
Hasta hace unos pocos meses, el diésel era el demonio del sector de la automoción. Ahora, la gasolina, que emite más CO2, es el nuevo "Satán". Tantos dimes y diretes, y amenazas desde algunas administraciones públicas, han generado una incertidumbre en el común de los mortales que no se aclaran con qué coche pueden comprar, pues si bien es cierto que existe una gran curiosidad por los modelos electrificados, su actual coste y sus limitaciones de autonomía limitan su adquisición. | En qué quedamos: ahora nos dicen que hay que comprar diésel.
Ante tanta confusión, la empresa de renting Arval ha sacado una guía para comprender los tipos de emisiones de los vehículos y sus efectos negativos. Como conclusión al análisis y teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de un automóvil y desde el punto de vista del calentamiento global, los eléctricos son los coches más sostenibles, seguidos de los híbridos y los diésel, con los automóviles de gasolina en el último lugar de la tabla. Desde el punto de vista de la salud pública también ganan los eléctricos, seguidos de los híbridos y de los gasolina y diésel, con pocas diferencias entre estos últimos.
Clases de emisiones
Hay dos grandes clases de emisiones: las que afectan al calentamiento global (dióxido de carbono CO2) y las que lo hacen a la salud de las personas (óxidos de nitrógeno NOx, monóxido de carbono CO, hidrocarburos sin quemar HC, compuestos de plomo, anhídrido sulfuroso y partículas sólidas (PM)). Las primeras provocan el efecto invernadero; las segundas son más dañinas en las ciudades.
Las primeras provocan el efecto invernadero; las segundas son más dañinas en las ciudades.
En ambos casos, esas emisiones hay que medirlas a lo largo de todo el ciclo de vida de un automóvil, no solo en su fase de uso. No existe en la actualidad un cálculo estandarizado de las emisiones a lo largo de todo su ciclo de vida y los datos y comparaciones entre las tecnologías varían entre diferentes fuentes.
CO2 y cambio climático
Los coches eléctricos son los más sostenibles. Pero también emiten CO2, de forma indirecta, en su fase de producción (51%, sobre todo, por la batería) y de funcionamiento (49%), por las emisiones generadas en la producción de la electricidad (con los métodos de generación en Europa).
Un coche de gasolina de tamaño mediano emite de media 143 gramos de CO2 por kilómetro; y uno eléctrico similar (recargado con el actual mix eléctrico de producción de la UE) entre un 47% y un 58% menos. En un híbrido enchufable, esta reducción es del 36%. Los diésel emiten menos CO2 que los gasolina y su "demonización" ha elevado las emisiones a nivel global y en particular en España.
NOx, CO, HC... y salud
En cuanto a las emisiones que afectan a la salud, un eléctrico genera localmente la mitad de PM10 (partículas sólidas) que un coche de gasolina Euro 6 y una octava parte que uno diésel. No obstante, los eléctricos también generan partículas contaminantes y NOx en su fase de producción, pero los centros de extracción de minerales y de fabricación suelen estar alejados de los núcleos urbanos.
La mala fama del diésel no se corresponde con la tecnología actual.
La mala fama del diésel no se corresponde con la tecnología actual: sus emisiones de NOx y partículas sólidas son similares o solo ligeramente superiores que las de un gasolina.
¿Cómo se miden las emisiones?
Se han cambiado los procedimientos y protocolos de medición. El objetivo es que los datos obtenidos en estas pruebas (que ya no son solo de laboratorio) se asemejen más a los del uso del coche en la vida real. El nuevo protocolo de medición WLTP arroja cifras más altas, ha provocado que muchos fabricantes hayan empleado medidas para reducir las emisiones.
Este protocolo de medición es el que se emplea para homologar los vehículos. Con la normativa Euro 6d (que entra en vigor a partir del 1 enero de 2020 para las marcas y un año después para las ventas), el límite de emisiones de Nox para los gasolina será de 120 g/km, y de 90 g/km para los diésel; y se eliminarán las PM (partículas sólidas en suspensión) por completo.
Emisiones a nivel de marca
La UE ha establecido una reducción de las emisiones medias de CO2 del parque europeo de turismos nuevos de cada fabricante (CAFE) para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París de 2015 de reducción del calentamiento global.
A partir del 1 de enero de 2020 se establece una media de 95 g/km de CO2 en el 95% de los turismos nuevos matriculados, que será del 100% a partir de 2021. Los 95 g/km son una cifra media, calculada sobre la base teórica de que todos los coches que vendiera un fabricante pesaran 1.379,88 kg. Como los hay que pesan más, y menos, se calculan las emisiones en función de una fórmula correctora. De esta forma, cada fabricante tendrá un objetivo diferente, en función del peso de los vehículos que matricule cada año en Europa.
En 2025 se reduce este valor un 15% (hasta 81 g/km) y en 2030, un 37,5% (59 g/km), respecto a las cifras de 2021. Esta medida establece la media de emisiones de CO2 más baja del mundo.
Según JATO Dynamics, esas multas podrían alcanzar los 34.000 millones de euros en toda la industria.
Aquellas marcas que no cumplan con su media de emisiones recibirán fuertes multas: 95 euros por cada g/km de CO2 y coche que supere ese límite. Según JATO Dynamics, esas multas podrían alcanzar los 34.000 millones de euros en toda la industria.