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Emprendimiento femenino

  • Solo el 4,7% de las mujeres son emprendedoras en el Estado y el 6,3% en Europa
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Según el Banco Mundial, la población humana está equilibrada prácticamente al 50% entre hombres y mujeres. Podría parecer, pues, que el mundo está bien repartido. Que, por justicia, hay paridad en todos los ámbitos de la vida y que la igualdad de género es una realidad. Pero los datos reflejan una realidad distinta, como también evidencian que la igualdad todavía está muy lejos de ser verdad los movimientos que todavía luchan para este fin.

Ahora bien, ¿qué nos dicen los datos sobre la igualdad en el ámbito del emprendimiento? Pues que solo el 4,7% de las mujeres son emprendedoras en el Estado y el 6,3% en Europa. Esta realidad genera que las mujeres impulsen solo el 20% de las startups y, además, esta cifra está estancada desde hace años. Así, los datos también evidencian que el emprendimiento, como muchas otras actividades humanas, está lejos de la igualdad de género. ¿Cuáles son los motivos que comportan que en el emprendimiento las cifras sean tan dispares? Menos presencia de mujeres en las áreas de conocimiento llamadas STEM. Los grandes referentes mundiales de este sector como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg o Elon Musk son hombres que han recibido una gran atención mediática, mientras que Estée Lauder es más bien un referente de marca, pero no por la mujer emprendedora que hay detrás y que en los años 40 del siglo XX creó un imperio con su nombre que todavía sigue hoy en día. Una situación que también se experimenta con Coco Chanel o Carolina Herrera, más conocidas por sus diseños que no por su emprendimiento.

La UPF Barcelona School of Management ha acogido la sesión "Emprender en femenino", que ha abordado las dificultades a las que se enfrentan las mujeres para emprender. En preparación y sentido de responsabilidad, las mujeres superan a los hombres, y varios estudios indican que ellas tienen mayor aversión al riesgo, por lo que toman en consideración más factores en el momento de tomar decisiones que los hombres. Evitan temeridades y piensan más en las consecuencias de sus actos.

La mayor dedicación de la mujer en las tareas domésticas juega en contra de sus probabilidades de emprender, sencillamente porque priorizan el bienestar de su familia a sus inquietudes, mientras que el varón no se siente obligado a hacerlo, en muchos casos. Eso supone que la mujer disponga de menos tiempo para poder iniciar una actividad económica y se vea inclinada a aceptar trabajos en función de su horario y no de su vocación o ambición. Además, estudios indican que las mujeres, cuando emprenden, a menudo lo hacen por necesidad y no por vocación.

Se tiende a asociar el emprendimiento femenino a negocios con baja intensidad tecnológica y vinculados a la moda y al impacto social. Por supuesto, estas actividades no son criticables por su naturaleza, todo lo contrario, aunque contribuyen a la perpetuación de un estereotipo que se debería superar. Sin embargo, en los últimos años vemos más presencia de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos como las Fintech, el Health (salud digital, biotech, sextech) o el Edutech.

El premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus ideó y ejecutó la idea de proporcionar microcréditos a persona pobres, excluidas financieramente, con el objetivo de que pudieran dedicar los fondos obtenidos a emprender. El 94% de estos microcréditos se conceden a mujeres, ya que ellas mayoritariamente se preocupan por mejorar su vida y la de sus criaturas e invierten en activos para iniciar pequeños negocios.

Elaborado por Susana Domingo, Directora del Executive MBA y del proyecto StartLab de la UPF Barcelona School of Management

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