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Las bibliotecas pierden usuarios por su escasa adaptación a lo digital

  • El 92% de los alumnos se concentra más leyendo en papel
Una joven leyendo en una biblioteca.

Con el auge de las nuevas tecnologías, muchos objetos y lugares han tenido que reiventarse y adaptarse a los nuevos tiempos dando un paso hacia adelante utilizando las nuevas herramientas que surgían en la sociedad. Las bibliotecas han sido, desde siempre, las encargadas del almacenamiento y conservación de los fondos bibliográficos y de la información que estos tenían, sin embargo, ¿han sabido adaptarse correctamente a esta nueva era tecnológica?

Actualmente, estos edificios están siendo conscientes del enorme papel e importancia que tiene incluir la tecnología en sus diferentes actividades, así como en la organización de información. Independientemente del tipo que sean, están adaptándose a los nuevos tiempos a pesar de que todavía queda mucho trabajo por hacer. La presencia de documentos en formato digital, disponibles tanto en web como en el propio centro de forma física o el acceso a los contenidos bibliotecarios desde otro punto de la ciudad son algunos avances que se han logrado para conseguir la adaptación al cambio y la búsqueda constante de innovación.

Futuro y tecnología

En relación con el futuro y la tecnología, son muchos los investigadores que llegan a admitir que el libro físico, tal y como lo conocemos desaparecerá. El problema, admiten, no será el precio, sino el mercado de la publicación digital. Según un estudio de Amazon en el año 2011, por primera vez las ventas de libros digitales eran superiores a las de los libros en papel, lo que se unía a la tasa tan baja de lectura que tenía España por aquel entonces. No obstante, una gran parte de la población se niega a aceptar la posibilidad de que estos estudios puedan hacerse realidad y defienden el valor simbólico y la seguridad que ofrecen los libros en papel, ventajas que nunca dejarán de funcionar y que no tienen los libros electrónicos.

Los defensores de los e-books valoran la posibilidad de llevar una biblioteca entera en el bolsillo, la de adecuar el tamaño de las letras a la necesidad de cada persona y por el acceso a los textos por muy bajo coste o prácticamente gratis en algunos casos. La mayoría de estos dispositivos cuenta con una herramienta muy útil para los lectores, el hipertexto, que permite acceder a información relacionada con lo que se está leyendo para poder entenderlo mejor como diccionarios, artículos, vídeos, etc. Aunque pueda parecer positivo, puede llegar a ser una vía para la multitarea, atender a varias cosas a la vez y esto puede producir distracción y baja concentración. Por su parte, los fieles al papel, defienden que conservan la magia de la experiencia física, tales como los diseños, colores, texturas, u olores. Además, contra la posibilidad de que los electrónicos se puedan quedar sin batería o se tenga que cambiar un dispositivo, aseguran que el papel no falla en estos términos.

Preferencia por el papel

Dejando a un lado meras opiniones, parece que, según varios estudios científicos, tiene efectos distintos llevar a cabo la lectura en un texto impreso o en papel. De esta forma, una investigación llevada a cabo por Naomi Baron, experta en lingüística de la American University, el 92% de los alumnos se posicionó a favor de los textos impresos a la pregunta de en qué soporte su concentración es mayor. Esta es una de las causas por las que las bibliotecas tienen que luchar para poder adaptarse a los nuevos tiempos.

En cuanto a las bibliotecas universitarias, han tomado la delantera en lo referido a la modernización y esto es principalmente por estar en un ambiente de investigación, innovador y fundamentalmente tecnológico. Una parte de su evolución ha sido el pasar de ser centros de consulta y de estudio a ser los denominados Centros de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (Craig), que ponen a disposición del usuario lo necesario para complementar su formación.

Bibliotecas digitales

Con todos los avances que ha traído consigo la transformación tecnológica, se ha empezado a hablar de bibliotecas digitales en las que el propio centro cambia a pasos agigantados. Estos centros se encargan de acercar la cultura y el conocimiento a las personas de manera online. Según la publicación Library Leadership for the Digital Age, cómo el líder lleve la evolución es imprescindible para las claves que la biblioteca tenga que llevar a cabo, es decir, debe iniciar un cambio de mentalidad y pensar en el centro como una entidad global, entre lo que incluye salir a buscar usuarios y no esperar a que lleguen estos por sí mismos a las instalaciones, teniendo en cuenta que ahora el espacio es tanto físico como digital. Dentro de estos centros destaca Hispana, un directorio y recolector de recursos digitales que se encarga de administrar repositorios institucionales de las universidades españolas y las bibliotecas digitales de las comunidades autónomas. La Biblioteca Digital Hispánica es la parte digital de la Biblioteca Nacional de España (BNE), con acceso libre y gratuito a miles de documentos digitalizados entre los que se cuentan libros impresos entre los siglos XV y XIX, manuscritos, etc.

José Luis Bueren, director técnico de la Biblioteca Nacional de España, apunta sobre el futuro de las bibliotecas que pasa por continuar preservando la memoria de los países y por ser centros de generación de conocimiento y de cultura. Por su parte, Antonio Calderón, director de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid se posiciona a favor de la digitalización y añade que esta biblioteca ha digitalizado cerca de 165.000 libros, 145.000 de fondo antiguo y 20.000 tesis doctorales. Desde su punto de vista, estos edificios contribuyen a que el mundo digital sea más amplio, digitalizando una parte importante de lo que está en papel, especialmente la documentación con más años, que no puede estar accesible a cualquiera.

Desde la BNE declaran que es de gran preocupación señalar el descenso en el número de usuarios en salas de lectura, lo que creen que se justifica debido a los fondos digitales a los que tiene acceso la sociedad. Según José Luis, el papel de las bibliotecas en general y en especial el de la BNE en la era digital es el de dar acceso y difundir el valor de las colecciones a través de la web. Con todo esto, resulta muy importante para la población mantener y conservar el papel de las bibliotecas tanto físico como virtual.

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