El pasado 22 y 23 de noviembre tuvo lugar la XIII Convención de Centros y Escuelas Infantiles Privadas celebrada por ACADE. El objeto principal fue "La Enseñanza en el Tercer Milenio". Participaron 23 expertos y más de 200 representantes de la enseñanza. Juan Santiago, Presidente de ACADE, explica en qué consistieron estas jornadas.
¿Qué papel tiene la educación en la actualidad desde su punto de vista? ¿Cómo está evolucionando?
Evidentemente un papel fundamental. Su gran reto es formar a los alumnos en las competencias y habilidades personales, sociales y tecnológicas necesarias para que puedan desarrollarse personal y profesionalmente en un futuro incierto. Debe abandonarse el modelo de enseñanza memorístico tradicional y evolucionar hacia un modelo más competencial. Eso no implica en absoluto menospreciar el ámbito del conocimiento, pero sí abordarlo de una manera muy diferente a como se hace en la actualidad. En eso, como en muchas otras cosas, la enseñanza privada ha sido pionera.
¿Con qué objetivos se celebró la XIII Convención de Centros y Escuelas Infantiles y Privadas?
Analizar las últimas tendencias en el campo de la innovación educativa para implementarlas en nuestros centros y escuelas infantiles, lo que hace posible que ofrezcamos a nuestras familias y alumnos proyectos educativos diferenciados, acordes a las demandas y necesidades del siglo XXI. Por eso una de nuestras principales reivindicaciones es la autonomía diferenciada. Ya que no recibimos financiación alguna por parte de la administración, deben permitirnos que desarrollemos proyectos diferenciales que aporten un valor añadido a la sociedad.
¿Cómo se deben adaptar los centros escolares a las nuevas tecnologías en el entorno educativo?
Las TIC son una herramienta en el proceso de enseñanza-aprendizaje, nunca un fin en sí mismo. Deben estar al servicio del proyecto educativo del centro, y adecuarse a la edad y madurez del alumno. Pero previamente a su implementación, es necesario dotar al profesor de la formación adecuada, no solo en el manejo, sino en la utilización metodológica de cada herramienta que se integre en el aula, y en su capacidad de aprendizaje constante.
¿Qué importancia tiene la internacionalización en el sistema educativo?
Es fundamental. Estamos en un contexto globalizado e interconectado en todas sus dimensiones, desde los movimientos sociales, el desarrollo tecnológico y científico, la economía, la política, etc. y los sistemas educativos no pueden mantenerse aislados en su propia burbuja. Se requiere una mirada más holística de los sistemas educativos y más interconectada.
Muchos jóvenes se lanzan al mercado laboral sin estar lo suficientemente preparados, ¿a qué se debe esta circunstancia?
Esta realidad requiere un análisis muy complejo e interdisciplinar donde debe involucrarse toda la comunidad educativa. Tenemos una de las tasas más altas de abandono y absentismo escolar en comparación con los países de nuestro entorno socioeconómico y no podemos permitirlo si queremos ser un país avanzado. Simplificando mucho las causas de esta situación, diría que hay una desconexión entre lo que estos jóvenes viven en el aula y los estímulos que reciben fuera de ella. Aunque son conscientes de que se van a encontrar con un mercado de trabajo exigente, competitivo y que demanda profesionales formados y polivalentes, el sistema educativo tradicional no responde a sus expectativas. Por eso es necesario cambiarlo.
¿Cómo deben actuar los centros educativos ante la demanda de formación específica que solicitan las empresas?
Los centros educativos deben tener flexibilidad y una gran capacidad de adaptación para responder a las nuevas demandas sociales, laborales y productivas que surgen en un entorno como el actual, globalizado y cambiante.
De hecho, esto es lo que hoy se nos exige, especialmente en la formación profesional y la universidad. Debemos mantener una actitud de escucha activa hacia el mercado laboral y ser lo suficientemente ágiles para transformar la escuela en función de esas nuevas necesidades. En este ámbito también la enseñanza privada ha sido y es pionera.
¿Cómo considera que se encuentra el futuro laboral para los jóvenes de hoy en día?
Alrededor del 60 % de los niños que empiezan Primaria acabarán desarrollando un trabajo que todavía no existe. La sociedad actual demanda a profesionales polivalentes, autónomos, creativos, críticos y emprendedores y sobre todo, capaces de adaptarse fácilmente a entornos permanentemente cambiantes. No podemos prever cómo será el futuro, pero sí dotar a nuestros alumnos de herramientas para que no tengan miedo a las variables que ese futuro les presenta.
La formación profesional está creciendo en todos los ámbitos, ¿cómo se encuentra en comparación con la formación universitaria desde su punto de vista?
No considero que haya que comparar unos estudios con otros. La elección debe depender siempre de los intereses y objetivos del alumno. La Formación Profesional tiene un valor estratégico en la formación de profesionales cualificados, su concepción social está cambiado y empieza a ser valorada como una enseñanza de prestigio. La ampliación en los últimos años de los catálogos y títulos formativos pone de manifiesto el interés y creciente atractivo que tiene para los alumnos. Los informes demuestran, además, que posee un gran índice de empleabilidad. Su gran fortaleza es la fuerte vinculación con el mundo empresarial y laboral, pero estas son características comunes con las enseñanzas universitarias.
¿Cuál es el principal objetivo que se proponen en ACADE?
En primer lugar, dar a conocer a la sociedad el valor añadido que aporta la enseñanza privada en nuestro país, lo que considero que todavía no hemos transmitido en su integridad. La excelencia de los estudios que imparten los centros privados es evidente y se pone de manifiesto en los resultados de sus alumnos, que alcanzan los primeros puestos en los rankings internacionales como PISA, mientras la media española está por debajo de la media internacional. Estos resultados tienen consecuencias directas en la formación de nuestros alumnos y eso aporta un importante valor añadido a la sociedad.
Otro punto fundamental es hacer posible que cualquier familia que lo desee pueda acceder a nuestros centros. Para ello continuaremos luchando para que la Administración establezca sistemas de financiación que lo permitan. Fórmulas como el bono escolar o la desgravación fiscal de los gastos educativos harían posible la equidad en la libertad de elección de centro. Además, la educación privada como sector tiene un gran impacto tanto económico como en la creación de empleo, y así debe de ser reconocido tanto por parte de la sociedad como de las administraciones públicas.