Motor

Así son los transportes que vienen y los retos que plantean para las aseguradoras

Hyperloop

El desarrollo de los transportes de personas y mercancías evoluciona a una velocidad de vértigo. Conceptos propios de la ciencia ficción comienzan a acercarse a la realidad. ¿Cómo serán los coches, aviones o trenes del futuro? Lea y Descargue aquí el último número de la revista Seguros.

Mucho se ha hablado de cómo los futuros coches autónomos cambiarán la manera en la que nos transportamos. Pero dicho sea de paso, no será la única revolución que veremos relacionada con el transporte de pasajeros y mercancías. Cada época avanza gracias al esfuerzo de muchos visionarios, científicos e ingenieros que quisieron mejorar el mundo y gracias a ellos tenemos aviones, trenes, coches, cohetes espaciales, etc.

Podemos llegar a pensar que con tanto desarrollo como tenemos ahora, no surgirán nuevos transportes y que los futuros medios de transporte serán una evolución de los actuales. En cierto modo es verdad, la gran mayoría serán evoluciones de los actuales. Prueba de ello es el tren, que si bien apareció gracias a la revolución industrial, la idea de circular sobre raíles o rodadas ya existía desde antes.

Vehículos que se conducen solos

La primera evolución es la que ya hemos mencionado y cubierto en números anteriores, los vehículos autónomos. No duden en revisar los números anteriores de esta revista para ver todas las ventajas que traerán.

También los aviones están evolucionando cada día, utilizando materiales como fibra de carbono para reducir el peso total, mejorando su aerodinámica -o diseños totalmente distintos-, motores más eficientes, etc.

Pero también existen proyectos para crear aviones comerciales supersónicos. Todos recordamos el Concorde, que era capaz de unir París con Nueva York en apenas un par de horas. Una de las razones por las que no se construyeron más modelos, aparte del coste asociado, fue por el ruido generado tanto al despegar por el llamado "sonic boom", o ruido al romper la barrera del sonido. Los nuevos diseños de estos futuros aviones supersónicos están consiguiendo reducir notablemente el ruido generado por los aviones al romper la barrera del sonido -y es que no es sólo al llegar a esa velocidad, sino durante todo el tiempo en el que se mantiene en vuelo-. Puede que en 20 o 30 años veamos de nuevo aviones comerciales supersónicos.

Con los trenes hemos visto avances interesantes, pero que no terminan de cuajar. Del tren de vapor pasamos al tren diésel y al tren eléctrico. Hemos visto también cómo aparecían los maglev o trenes de levitación magnética. La ventaja de estos últimos es que al levitar el tren sobre el raíl no existe rozamiento entre partes, lo que permite unas velocidades mucho mayores. La desventaja es que consume mucha electricidad y necesita mucho mantenimiento. Además, y esto es común a cualquier tren de alta velocidad, cuanto más deprisa vaya, más rozamiento con el aire genera, gastando cada vez más y más energía sólo en mantener la velocidad actual. La siguiente evolución de los trenes, o también se podría considerar como un nuevo medio de transporte, es el Hyperloop. El fundamento del Hyperloop es parecido al de los tubos neumáticos que hemos visto en supermercados o películas; dentro de un tubo habrá un vagón de pasajeros, y éste se moverá por él hasta llegar al destino.

Dentro del tubo tendremos una presión bajísima -y el vagón estará herméticamente sellado, claro- similar a la que encontramos en la atmósfera a 50 km de altura, lo que permite salvar el problema que tienen los trenes de alta velocidad, la resistencia aerodinámica. Este nuevo sistema permitirá velocidades de 1.200 km/h, más rápido que los aviones comerciales.

Teletransporte: ¿ciencia ficción?

Otro sistema, como el teletransporte, presenta numerosos retos tecnológicos, pero que en un futuro seguramente sea posible. El problema que presentará será más a nivel ético, ya que tele transportar a una persona más bien significa leer el estado de cada átomo del cuerpo para luego descomponerlo, y regenerar, con átomos distintos pero exactamente iguales, a otra persona en otro lugar que casualmente será idéntica a ti, pero no serás tú. Sin embargo, para animales, plantas o productos manufacturados puede ser una opción viable, siempre teniendo en cuenta que lo que se envía de un lugar a otro es la información sobre la composición, no los propios átomos, por lo que se necesita de material propio en el destino para regenerar el producto final.

Los transportes del futuro serán más eficientes, silenciosos, rápidos y cómodos. Sólo podemos imaginar cómo será la evolución de los sistemas actuales, pero los que de verdad nos sorprenderán serán los que nadie haya podido imaginar antes. Personalmente espero, tras ver cómo el Hyperloop ha ido ganando adeptos, que el tubo para el transporte de personas que aparece en la serie de animación Futurama llegue algún día a hacerse realidad.

Nuevos retos para las aseguradoras

Pero por mucho que cambien los medios de transporte hay algo que no cambiará, será necesario seguir contando con el seguro para proteger nuestros desplazamientos. El mayor cambio para el sector asegurador vendrá de la mano del vehículo autónomo.

Las compañías aseguradoras ya se han puesto manos a la obra para analizar este nuevo riesgo y plantear las soluciones aseguradoras más adecuadas, una vez que descifren el enigma de a quién se le pueden atribuir los siniestros protagonizados por estos nuevos vehículos.

No es el primer cambio sustancial al que se enfrenta el sector asegurador en el ramo de autos y transportes, ya que la economía colaborativa ha obligado a las compañías a modificar sus productos y tarifas.

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