facilitar la gestión, Wible cuenta con un equipo -de un total de tres- que se denomina 'retén' y se dedica a solventar situaciones de emergencia "en un tiempo aproximado de media hora". Se entienden como emergencias situaciones como averías importantes que impidan el desplazamiento del vehículo o automóviles que se han aparcado en lugares indebidos, como una plaza de discapacitados, de modo que el Wible en cuestión se mueve a un lugar pertinente o se retira para arreglarlo.
Puntos de carga
Ante la falta de infraestructura que aún impera en España, llama la atención a golpe de vista ver concentrados 38 puntos de recarga repartidos por toda la nave. Los cargadores, presididos por el logo de Repsol, están tanto en el interior como en el exterior. Tienen una capacidad de 7,8 kW, aunque los vehículos solo están preparados para recibir una carga de 3,6 kW, por lo que necesitan dos horas y media para completar su carga. Asimismo, el equipo de mantenimiento de Wible también se utilizan los puntos de recarga que la firma tiene en la calle para ahorrar tiempo en los desplazamientos.
Túnel de lavado
Además de limpiarlos por fuera, el equipo de Wible aspira el habitáculo, limpia los cristales o, incluso, se encarga de supervisar y ajustar la temperatura del climatizador o el volumen de la radio para el próximo usuario se los encuentre en niveles razonables al arrancar el coche, aseveró Giménez. Respecto al túnel de lavado, explicó que utiliza agua procedente de una recicladora que opera en una sala contigua.
Oficina
En la planta superior del edificio se encuentran las oficinas, el lugar de donde "salen las ideas" y donde nos "intentamos poner en la mente del cliente para tratar de desarrollar aquello que aún no se ha satisfecho y que se demanda".
Un lugar, por tanto, que a buen seguro fue la cuna del servicio de este carsharing y del que saldrán nuevas iniciativas para seguir reinventándose en los próximos años. Por lo pronto, la flota 100% eléctrica que llegará en 2020 de la mano de Kia parece ser el siguiente paso.
Actualmente, Wible cuenta en Madrid con una flota de 500 Kia Niro plug-in, que combina un motor de combustión con otro eléctrico para sumar una autonomía total que oscila en torno a los 700 kilómetros.