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Diga adiós al coche propio: las mejores alternativas para moverse por la ciudad

Circular con el coche propio por la ciudad es ya en muchos casos una verdadera odisea para los conductores, pero aún puede empeorar durante los próximos meses. Con la inminente aprobación del nuevo Reglamento de Circulación, el automóvil está llamado a convertirse en el gran antagonista de las carreteras urbanas españolas.

La futura normativa esbozada ya por Tráfico contempla medidas como la reducción de la velocidad en poblado hasta los 30 km/h. Esto conllevará que el tráfico registre una mayor variación de velocidades en la circulación urbana, lo que debería generar un aumento en la densidad del tráfico y, por tanto, en la frecuencia de los atascos. Además, el hecho de tener que circular a marchas más cortas, aumentará aún más el consumo de combustible de los coches, por lo que el gasto de moverse por la ciudad en coche será todavía mayor. ¿Dónde se encuentran las estaciones de servicio con la gasolina más barata?

Por si fuera poco, el anteproyecto del reglamento en cuestión pretende otorgar prioridad a otros usuarios de la vía, como peatones y ciclistas, por encima de los vehículos propulsados a motor, por lo que, llegado el caso, quizás haya muchos conductores a los que les interese cambiar de bando en un futuro a corto plazo.

Pero, ¿qué alternativas hay a la de moverse por la gran ciudad en coche propio? Dejando a un lado las distintas opciones del consabido transporte público y de viajar como se va 'a San Fernando', son muchas y muy variadas las elecciones que se pueden tomar al respecto.

Compartir coche, la movilidad motorizada del futuro

Por ejemplo, si aun no disponiendo (o no queriendo usar) de coche propio, uno prefiere no renunciar a la seguridad y versatilidad que ofrece el automóvil, existen dos opciones que pueden trabajar en este sentido. Por un lado, el carsharing o coche compartido, cuya incipiente presencia en las grandes ciudades aspira a revolucionar la movilidad urbana mediante la oferta de una amplia red de vehículos a disposición de cualquiera repartida por toda la urbe. Así, un usuario puede coger uno de estos coches en un punto A y, por una tarifa determinada (en torno a dos euros la hora), llegar con él hasta un punto B donde podrá estacionarlo y olvidarse de él.

En ciudades como Madrid o Sevilla ya funciona esta modalidad gracias a compañías como Bluemove, que además confía en establecer un nuevo modelo de movilidad mediante la combinación del coche compartido con el transporte público con la señalización en la red de transporte subterráneo de los puntos desde los cuales se puede acceder a uno de sus vehículos.

Además, también hay otras opciones similares como MovoMovo, que permite a particulares ceder su vehículo personal a otros usuarios a cambio de una prestación económica, lo que permitiría, encima, beneficios extra a quienes decidieran prescindir del vehículo propio.

Pero también es posible acogerse a otra opción quizás más conveniente para viajes largos, aunque también válida para trayectos más cortos como los que unen el hogar con el lugar de trabajo. Se trata de carpooling, que consiste en unir través de distintas redes sociales, como BlaBlaCar, a personas con o sin coche que compartan origen y destino similares para ahorrar en los gastos del viaje y, de paso, rebajar el nivel de emisiones y disfrutar de algo de compañía.

Hay muchos que consideran ya que compartir coches con desconocidos es ya un negocio que está cerca de revolucionar la movilidad motorizada. Hasta el punto de que las marcas automovilísticas están empezando a llevar la batalla en su competencia al terreno del carsharing, caso de Mercedes-Benz y BMW en diferentes ciudades alemanas.

