Madrid
Durante estos días, miles de niños están viviendo una vuelta al cole distinta, marcada por la incertidumbre y una ola de nuevos casos que nos recuerda que todavía queda mucho camino hasta volver a la tan ansiada normalidad. Tenemos miedo de volver a lo vivido en marzo, cuando nos enfrentamos como sociedad a la peor de la crisis sanitaria y donde tuvimos que dar lo mejor de cada uno de nosotros para poder salir adelante.
Entre aquellos que de forma especial tuvieron que adaptarse – por la responsabilidad que su labor conlleva- están los profesores, que realizaron un enorme esfuerzo para continuar y terminar de la mejor forma posible el curso, sin que la pandemia frenase el aprendizaje de millones de escolares, combinando tecnología, creatividad, entusiasmo y trabajo duro. Para ellos y todos los colegios, septiembre ha llegado como un nuevo reto, donde la incertidumbre marca el paso de la vuelta al cole más extraña para la que están haciendo una inmensa labor. No sabemos qué pasará en los próximos meses –incluso semanas-, ni cómo seguiremos avanzando hacia la llamada 'nueva normalidad', ni si las soluciones que se van poniendo sobre la mesa van a servir para prevenir crisis similares.
Pero, en medio de esta incertidumbre, hay algo que sí sabemos: la educación ambiental se erige – ahora más que nunca- como uno de esos cortafuegos que nos pueden ayudar a evitar volver a pasar por situaciones como la actual. Porque, si algo hemos aprendido durante estos meses de crisis, es que debemos cambiar nuestra forma de relacionarnos con el entorno que nos rodea.
Ante esta situación, educar en sostenibilidad a los más pequeños se convierte en algo vital. Formar alumnos inquietos, curiosos y críticos, que se cuestionen: ¿cómo puedo ayudar a frenar el cambio climático? ¿Existe una relación entre 'el bicho' y cómo tratamos el medioambiente? ¿Qué puedo hacer para que no haya más enfermedades como esta? Es primordial crear un pensamiento reflexivo entre los alumnos y alumnas para que tomen conciencia y se vean a ellos mismos como parte de la solución. Esa es una de las premisas bajo las que trabaja Naturaliza, el proyecto de educación ambiental que impulsamos hace tres años desde Ecoembes con el fin de incorporar el medioambiente en el día a día de los más pequeños para contribuir a alcanzar una sociedad concienciada y comprometida. Y, para lograr este objetivo, contamos con los mejores aliados: ellos, los profesores, que son capaces de lo imposible, pero a quienes hay que formar y dotar de las herramientas necesarias para que puedan impartir a nuestros hijos una educación en valores ambientales, que por supuesto, hay que continuar y alimentar en casa.
Y aquí la tecnología vuelve a ser un aliado. Hemos visto cómo la educación online ha ayudado en gran parte –y digo en gran parte porque, desafortunadamente, nos hemos dado cuenta de la existencia de una brecha tecnológica íntimamente ligada a la social- a que el cierre de los centros educativos no supusiera un parón en la educación. Los docentes, incluidos los docentes Naturaliza, han podido trasladar, con mucho esfuerzo, su actividad educativa a las plataformas digitales y, así, a cada uno de sus alumnos. La tecnología, en tiempos de pandemia, ha sido entendida como un servicio puesto por y para el servicio ciudadano que también se ha trasladado al mundo de la enseñanza. Pero, eso sí, sin perder de vista que, tal y como señala el pedagogo Francesco Tonucci, "debemos emplearla como un medio, como un instrumento, pero no podemos perder de vista la necesidad de conectar con el entorno natural", especialmente ahora en el que asistimos a la necesidad de recurrir - por el momento- a modelos híbridos que combinan clases presenciales y telemáticas.
Sin duda, no podemos seguir mirando a otro lado con la educación ambiental, y el comienzo del curso escolar es una oportunidad para empezar el camino hacia una sociedad en la que la enseñanza en valores ambientales no solo cobre protagonismo en las aulas, sino que, además, acompañe e inspire a los más pequeños, ayude a dar soluciones y, sobre todo, nos permita tomar conciencia sobre nuestra relación con el entorno que nos rodea.
Elaborado por Nieves Rey, Directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes