
El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este jueves nuevas normas pactadas con los países de la UE para endurecer las normas de control de emisiones contaminantes a los vehículos en 2020, sistema revisado a partir del fraude de Volkswagen de 2015 conocido como 'Dieselgate'. Las medidas prevén que se hagan controles más estrictos a los vehículos de motor tanto antes de ser homologados como una vez en circulación.
La Eurocámara ha aprobado con 547 votos a favor, 83 en contra y 16 abstenciones el nuevo reglamento, que ahora debe recibir el visto bueno de los Estados miembros. Estas nuevas reglas entrarán en vigor el 1 de septiembre de 2020.
Así, la reglas aclaran las responsabilidades de autoridades nacionales, centros encargados de controles y organismos de supervisión del mercado, con el objetivo de reforzar su independencia y evitar conflictos de intereses.
En concreto, obligan a cada país a realizar un número mínimo de inspecciones de vehículos cada año, por ejemplo, uno por cada 40.000 vehículos matriculados en ese país en el ejercicio anterior. Además, al menos el 20% de esos controles deberán evaluar el nivel de emisiones contaminantes.
La nueva normativa da el poder a la Comisión Europea de efectuar controles e inspecciones por su parte para verificar el cumplimiento de la legislación, ordenar la retirada de algún modelo si fuese necesario e imponer sanciones de hasta 30.000 euros a los fabricantes por cada vehículo que no cumpla con las reglas. Actualmente, el Ejecutivo comunitario sólo puede sancionar a los estados miembros y estos, en función de su legislación nacional, penalizar a los fabricantes.
De la misma forma, el reglamento introduce un nuevo régimen de inspecciones con la idea de garantizar que los vehículos mantengan durante toda su vida útil un nivel de emisiones contaminantes dentro de los límites permitidos. Además, los servicios técnicos que se encargan de la verificación serán sometidos a auditorías periódicas e independientes.
Los propietarios de los vehículos, además, tendrán derecho a un reembolso si se ven obligados a reparar si coche para arreglar defectos que posteriormente obliguen a retirar el producto.
Por último, los talleres independientes tendrán que tener acceso a toda la información necesaria sobre los vehículos para poder competir en condiciones de igualdad con los fabricantes y contribuir así a que bajen los precios de sus servicios.