
Tras la imputación de Renault y Volkswagen, ahora la Justicia francesa ha imputado a Peugeot, marca gala propiedad del consorcio automovilístico Stellantis, por un supuesto fraude al consumidor en relación con la venta de vehículos diésel Euro 5 en Francia entre 2009 y 2015.
De esta manera, la marca del león tendrá que pagar una fianza de diez millones de euros, de los cuales ocho serán para el pago potencial de daños y otros dos para garantizar la representación de la empresa en los tribunales.
Según ha reconocido Stellantis, casa matriz de Peugeot, deberá proporcionar una garantía bancaria de 30 millones de euros para la posible compensación de las pérdidas.
Asimismo, el consorcio francoitaloamericano ha explicado que Peugeot está evaluando la posibilidad de presentar un recurso a tal efecto.
Además, la casa matriz reconoció que otras dos de sus filiales, Citroën y Fiat, deben comparecer ante los jueces instructores de esta investigación, lo que abre las puertas igualmente a que sean objeto de acusaciones similares.
Este paso formal en la investigación judicial permitirá que las partes investigadas tengan pleno acceso al expediente y les dé la oportunidad de defenderse de alegatos que aún no han sido evaluados en el proceso contradictorio, ha apuntado Stellantis, al tiempo que ha recordado que las marcas Peugeot, Citroën y Fiat están "impacientes" por demostrar que se ajustaron a las reglas.
No obstante, el grupo "cree firmemente que sus sistemas de control de emisiones cumplieron con todos los requisitos aplicables en los momentos relevantes y continúan haciéndolo y esperan la oportunidad de demostrarlo".
Renault y Volkswagen, imputados
La Justicia gala también ha imputado a Renault por "engaño" en los dispositivos de control de emisiones contaminantes de los vehículos diésel.
El fabricante galo tendrá que pagar una fianza de 20 millones de euros, 18 de los cuales se destinarán al posible pago de daños y multas, al tiempo que deberá aportar una garantía bancaria de 60 millones de euros para afrontar las posibles indemnizaciones.
Asimismo, el Grupo Volkswagen ha sido imputado por el mismo motivo por la Justicia francesa y ha sido obligada a depositar una fianza de diez millones de euros y de una garantía de 60 millones de euros para atender a eventuales responsabilidades.
Tanto Renault como el Grupo Volkswagen se reconocieron inocentes en esta causa. Mientras que Renault negó haber cometido delito alguno y recordó que "sus vehículos no están equipados con ningún software de manipulación para el control de las emisiones contaminantes", el gigante alemán del automóvil insistió en que los consumidores franceses "no sufrieron ningún perjuicio" susceptible de ser indemnizado al comprar un vehículo Volkswagen.