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Los educadores infantiles españoles, personal cualificado altamente demandado por las escuelas alemanas

  • Los educadores españoles cuentan con una formación muy apreciada
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Cada año, miles de alumnos se gradúan en Educación infantil y primaria en España, unos 150.000 cada curso, sin contar a los alumnos que hacen el Ciclo Formativo Grado Superior en Educación Infantil (Formación Profesional). Sin duda una cifra elevada y que supone un cuello de botella cuando esas personas intentan acceder al mercado laboral. La realidad es que, contando las escuelas públicas y privadas, el número de puestos ofertados en este país para estas disciplinas es de 15.000 cada año, muy inferior a lo necesario para satisfacer la demanda. Estos datos reflejan la necesidad que tienen los profesionales de buscar otras oportunidades para poder desarrollar su carrera, aunque sea fuera de España.

Cada vez son más los educadores infantiles que apuestan por buscar trabajo en el extranjero, tanto para mejorar su currículum como para vivir nuevas experiencias y, sobre todo, conocer métodos educativos diferentes y enriquecedores y poder desarrollar su carrera profesional. Durante la crisis económica salieron de España 700.000 personas en busca de trabajo, y, hoy en día, cuando las cifras de desempleo han disminuido, la demanda se sigue manteniendo y las oportunidades que ofrecen muchos países, como puede ser Alemania, suponen un gran atractivo para los trabajadores con mayores inquietudes, ganas de prosperar y de incluir mejoras y otros puntos de vista en su desarrollo laboral.

Si ponemos algunos datos sobre la mesa, 15.100 estudiantes titulados en 2010 en España se marcharon al extranjero en 2014, según datos del INE. De ellos, solo un 14,5% se encontró en desempleo, mientras que para los que se quedaron en España esa cifra aumenta al 18,3%. La situación laboral en Alemania, en cambio, es muy distinta. En 2017 la media de personas sin trabajo bajó por cuarto año consecutivo, con un índice del 5,7%, y la demanda de nuevos empleados por parte de las empresas aumentó respecto al año anterior. Y, para este 2018, se prevé que siga en alza. En Baviera por ejemplo se puede prácticamente hablar de pleno empleo. En ciudades como Frankfurt la tasa de desempleo ha disminuido hasta el 5,6%, mientras que en Bayern llegan al 2,6%.

Siguiendo con el tema de la educación infantil, en Alemania actualmente se precisan 107.000 educadores infantiles, 7 veces más de lo que se necesita en España y las condiciones de trabajo ofrecidas son en muchas ocasiones muy atractivas.

Marta Cabañas, educadora infantil que fue seleccionada y formada por HELMECA Personal GmbH para ampliar su trayectoria profesional en Alemania, y actualmente profesora en una escuela de Frankfurt, explicaba recientemente "aquí las escuelas valoran muy positivamente el estado emocional de los trabajadores para que den lo mejor de sí, y es por esto por lo que fomentan acciones como cuidar los tiempos de descanso para reducir el estrés, organizar sesiones de yoga y mindfulness para el equipo docente y disponer de facilidades para fomentar la conciliación familiar". También nos comentaba que, además, se fomenta el team-building a través de excursiones y otras actividades, así como la formación continua de los empleados. Este tipo de beneficios dentro del entorno laboral son algunos de los que más llaman la atención de muchos graduados españoles que deciden irse a trabajar al extranjero.

Nuevos modos de trabajo y metodologías alternativas

Salir al extranjero no solo supone un recurso cuando uno no encuentra trabajo en España. En general, supone una gran oportunidad laboral, vital y una manera de conocer nuevos modos de trabajo e incluso metodologías alternativas. Los educadores españoles que acaban trabajando en Alemania reconocen no solo haber encontrado un ambiente laboral bastante bueno y un reconocimiento de su labor muy elevado, sino también la posibilidad de adquirir nuevos métodos educativos. Esto supone un salto cualitativo en la carrera profesional. El inconveniente del idioma se puede saldar con esfuerzo, estudio y apoyo por parte de profesores especializados en estos proyectos.

Además, esta oportunidad es recíproca. Los educadores españoles cuentan con una formación muy apreciada por las escuelas alemanas, lo que les convierte en excelentes candidatos para cubrir los puestos ofertados. También lo ven así los padres de los alumnos que tendrán allí, pues de forma natural aprenderán otra cultura diferente a la suya, factor que les enriquecerá a nivel intelectual. Se trata de una combinación perfecta de la que ya se están beneficiando muchos profesionales (desde 2011, HELMECA ha facilitado la incorporación de más de 350 profesionales españoles al mercado alemán).

En un país como España en el que el 22,3% de los educadores infantiles está en paro, según cifras publicadas en INE, valorar esta posibilidad es sin duda interesante, inteligente y, probablemente, altamente enriquecedora. Una vivencia en el extranjero puede aportar múltiples ventajas a jóvenes graduados, como conocer nuevas culturas y tradiciones que abren la mente, aprender a adaptarse y relacionarse dentro de un nuevo entorno, aprender un nuevo idioma y generar una nueva y amplia red de contactos, etc. Todo esto conlleva aportar valor al currículum, uno de los objetivos principales al emprender este tipo de experiencias, sobre todo al plantearse la vuelta tras unos años en el extranjero. Pues está contrastado que haber trabajado fuera y dominar otro idioma otorga mucho más valor en un proceso de selección.

En definitiva, con tantos graduados en Educación Infantil y tan bien formados como disponemos en España, y la alta demanda de profesionales cualificados que requieren en países como Alemania, estamos ante una ecuación perfecta beneficiosa para todas las partes. Las oportunidades laborales de calidad están a la vuelta de la esquina.

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