
La negociación del ERE de 410 personas propuesto por Ford Almussafes no ha empezado con mal pie. Pese a que nunca es una buena noticia la salida de trabajadores, la dirección de la factoría no ha elevado el número de afectados respecto a lo planteado en marzo -antes de la crisis del Covid-19- y además se muestra dispuesta a rebajar la cifra total al asumir como propio al personal de la nueva planta de baterías, según trasladan a elEconomista fuentes sindicales tras la reunión mantenida este martes entre la empresa y los sindicatos de la fábrica.
La planta de baterías tiene entre 80 y 100 empleos por cubrir, y el sindicato mayoritario, UGT, reclamó a la mercantil que el personal que se destine a la misma sea propio, una propuesta compartida por todas las organizaciones sindicales de la factoría.
La plantilla considera crucial que este negocio no se desgaje de Ford por tratarse del futuro del trabajo en la empresa, que ensamblará un total de cuatro modelos híbridos que se harán uso de las baterías de la mencionada planta. Además, tal circunstancia podría dejar el ERTE en 350 salidas, según estiman fuentes sindicales.
Otras de las reclamaciones que parece dispuesta a atender la multinacional son que prime la voluntariedad en las salidas de los trabajadores -si bien reclama poder decidir en determinados puestos de trabajo- y, en la misma línea, que el ERE se abra a los más de 7.000 empleados del conjunto de la factoría para garantizar la máxima voluntariedad posible.
La intención de Ford Almussafes es acometer el ajuste laboral el próximo mes de junio, por lo que se augura una rápida fase de negociación con la representación social. Tanto es así que las partes ya han acordado volver a reunirse este jueves tras hacerlo este martes.