Madrid
La forma de enseñar y aprender cambia constantemente, la educación online aumenta a nivel mundial e internet lo ha transformado todo. El confinamiento obligado de miles de millones de ciudadanos en todo el mundo por la crisis sanitaria de la COVID-19 también puede tener consecuencias positivas para el mundo de la educación a distancia. Así lo valoran desde ELEInternacional, escuela online de profesores de ELE, «formarse, aprender y trabajar online es más eficiente, productivo y cómodo, además beneficia la conciliación con nuestra vida personal».
Durante estos meses de confinamiento la tecnología ha cambiado a un ritmo frenético y la enseñanza también se ha visto obligada a evolucionar. Webinars, videollamadas, videoblogs son algunas de las herramientas digitales que han invadido nuestros hogares con una única finalidad implantar el aprendizaje electrónico sin importar el nivel que se tenga.
La COVID-19 no ha cogido por sorpresa a ELEInternacional. Según la escuela, «desde hace tiempo estamos observando un incremento considerable de personas que estudian online. Además, la tecnología permite que cualquier persona pueda aprender cualquier materia, aunque no tenga ningún conocimiento anterior, nosotros le apoyamos durante el proceso».
En este contexto queda evidente que los cursos online ofrecen muchas beneficios y ventajas. «Esto supone un importante avance en cualquier ámbito educativo, en definitiva, la enseñanza online y sus herramientas tecnológicas son indispensables», explica Marta Ezquerro, escritora y tutora de diversos cursos de ELEInternacional.
Pero, ¿se puede enseñar online un idioma desde cero? ELEInternacional explica paso a paso cómo conseguirlo, «no hay que tener miedo a una primera clase con alumnos que desconocen totalmente una segunda lengua. El ordenador no es una barrera sino todo lo contrario, puede resultar de una gran ayuda en ese primer acercamiento al estudiante», comenta Ezquerro.
¿Es conveniente usar en clase otra lengua que no sea la lengua que hay que enseñar?
Muchos profesores de español tienen esta duda, sobre todo, con estudiantes de nivel 0. Al principio, y con alumnos que no hablan nada de español, el poder comunicarnos con ellos en su lengua u otra lengua que se tenga en común es algo inevitable y necesario. Además, permite que el alumno se relaje y sepa que tiene un canal adicional para entenderse con su profesor. «Hablar una lengua común se convierte en una herramienta más en nuestras clases que no se debe desaprovechar», explica.
¿Cómo se introduce el vocabulario?
En las primeras clases es conveniente ofrecer al alumno un "input comprensible". Es decir, ofrecer un vocabulario y constantes repeticiones de estructuras para que empiece a asimilar palabras y usos de una manera fluida, sin estrés, sin obligar a usarlo, solo escuchando y leyendo. El vocabulario es básico y "esencial".
¿Cómo se trabaja con las nuevas palabras?
El material puede ser muy variado. Siempre se recomienda dar al alumno las palabras escritas en la pantalla para que pueda leerlas y no se sienta perdido. Esas palabras deben ir acompañadas de imágenes para que el estudiante las identifique. «Podemos utilizar infografías, actividades interactivas, fotos, role play sencillos... pero todo muy organizado y diseñado al milímetro», desarrolla.
Y es que la motivación es uno de los factores más importantes para que un estudiante adquiera más habilidad que otro para alcanzar el éxito en su proceso. A priori, la motivación de un alumno 0 es integradora, es decir, el aprendiente de una segunda lengua se interesa por la lengua meta y está dispuesto a participar y esforzarse. Su actitud es receptiva y no se debe desaprovechar esa oportunidad planificando una clase monótona o en la que el estudiante piense que no ha retenido o asimilado nada.
¿Qué actitud debe tener el profesor?
La actitud del profesor debe ir siempre encaminada a conseguir que el alumno se "enganche", tanto por el diseño de las actividades de cada sesión como por la interrelación que se genere con el alumno.
Tal y como explican desde ELEInternacional, «no debemos ocasionar ansiedad al preguntar o corregir, sino mostrarle lo bueno de retener una palabra, de responder a una pregunta, de poder decir las primeras palabras en español.
Factores como la seguridad, la confianza, la comodidad al interactuar, las buenas relaciones interpersonales y el papel del profesor como facilitador inciden de forma muy favorable en convertir ese proceso en productivo y enriquecedor».
¿Cómo empezar la clase?
Demostrando al alumno cuántas palabras ya conoce en español sin apenas darse cuenta: museo, diario, universidad, tomate, ángel, orquesta, concierto, información, taxi, elefante, teatro, parque, policía...
¿Cuánto debe durar la clase?
No es aconsejable que dure más de 60 minutos. Más de ese tiempo se puede saturar o llegar a bloquear al alumno que ha recibido mucha información y debe asimilarlo.
Así pues, todo apunta a que la formación online pasa por adaptarse a las diferentes herramientas tecnológicas a nuestra disposición como una oportunidad sin importar el nivel que se tenga y desde cualquier lugar del mundo.