La educación siempre ha sido una cuestión que ha generado gran interés académico y sobre la cual se han realizado cientos de debates, sin embargo, aún es necesario dar con las claves educativas que sirvan para afrontar el futuro.
Ante los escenarios futuros que se plantean, surgen aquellos que buscan anticiparse y adaptarse al nuevo paradigma educativo. Uno de ellos es Ivan Bofarull, Chief Innovation Officer en Esade, que ha sido reconocido como uno de los 40 mejores futuristas de España. También ha participado hoy en el 4YFN, la feria de emprendedores del Mobile World Congress (MWC) del que Esade es colaborador académico, sobre ''Las habilidades para prosperar en la era del apalancamiento infinito''.
Frente a los dilemas del sector educativo, Bofarull explica a elEconomista cuál es el enfoque determinante para abordar hacía dónde ha de dirigirse la educación, repensando ''del futuro hacia el presente''.
¿Cómo definiría la innovación disruptiva?
Innovación disruptiva es aquella que hace que lo anterior se vuelva obsoleto, en oposición a la innovación incremental. Lo importante es que la innovación disruptiva, a diferencia de la incremental, se produce generalmente en nuestro punto ciego, es decir, no la vemos venir.
¿Por qué son importantes las tecnologías disruptivas? ¿Cómo se pueden ''transformar en una oportunidad''?
Las innovaciones disruptivas son importantes porque cada vez se producen con mayor frecuencia y son de mayor magnitud, de manera que son capaces de redefinir las reglas de juego de muchísimas industrias y, por lo tanto, afectar nuestra posición en la misma. Se pueden transformar en oportunidad si somos capaces de imaginar potenciales escenarios futuros de carácter no lineal, es decir, que no sean una simple extrapolación del presente.
Educamos para tomar decisiones basadas en datos. Sin embargo, la innovación disruptiva nunca puede estar 100% basada en evidencias de datos.
¿Qué impacto van a tener en la educación? ¿A qué dilemas se enfrentará el modelo educativo?
La innovación disruptiva impacta en la educación de manera muy significativa, ya que ante disrupciones constantes y de gran magnitud, la tipología de habilidades o talentos (skills) que nos sirven para adaptarnos a ese ritmo de cambio son muy distintos de aquello para lo que hemos educado en los últimos 15 o 20 años. Por ejemplo, educamos para tomar decisiones basadas en datos. Sin embargo, la innovación disruptiva nunca puede estar 100% basada en evidencias de datos, porque éstos miran al pasado, y en cada innovación disruptiva hay una componente que es una apuesta no lineal y asimétrica, que consiste en creer en algo que los demás no creen que va a suceder.
Educamos para ser expertos en algo, pero en realidad, estaremos rodeados de centenares de inteligencias artificiales que serán expertas en algo.
¿Hacia dónde debería orientarse el modelo educativo español? ¿Qué se debe fomentar desde los centros de educación?
Creo que damos demasiado peso a la educación en tecnologías, cuando en cambio éstas serán una nueva abundancia, accesible para la mayoría. Educamos para ser expertos en algo, pero en realidad, estaremos rodeados de centenares de inteligencias artificiales que serán expertas en algo y, honestamente, en ese algo serán mucho más eficientes que nosotros. Tenemos que educar más en aquello que no es obvio, aquello que no es fácilmente transferible; por ejemplo, en cómo ser capaces de sintetizar entre ideas opuestas o en cómo aceptar el sentimiento de vulnerabilidad que se deriva de ser conscientes que no lo sabemos todo o que otras ideas son mejores que las nuestras. La vulnerabilidad es el motor del aprendizaje.
Muchas de las habilidades o talentos (skills) que serán más relevantes en el futuro se adquieren mediante procesos de maduración lenta y en contextos muy socializados.
¿Cómo la transformación digital va a ser partícipe de ese proceso de cambio?
La digitalización es un acelerador de este proceso de cambio, pero también nos ayuda a que podamos estar aprendiendo de forma constante a través de múltiples plataformas. Sin embargo, no tenemos que confundir la accesibilidad al aprendizaje con la calidad del mismo, ya que muchas de las habilidades o talentos (skills) que serán más relevantes en el futuro se adquieren mediante procesos de maduración lenta y en contextos muy socializados; es decir, todo lo contrario, a lo que sugiere el contexto de infinitud de cursos cortos, en remoto, orientados a skills concretos.
