El doctor Albrecht Hess, profesor de matemáticas en el Colegio Alemán de Madrid, ha recibido el Premio Smartick a la Mejor Historia Docente 2020. Smartick ha querido reconocer la dedicación y esfuerzo de los maestros que se desviven para despertar y potenciar el talento matemático de sus alumnos y ayudarlos a conseguir excelentes calificaciones, ganar concursos y optar a becas en las mejores universidades.
¿Cómo ha recibido el Premio Smartick a la Mejor Historia Docente 2020?
Fue una gran sorpresa ver que mis esfuerzos por apoyar adecuadamente a unos excelentes estudiantes de mi Colegio, un Colegio extranjero en Madrid, fueran reconocidos con un premio español. Estoy profundamente agradecido por ser premiado igual que mis admirados colegas Joaquín Hernández y María Gaspar, galardonados anteriormente. Mucho más que yo, a través de sus incansables esfuerzos en la lucha contra todos los molinos administrativos y burocráticos, ellos han enfatizado repetidamente un aspecto de la educación que casi cae en olvido: un sistema educativo, que aspira a la excelencia, debe en particular cuidar a los estudiantes excelentes de una manera excelente. Me enorgullece ver que mis alumnos más exitosos, que me propusieron para este premio sin mi conocimiento, también lo ven de esa manera.
¿De qué forma las matemáticas cambiaron su vida?
Las matemáticas fueron como la estrella polar para mí. En muchas aventuras y algunos naufragios - por ejemplo, por no colaborar con la organización juvenil comunista, no obtuve en la RDA una beca para seguir estudiando matemáticas, a pesar de que mi tesis de diploma fue premiado como mejor trabajo del año por la Sociedad Matemática - siempre me ha dado un rumbo y al final me llevó a Madrid para trabajar con mis "pitagorines".
¿Qué metodología utiliza a la hora de enseñar matemáticas?
Con los "pitagorines", desafíos; con los interesados, acertijos y rompecabezas de estrategia y de lógica (hay unas páginas en la web, por ejemplo la austríaca janko.at llenas de diversiones) y paciencia con los menos interesados.
Se consideran las matemáticas como la asignatura "hueso", ¿por qué cree que tiene esta connotación? ¿Cómo deben los estudiantes entender las matemáticas?
Voy a contar una historia que me pasó hace unos años. Un viernes, a última hora de la mañana, entró el director de entonces en mi clase para hablar con el representante de la clase. Al salir miró la pizarra cubierta con fórmulas desde arriba hacia abajo y preguntó, marcando bien sus dudas: "¿Eso os divierte de verdad?" Le contestó un alumno: "¡Con el Hess, sí!"
Conclusión primera: Con esfuerzo por ambas partes, alumnos y profesor, las matemáticas pueden convertirse en algo muy divertido.
Conclusión segunda: Para que eso se produzca hace falta un clima de interés por las matemáticas, también por parte de los directivos educativos.
No debería ser, por ejemplo, que el Concurso de Primavera de Matemáticas, la fiesta de las matemáticas de la Comunidad de Madrid, en que participan cada año alrededor de 50.000 alumnos de unos 500 colegios de la región, tenga que pedir a los colegios una cuota de inscripción de 15 euros y que se remunere a los correctores de las pruebas con un bocadillo. Los superganadores deberían recibir becas, los demás ganadores, un campo de entrenamiento cada trimestre dirigido por ex-concursantes, y los organizadores, una cena en el Ayuntamiento ... ¿Sería soñar demasiado esto?
En las matemáticas, y en otras asignaturas, como idiomas, ciencias, etc. donde los conocimientos se construyen como un edificio, planta por planta, no se aprenden sólo las teorías, sino también cualidades para adquirirlos como: la perseverancia, la honestidad, responsabilidad, ser ordenado, critico y paciente … que en mi opinión son más "hueso" aún que las asignaturas con notas. Así debe entenderse el estudio de las matemáticas como entrenamiento en algo mucho más serio que las fracciones, raíces y potencias. Ex-alumnos me han escrito que este punto de vista les ha influido mucho para su orientación profesional.
¿Qué pasa con todos aquellos estudiantes que tienen cruzada esta asignatura? ¿Hay alguna fórmula para intentar que no las conciban de forma negativa? ¿Cómo deberían los docentes enfrentarse al proceso de enseñanza para evitar que los alumnos tengan una visión negativa de esta?
Creo que no hay que preocuparse mientras cada alumno busca su orientación hacia su futuro. Y para ello hay tantos caminos distintos, que no tenemos que insistir en la importancia de una sola asignatura, aunque sea tan importante como las matemáticas, con las que se abren cada vez más perspectivas profesionales.
¿Cree que debería modificarse la forma de enseñar las matemáticas hoy en día?
Se han creado en muchos países, sobre todo después de los éxitos de unos y los fracasos de otros en los informes PISA, comisiones de expertos buscando ideas para mejorar la enseñanza de las matemáticas. Para aplicar estas ideas habría que mejorar el profesorado, y para eso se tendría que animar a los mejores graduados de las universidades a trabajar en la enseñanza y a los mejores alumnos de los colegios a estudiar matemáticas. A esta última tarea he dedicado mi carrera profesional. ¡Que hagan los responsables de los ministerios su trabajo para que los mejores alumnos y estudiantes de matemáticas encuentren una atractiva perspectiva profesional en la enseñanza! ¡Que reciban los mejores profesores, que los hay en todos los rincones de España que lo merecen igual o más que yo, un profundo reconocimiento público! ¡Que se les haga entrevistas para saber qué piensan sobre preguntas como: ¿Un número muy alto de alumnos en las aulas o la posibilidad de pasar el curso anterior sin aprobarlo son favorables para una reforma de la enseñanza de las matemáticas – o no? ¿Qué tipo de tecnología moderna podría sustituir el juego apasionante de preguntas y respuestas entre alumnos y el profesor?