Motor

Las ventas de vehículos eléctricos se frenan ante la llegada del coronavirus

El segmento de los vehículos de propulsiones alternativas está notando la crisis del coronavirus… y más que la va a sentir. Tras un arranque de año 2020 espectacular, el mes de marzo, en el que la segunda mitad ya fue de estado de alarma en España, ya muestra números rojos.

Hay que tener en cuenta que la espectacular subida de enero y febrero viene propiciada en parte porque en este año 2020 tan especial en todos los sentidos ha entrado en vigor la normativa por la cual, si las marcas no registran en sus ventas una significativa bajada en las emisiones medias de sus vehículos... las multas serán estratosféricas. Por ello todos los agentes del proceso de ventas en la industria de la automoción (principalmente marcas y concesionarios) estaban más que implicados en que los vehículos electrificados escalaran metros y más metros en el "Everest" de las listas de ventas.

De esta forma, se habían registrado cifras de hasta tres dígitos en los porcentajes de ventas comparados con los mismos dos primeros meses del año pasado. En general, los vehículos de propulsión alternativa (híbridos ligeros, híbridos enchufables, eléctricos y propulsados a gas), habían incrementado sus ventas a 29 de febrero de 2020 un 54,61% en comparación con el 28 de febrero de 2019. En cuota de mercado sobre el total del mismo, dichos vehículos alternativos disfrutaban de un 17,39%, cuando en la misma fecha de 2019 tenían un 10,48%, casi ocho puntos más. Pero llegó el coronavirus, marzo y nos cayó como una losa encima el estado de alarma.

En el mes pasado, partido por la mitad por la normalidad y la anormalidad social, las ventas de vehículos alternativos llegaron a las 7.521 unidades, nada menos que un 38,29% menos que en marzo de 2019. Y ello, lógicamente, hizo que ese 54,61% de incremento en las ventas de febrero cayera hasta un 19,85% respecto a 2019. A 31 de marzo, se han matriculado en España un total de 39.014 vehículos de alguna de las cuatro propulsiones alternativas.

Nos podemos imaginar el mazazo adicional que supondrán las ventas de abril, primer mes con estado de alarma en pleno

Las tres propulsiones electrificadas han tenido grandes bajones en el mes de marzo que contrarrestan, de momento solo en parte, el espectacular inicio de año que tuvieron. Así, los "full-electric" habían subido un 84,77% en febrero, pero han caído un 43,16% en marzo. Los híbridos enchufables, a su vez, han caído un 20,20%, mientras que los híbridos ligeros han retrocedido un 27%.

Pero estos buenos datos de matriculaciones en el primer trimestre del año esconden algo más: estas cifras son tan altas porque los volúmenes son pequeños. En 2018, según datos de la DGT, la cuota de vehículos eléctricos era del 0,06% del total del parque.

Para encontrar una explicación hay que fijarse en el precio que tienen estos modelos y en las infraestructuras de recarga públicas disponibles.

De hecho, un estudio de Solera, denominado La descarbonización en la posventa, apuntaba que sólo dos de cada diez hogares españoles podían permitirse la compra de un coche eléctrico. Y es que el precio de partida de estos modelos supera los 25.000 euros, por lo que sólo los hogares con una renta media mensual superior a los 2.500 euros pueden plantearse electrificar su movilidad.

Así, lo señaló la patronal de fabricantes europeos (Acea) en un informe de 2018 en el que se decía que aquellos países con una cuota de pentetración del vehículo eléctrico inferior al 1% tenían un PIB per cápita inferior a los 29.000 euros. Por aquel entonces, el PIB per cápita de España era de 26.200 euros.

Además, estos modelos se concentran en las grandes ciudades, pues el 85% de las matriculaciones de eléctricos se efectuaron en la Comunidad de Madrid y Cataluña, lo que se asocia que estas ventas estén más asociadas a empresas (renting) que a particulares.

Si nos fijamos en los datos de recarga públicos, España se sitúa como el último país en materia de infraestructura de recarga, según el Barómetro de Anfac de la Electromovilidad del cuarto trimestre de 2019. Y es que si comparamos el nivel de infraestructura de recarga en España con el de Noruega, las distancias son abrumadoras. Mientras que el índice del país nórdico se sitúa en los 150,8 puntos en España se cifra en los 16,7 puntos.

Según este mismo informe de la patronal, España tiene un índice de electromovilidad por debajo de la media de los 15 principales países de la UE. Dicho índice es el encargado de medir el nivel de electrificación del mercado y del desarrollo de los puntos de recarga públicos. Así, España se sitúa en la cola de los países analizados, con 16,4 puntos, por debajo de la media de los 15 países de la UE (27,9 puntos).

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