Los sistemas educativos de todo el mundo a raíz de la pandemia sanitaria han sufrido grandes transformaciones y seguirán evolucionando hasta convertir a los colegios en «entornos interactivos» que convertirán las formas tradicionales de aprendizaje y tanto profesores, padres y estudiantes se irán acoplando.
Ya en 2017, el entonces Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, inauguró el Aula del Futuro del INTEF, con vistas a ofrecer oportunidades de formación y desarrollo profesional docente. Para ello y siguiendo el modelo europeo, se planteó una división muy similar a la del aula de Bruselas. En concreto, las zonas de aprendizaje del Aula del Futuro del INTEF son: investiga, interactúa, explora, desarrolla, crea y presenta.
Según este modelo, el objetivo del aula es que los docentes vean en esta propuesta un modelo de referencia para promover cambios metodológicos en la práctica docente diaria a través de la creación y organización de espacios flexibles en los centros educativos que promuevan el uso de metodologías activas. Después, cada aula particular se adaptará a su contexto: deberá responder a las necesidades de los alumnos cuando se utilicen, adaptándose al trabajo que se vaya a desarrollar. El Aula del Futuro no es, fundamentalmente, el lugar físico, el mobiliario o la tecnología, sino un espacio de experimentación para mejorar los procesos de aprendizaje de los alumnos.
Pero «solo un espacio físico con la tecnología más innovadora no es lo único que se requiere para crear un aula del futuro», nos aclara Susana Ortego, psicopedagoga y directora educativa en Brains Nursery Schools, sino que «es uno de los cimientos dentro de un proyecto mayor», matiza. La finalidad es crear un espacio multidisciplinar y formativo que permita la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, siendo este un elemento fundamental en la sociedad actual para sentirnos más felices. Estos espacios facilitan momentos de calidad en espacios pensados, diseñados y creados para toda la familia.
En la escuela del futuro, la actividad educativa tradicional irá quedando en un segundo plano y el profesor pasará a ser el guía del alumno a través de su propio proceso de aprendizaje. Por ello, los centros educativos deben estar a la vanguardia en investigación educativa, ofreciendo una enseñanza especializada y de calidad para que todos los alumnos tengan el mejor entorno educativo, acorde con el contexto donde viven.
Y es que la mejor innovación en educación es captar y dar respuesta a las nuevas necesidades de los alumnos como consecuencia de los cambios en su entorno y que afectan directamente a su aprendizaje. «No tenemos que olvidar que cualquier etapa educativa, sobre todo la educación infantil, es la etapa más importante de la vida escolar», matizan desde Brains Nursery Schools.
Hasta hace bien poco, se desconocía lo decisivas que pueden ser las experiencias en la etapa de educación infantil que va de 0 a 3 años en lo que respecta al establecimiento de conexiones neuronales en los niños, ya que se pensaba que todo ocurría de manera más o menos automática, a través de una programación genética y que surgía con la maduración física de cada individuo.
Sin embargo, se ha demostrado que las experiencias que los padres ofrezcáis a vuestros hijo/as al principio de sus vidas sí que les darán oportunidades para orientarse en la dirección adecuada. Por eso, nombramos las 10 razones para escolarizar a tu hijo en un centro educativo adecuado:
1. Durante los primeros años, los pequeños construyen conexiones neuronales que servirán de cimiento para el desarrollo intelectual, social y emocional a lo largo de su vida. Por tanto, estos primeros instantes son esenciales para su desarrollo.
2. La ciencia ha descubierto que las experiencias y la estimulación precoz cambian las estructuras físicas del cerebro. Los niños tienen un potencial por desarrollar y la estimulación de calidad constituye la diferencia para que tengan un desarrollo óptimo y sean adultos capaces y con oportunidades intelectuales a lo largo de su vida.
3. Ayudar a superar los retos diarios (desde los cotidianos hasta sus encuentros más raros) durante la etapa de 0-6 años, esto influirá positivamente para que él conserve su curiosidad natural, refuerce sus capacidades intelectuales innatas, se sienta seguro en las situaciones nuevas y confíe en otras personas.
4. La escolarización temprana ayuda a desarrollar rápidamente su capacidad artística e intelectual, así como su inteligencia lógico-matemática.