Compartir también sobre dos ruedas

Pero la oferta de compartición no acaba en el mundo de las cuatro ruedas y también han empezado a surgir ya alternativas para realizar trayectos urbanos de forma más rápida, cómoda y ecológica, evitando los tediosos atascos de la gran ciudad. Son opciones como la de Motit, un servicio que ofrece, de momento sólo en Barcelona, la posibilidad de reservar una moto 100% eléctrica a través de una aplicación de smartphone y, como en el carsharing, cogerla y dejarla en cualquier punto del área que abarca. Se puede alquilar en función del tiempo o de la distancia recorrida y pone a disposición del usuario una batería plenamente cargada, el casco y hasta un GPS para orientar al piloto hasta su destino.

En Madrid, por otro lado, surgía hace unos meses un servicio similar, con la diferencia de que en este caso la moto se reservaba con piloto incluido. Son las llamadas mototaxis, cuyo nombre ya evoca el servicio de sus homólogos de cuatro ruedas, entre los que por cierto ha despertado ya un gran recelo por considerarlo "intrusismo" que les perjudica con unas tarifas inferiores.

Siguiendo subidos a las dos ruedas, es inevitable prestar atención a la saludable opción de los sistemas de bicicleta compartida que ya proliferan de forma consolidada en un buen número de ciudades españolas como Sevilla, Zaragoza o Barcelona, o que empiezan a surgir, de forma algo más desordenada, en otras como Valladolid o Madrid. En este sentido, el nuevo Reglamento de Circulación también puede actuar a modo de freno, toda vez que la DGT se propone instaurar la obligación del casco para los ciclistas también en ciudad, ante la advertencia del colectivo que avisa de que esta medida no haría sino desincentivar el uso de la bicicleta.

Opciones para ahorrar tiempo y dinero con el coche

Pero si por conveniencia, necesidad o comodidad, aún se prefiere optar por el coche propio, también hay algunas opciones que merece la pena tener en cuenta, sobre todo a la hora de aparcar. Los habituales problemas a la hora de estacionar el vehículo en la gran ciudad son un gran hándicap para los conductores que circulan por el centro. Por ello, existen pioneros servicios como el que surgía de la mano de un emprendedor en Valencia hace un año, consistente en gestionar el alquiler por horas de una plaza de garaje por parte de un particular que en ese momento está utilizando su automóvil.

Todos ganan según esta fórmula: los propietarios reciben unos ingresos fijos al mes por ceder su plaza de garaje durante unas horas diarias, independientemente de cuántas de esas horas fuera alquilada a terceros, ya que no podrían acceder a ella durante ese período de tiempo. La empresa logra sacar réditos a su inversión con el sobreprecio cobrado a quienes demanden plazas libres y éstos, a su vez, ganan en tiempo y comodidad a la hora de aparcar en zonas de difícil estacionamiento. ¿En qué ciudad española es más caro aparcar en zonas reguladas?

Y parece que la idea de reserva de plazas donde poder estacionar ha sido vista con buenos ojos por el sector de los aparcamientos de pago y adaptada por la start-up Parkclic.com, que permite al usuario utilizar su buscador para hacer una comparación de ofertas de los parkings más cercanos. Una vez elegida la mejor opción, la web también le permite reservar su plaza para la fecha y hora indicada, evitando así al conductor perder tiempo y dinero en la ardua búsqueda de sitios libres en la calle.

El coche será el gran enemigo en la ciudad

La propuesta del nuevo Reglamento de Circulación de la DGT no hace sino confirmar que el el transporte urbano tal y como se conoce hasta ahora está condenado a cambiar en un futuro a corto-medio plazo.

No sólo por las nuevas necesidades de los crecientes núcleos urbanos, sino también por la urgencia que supone el incremento de las emisiones contaminantes en las desmedidas urbes, a las que la Unión Europea ha llamado a erradicar con exigentes objetivos. Hasta el punto de que ya se comienza a especular con la posibilidad de que, como se ha hecho en otras grandes ciudades de terceros países, localidades como Madrid o Barcelona puedan empezar a restringir el acceso al centro con vehículos de combustión. En ese punto, entonces, los grandes protagonistas pasarían a ser los coches eléctricos.

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