
Mucho se ha especulado sobre la alta probabilidad de que en el futuro no se necesite tener un coche en propiedad para moverse en la gran ciudad, gracias a la tecnología de los vehículos autónomos, y sobre cómo ese escenario va a repercutir en las cifras de negocios de los fabricantes. Pero no todos los expertos son tan negativos de cara al sector.
El futuro de la movilidad apunta, tras la aparición de nuevos actores como los vehículos autónomos y los servicios de coche compartido, a un escenario en el que los habitantes de las grandes ciudades no necesitarán tener un coche propio, sino que cuando necesiten uno no tendrán más que llamarlo a través de su smartphone y este, sin que haga falta conductor de por medio, le llevará al destino elegido.
El modelo esbozado por estos avanzados automóviles, que empezarán a circular en las calles en el plazo de una década dando lugar a una revolucionaria movilidad autónoma y compartida, está llamado a convertirse en un quebradero de cabeza para los fabricantes de coches: si muchas personas comparten un coche, sus ventas caerán drásticamente, vaticinan algunos expertos.
Otros, sin embargo, ven en esos temores meras ideas vagas y falsas acerca de cómo la revolución de la movilidad bajo demanda afectará a las ventas del sector automotor. Es el caso de los analistas de Deutsche Bank, quienes creen que los fabricantes no deberían notar ese acusado descenso: "La opinión de consenso es que las ventas de automóviles se reducirán y que esto será negativo para los fabricantes de equipos originales de Estados Unidos", escribe el equipo de Deutsche Bank dirigido por Rod Lache. Pero "creemos que el consenso puede estar equivocado".
Aunque conceden que en un primer momento las ventas sí pueden resentirse, precisan también que dicha disminución en el número de vehículos en la carretera coincidirá con un ciclo de vida mucho más corto de los coches, que serán mucho más utilizados que en la actualidad, en la medida en que estarán disponibles las 24 horas del día para miles de usuarios. Los analistas del Deutsche Bank calculan que la esperanza de vida de un vehículo bajo demanda será, de media, de apenas tres años.
"Las ventas en Estados Unidos, sin embargo, aumentan en todos los escenarios que hemos examinado porque el desguace del vehículo se determina por millas recorridas", explican. "Cada vehículo bajo demanda viajará más millas (de un 10 a un 20 por ciento más) que el acumulado de seis a nueve vehículos de propiedad privada que sustituya".
Este aumento en el kilometraje total es atribuible sobre todo a los viajes "vacíos", es decir, la distancia que estos automóviles viajarían entre el servicio a un pasajero y a otro. Por ejemplo, los analistas señalan que casi la mitad de las millas que los conductores uberX viajan en la Ciudad de Nueva York circulan sin pasajero.