5. La capacidad que tiene cada una de las neuronas para desempeñar funciones nuevas se llama plasticidad cerebral. Así, existen ventanas de oportunidades conocidas como períodos críticos o sensibles, en los que el cerebro de un bebé es más receptivo a las experiencias del entorno.
6. Si se trabaja desde la estimulación temprana, y contando con los profesionales adecuados, ayudando a los papás a respetar el ritmo de su niño, a retroalimentar eficientemente y a descubrir, asesorar, estimular sus aptitudes y equilibrar sus debilidades, se estará trabajando en un terreno preventivo y sensibilizador que evitará problemas escolares futuros y formará niños capaces y con desarrollo de sus inteligencias.
7. Educar emocionalmente en la primera infancia, con ello les aportamos las herramientas necesarias para que ellos mismos controlen su funcionamiento, ayudándoles a adaptarse mejor, a mantener un mayor control y a ser, simplemente, más felices.
8. En cuanto a rutinas y hábitos de alimentación y sueño de los niños, la escuela juega un gran papel de apoyo y colaboración, tanto por las necesidades de crecimiento como por el papel preventivo para proteger y promover la salud, evitando trastornos que se pueden presentar en la edad adulta y que tienen su origen en la infancia.
9. Socialmente. La escolarización en la etapa de 0 a 3 complementa la función de la familia. Los niños tienen la oportunidad de interactuar con otros adultos y otros iguales, aprendiendo así a conocerse y a relacionarse con los demás, ganando en autonomía y seguridad al aprender a manejarse en sus primeras "reglas" de convivencia y sociales.
10. Idiomas. La etapa de los 0 a 3 años es un periodo sensible en relación con el aprendizaje de idiomas. Y es que se trata del momento óptimo para aprender un idioma. Aunque es mejor comenzar cuanto antes (de los 0 a los 3 años), el intervalo adecuado sería hasta los 10 años. En estos años puede aprenderse con mayor facilidad y llegar a hablarse sin acento.
En definitiva, el centro que se escoja va a marcar el desarrollo del niño como persona y su vida tanto intelectual como socialmente. El primer dilema al que se enfrentan los padres es valorar qué es lo que más conviene entre una escuela de educación innovadora y una escuela tradicional. Para ello, Ortego establece algunos aspectos que pueden ayudar para resolver esta cuestión:
- Información previa del centro y las necesidades que quieres cubrir en la educación diaria: Tú mejor que nadie deberías saber qué educación buscas para tu hijo, si una enseñanza tradicional o una enseñanza por competencias y proyectos donde se deben de contemplar la enseñanza de idiomas, actividades de arte, música, psicomotricidad además de un programa de inteligencia emocional y educación en valores. En la etapa infantil el centro debe de ayudarnos a conocer bien la personalidad del niño para garantizar así su éxito educativo en etapas posteriores.
- Escucha a los profesionales. Tú tienes la última palabra, pero escucha a los profesionales que te pueden orientar, ellos conocen los centros que existen en tu zona y saben cómo funcionan realmente. Investiga, conoce y elige el espacio que mejor se adapte a tus necesidades.
- Piensa en la organización familiar. Es interesante valorar qué implica para los miembros de la familia que un niño vaya a un centro u a otro, de manera que sea posible la conciliación personal, laboral y familiar. Tenemos que conseguir que la conciliación sea un momento feliz. Por eso, Qbic La Moraleja nace como un proyecto de empresa integrador y espacio multidisciplinar que lo convierte en el lugar ideal para la conciliación personal y familiar, gracias al desarrollo de actividades y servicios profesionales relacionadas con los ámbitos de educación, formación, salud, bienestar y deporte tanto para adultos, familias y niños», matiza Ortego.
- El proyecto educativo del centro, es otro aspecto esencial. Es importante informarse de la metodología didáctica que se aplica en la escuela: cómo se trabajan las áreas, si se estudia por competencias, cómo agrupa a los alumnos, si tienen inmersión total o no en idiomas… La coherencia a la hora de educar es fundamental antes de tomar una decisión.
- El espacio debe de ser abierto y flexible en el que sus instalaciones sean exclusivas y en la que no se vean limitadas por conceptos tradicionales como por la edad sino por el nivel de desarrollo o intereses comunes de sus alumnos. Por ejemplo, una piscina olímpica no puede ser un lugar idóneo para aprender a nadar un niño de tres años.