La principal carencia -del sistema educativo- es que implementamos tecnologías en nuestro sistema sin repensar desde cero que es lo mejor desde el punto de vista del aprendizaje.
¿Qué carencias tiene el sistema educativo actual en materia de innovación tecnológica? ¿En qué punto se encuentra el sistema español?
La principal carencia es que implementamos tecnologías en nuestro sistema sin repensar desde cero que es lo mejor desde el punto de vista del aprendizaje. Lo mejor de la innovación no es la tecnología en sí misma, sino la redefinición arquitectónica que ésta permite. Por ejemplo, si el conocimiento fácilmente transferible se puede digitalizar, entonces podemos enfocar el tiempo en clase a tareas donde la componente social del aprendizaje es más importante. Gracias a la tecnología, tenemos la oportunidad de repensar todo el sistema desde la base.
Moonshot Thinking (Arpa Ed.) ha sido reconocido como el mejor libro de innovación 2020-21 según la Sociedad de la Innovación, ¿qué significa el concepto de mooonshot thinking?
El moonshot thinking es un modelo mental que nos sirve para anticiparnos a las innovaciones disruptivas. Literalmente, se basa en una heurística: cada vez que nos planteemos mejorar algo en nuestra empresa de forma incremental (10%), hagámonos la pregunta de qué tendría que suceder para poder implementar una mejora de naturaleza moonshot (10x, mejorar 10 veces). Al utilizar este modelo de forma repetitiva, nos acostumbramos a pensar en escenarios futuros de carácter no lineal, lo cual nos prepara para anticipar la disrupción, así como para convertirnos en los propios disruptores.
¿Cómo se puede implementar la mentalidad moonshot en la educación?
En la educación, como en cualquier otro sector, implementar el moonshot thinking significa repensar los fundamentos desde cero para detectar los puntos más ''disrupcionables'', así como las oportunidades de mayor magnitud. Para ello, no es necesario con analizar lo que hacemos, sino que es imprescindible comprender el para qué lo hacemos. Por ejemplo, no es lo mismo educar para aprender que educar para obtener una credencial. Dependiendo de en qué tarea estemos, la disrupción puede llegar por una avenida o por otra muy distinta.
¿En qué consiste la metodología que propone?
Creo que podemos implementar el moonshot thinking siguiendo una metodología basada en tres pasos: en primer lugar, conocer mejor que nadie lo que hacemos, descomponiendo nuestro modelo de negocio en piezas más pequeñas; en segundo lugar, se trata de creer en algo distinto a la mayoría, para así lograr escapar de la competencia, en lugar de competir de frente de forma permanente, lo cual nos lleva a juegos de suma cero. Finalmente, se trata de crear mecanismos de innovación permanente en la empresa o nuestra esfera personal: por ejemplo, pensar siempre del futuro hacia el presente y no al revés.
Aquello por lo que más se pagará en el futuro serán las habilidades que permitan hacer visible aquello que no es obvio.
¿Qué impacto va a tener el nuevo modelo productivo en materia educativa? ¿Qué habilidades son y serán las más demandadas por el mercado laboral?
Aunque todas las habilidades relacionadas con la ciencia de los datos serán cada vez más demandadas en los próximos años, creo que aquello por lo que más se pagará en el futuro serán las habilidades que permitan hacer visible aquello que no es obvio, que es donde las oportunidades de mayor magnitud residen. Por ejemplo, el saber sintetizar, o el saber establecer donde están los límites de los datos para definir las decisiones estratégicas de futuro.
¿Cuál es el futuro que le espera a la educación? ¿Cómo van a evolucionar los roles de alumno y docente?
El rol del docente evolucionará para bien en los próximos años. La tecnología permitirá aumentar su capacidad de crear valor. En lugar de enfocarse en transferir conocimientos, podrá enfocarse más en la experiencia de aprendizaje del alumno, siendo más mentor y transmisor de valores que de conocimientos.