Jaime Fernández Cuesta, director ejecutivo de GLP de Repsol, es a la vez el presidente del Clúster del Autogas. Con más de 25 millones de vehículos circulando en todo el mundo, esta tecnología aspira a convertirse en una alternativa para el transporte por carretera gracias a sus bondades ambientales pero también de precio y de capacidad para los vehículos que la utilizan. | Motivos para apostar (o no) por el GLP para su coche, la alternativa ecológica y económica al diésel.
¿Cuándo nace la asociación y con qué objetivos?
El Clúster del Autogás nace en octubre con el objetivo principal de promover y divulgar el uso del autogás como carburante alternativo, así como para mejorar la competitividad de los sectores relacionados, impulsando la investigación, desarrollo e innovación de los productos y servicios de todos sus miembros. Se trata de una asociación multisectorial, fundada por nueve empresas y entidades que representan toda la cadena del GLP, entre las que se encuentran Repsol, Cepsa y Disa; fabricantes de vehículos y componentes como Peugeot (PSA), Fiat Chrysler, King Long y Begas Motor; y centros tecnológicos como Idiada y el Centro de Motores Térmicos de la Universidad Politécnica de Valencia.
¿Cuántas estaciones hay en el país para su repostaje?
Contamos con una amplia red de estaciones de servicio, más de 500, que se convertirán en 1.500 en los próximos tres años, capaces de suministrar cinco veces el parque de vehículos existentes en el país. Aunque, de momento, el número de puntos de suministro es más que suficiente para satisfacer la demanda nacional actual, somos la energía alternativa que más facilidades tiene para crecer y adaptarse a las necesidades del mercado, a diferencia de otras energías alternativas que lo tienen más complicado, ya que en todas las redes de estaciones de servicio no hay más que poner un depósito y un surtidor con una pequeña inversión. Esto no lo pueden hacer otro tipo de energías.
¿Cree que la Administración está apoyando suficientemente el uso del autogás frente a otras alternativas, como el vehículo eléctrico?
Definitivamente, no. De hecho, aunque la acogida suele ser buena, alguna Administración autonómica no quiere ni oír hablar de nosotros, generalmente por desconocimiento. Y ésta es una de las aspiraciones del Clúster, conseguir que la Administración apoye el uso del autogás de la misma manera que está apoyando la expansión del vehículo eléctrico, ya que a las ventajas medioambientales y económicas del autogás, se unen otras como una mayor autonomía de los vehículos con respecto a los combustibles tradicionales -1.200 kilómetros para repostar, de los que 600 kilómetros son con autogás- y la inmediatez y disponibilidad de dicho combustible gracias a la amplia red de suministro que tenemos. Estoy de acuerdo en que hay que apoyar a todas las tecnologías alternativas, pero sin hacer distinciones; por eso pedimos una neutralidad tecnológica. Esto que digo se puede ver claramente en las condiciones del Plan de Impulso a la Movilidad con Vehículos de Energías Alternativas (Movea), que dedica el 75% del presupuesto al vehículo eléctrico -adquisición y puntos de recarga-, mientras que el 25% restante se reparte entre el resto de tecnologías.
¿Se está promoviendo desde las empresas planes para empleados con vehículos impulsados con autogás?
En el caso, por ejemplo, de Repsol, la petrolera dispone de una amplia gama de vehículos y el autogás complementa su oferta. En esta línea, la compañía ha puesto en marcha un sistema de movilidad entre centros con vehículos autogás disponibles para los empleados y también cuenta con promociones exclusivas para sus trabajadores. El Clúster además prevé que se lance una empresa de coches compartidos.