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El Govern rechaza asumir la dirección de la escuela de Canet (Barcelona) y pide dejar el "partidismo"

  • Aragonès y el resto del Ejecutivo asistirán a la manifestación del sábado de Somescola
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La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha rechazado este martes que el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, asuma la dirección de la escuela Turó del Drac de Canet de Mar (Barcelona), en la que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha fijado un 25% de castellano, y ha pedido abandonar el "partidismo" y afrontar la protección del catalán desde el consenso.

Lo ha dicho en rueda de prensa posterior al Consell Executiu, después de que la presidenta del Parlament, Laura Borràs, planteara que Cambray asuma la dirección del centro de Canet para mantener el modelo de inmersión lingüística en esa escuela, una propuesta que apoyaron Junts y la CUP pero que ERC rechazó.

Plaja ha dicho que el Govern no tenía conocimiento previo de esta propuesta cuando Borràs la planteó en una entrevista, pero que hay consenso en el Ejecutivo, y ha defendido que "hacen falta soluciones efectivas y no inventos".

"Pedimos a todos que aparten el partidismo en un elemento troncal de nuestro país y de nuestra identidad, y que trabajemos conjuntamente para encontrar soluciones que nos permitan no salvar una semana ni para hacer un titular, sino para salvar la lengua para las próximas generaciones", ha pedido.

La portavoz del Govern ha argumentado que en los últimos años y en los anteriores Ejecutivos ha habido unos 80 casos parecidos al de Canet y se ha actuado "de la misma manera".

De hecho, fuentes de la Generalitat han concretado que Cambray (ERC) ha ejecutado cinco sentencias de este tipo desde que asumió el cargo y que sus predecesores en la Conselleria de Educación también las aplicaron: doce Josep Bargalló (ERC), una Clara Ponsatí (Junts), seis Meritxell Ruiz (CDC) y once Irene Rigau (CiU).

Considera que no se puede comparar esta situación con lo que hizo la exconsellera de Educación Clara Ponsatí en el referéndum del 1-O asumiendo el control de los centros para evitar problemas judiciales a los directores: "Hacer comparativas con momentos históricos excepcionales tiene poco sentido en esta situación".

"Coger el control de los centros durante 48 horas no lectivas dista muchísimo de asumir los centros educativos de manera permanente", algo que cree que sería un riesgo para el modelo de autonomía de las escuelas.

Además, ha condenado cualquier amenaza o señalamiento al menor y a la familia que pidió más castellano en la escuela de Canet: "El Govern no pondrá un 'pero' ni justificará una actitud discriminatoria sea cual sea el motivo. Se condena siempre por parte de este gobierno cualquier tipo de amenaza", y también ha rechazado las difamaciones y calumnias sobre esta cuestión que, a su juicio, buscan romper la convivencia en Catalunya.

Ha insistido en que el compromiso del Govern es incrementar el uso de la lengua en todos los sectores y ha asegurado que una sentencia judicial no les hará "desviar de los objetivos marcados para asegurar el presente y el futuro del catalán".

Cumbre y manifestación

Así, ha dicho que los próximos pasos serán la cumbre del jueves a las 18.00 horas en el Palau de la Generalitat en la que participarán el presidente, Pere Aragonès, el vicepresidente, Jordi Puingeró, Cambray y la consellera de Investigación y Universidades, Gemma Geis, junto a entidades y asociaciones culturales, educativas y en defensa del catalán.

En esta cumbre abordarán cómo defender la inmersión lingüística y qué medidas tomar ante la sentencia del Tribunal Supremo que ratifica la decisión del TSJC de fijar un 25% de castellano en las escuelas catalanas.

Además, ha anunciado que Aragonès, junto al resto del Govern, asistirán a la manifestación del sábado convocada por Somescola en Barcelona contra el fallo del 25% de castellano y Plaja ha llamado a la ciudadanía a "alzar la voz para decir que el catalán en la escuela no se toca".

Sobre la ausencia del PSC en esta manifestación, ha sostenido que a la ciudadanía le costará entenderlo y que, más allá de la movilización, los socialistas deberían estar a la altura en este "momento delicado" para la lengua, ante lo que les ha pedido que no abandonen el consenso de la inmersión lingüística.

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