En un mercado en el que las grandes ciudades tienden hacia una menor presencia de coches propios, las marcas premium apuestan por el coche compartido como vía para atraer a jóvenes clientes y seguir creciendo. BMW, cuyo servicio de carsharing suma casi tres años, ha decidido expandir su red por Europa en unos planes que miran hacia el desembarco en las ciudades de Madrid y Barcelona.
DriveNow es el servicio de carsharing que BMW lanzó en 2011 en colaboración la alquiladora Sixt y que, en la actualidad, utilizan cerca de 240.000 usuarios en sietes urbes: Berlín, Hamburgo, Colonia , Munich, Dusseldorf y, la única fuera de Alemania, San Francisco.
Ahora, tras tres años de vida, BMW planea dar un paso más y expandir su servicio de carsharing fuera de Alemania por entre diez y 15 ciudades europeas, más en otras diez de Estados Unidos. Lo confirmaba la semana pasada en el Salón de Ginebra Peter Schwarzenbauer, miembro del consejo de administración de BMW y responsable del programa. "Nos ofrece muy buenas oportunidades atraer nuevos clientes", explicaba Schwarzenbauer en declaraciones a Bloomberg.
El anuncio ha dado alas a la expectativa de que los coches compartidos de DriveNow lleguen a España a corto plazo. Desde BMW España no han podido confirmar a elEconomista.es cuáles son esas 15 ciudades por las que se extenderá la red de carsharing, aunque sí han precisado que tanto Madrid como Barcelona "estaban inicialmente contempladas" en los planes de expansión.
De esta forma, cabe esperar que los vehículos para compartir de BMW puedan empezar a desplegarse por las calles de las dos ciudades principales del país durante los próximos meses.
A día de hoy, en las ciudades en las que opera DriveNow, BMW ofrece vehículos por fracción de tiempo de modelos como el Mini en distintas variantes, el Serie 1, el Active E o el X1, con unas tarifas que contemplan 29 euros por el registro y entre 31 y 34 céntimos por minuto de uso más 15 céntimos por minuto de estacionamiento.
La competencia de BMW DriveNow
La apuesta de BMW por el coche compartido es firme y tiene por fin acercarse al público más joven para fidelizarlo de cara al futuro, según van creciendo en edad y poder adquisitivo. Pero DriveNow no está solo y prácticamente desde su nacimiento se enfrenta a su programa homólogo en Daimler, Car2Go, que precisamente anunciaba el mismo día que Schwarzenbauer la expansión de su red a la ciudad de Roma con una flota adicional de 300 coches de Smart.
Aquí en España, la competencia es escasa, pero ya existen algunas empresas que han ido creciendo poco a poco en los últimos años. Por ejemplo, en ciudades como Madrid o Sevilla ya funciona esta modalidad gracias a compañías como Bluemove, que confía en establecer un nuevo modelo de movilidad mediante la combinación del coche compartido con el transporte público con la señalización en la red de transporte subterráneo de los puntos desde los cuales se puede acceder a uno de sus vehículos.
Además, también hay otras opciones similares como MovoMovo, que permite a particulares ceder su vehículo personal a otros usuarios a cambio de una prestación económica, lo que permitiría, encima, beneficios extra a quienes decidieran prescindir del vehículo propio.