
FameLab es un certamen internacional de monólogos científicos organizado en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el British Council. Entre los semifinalistas se encuentran siete hombres y cinco mujeres comprendidas entre los 21 y los 43 años. En la gran final internacional de FameLab 2020, que se celebrará en junio en el Festival de Ciencia de Cheltenham, participarán los científicos monologuistas ganadores de cada uno de los países participantes. Alicia Pelegrina estudió Ciencias Ambientales en la Universidad de Granada. Se doctoró en 2017 en la misma universidad y actualmente es la responsable de la Oficina Técnica SO-IAA, que da soporte al proyecto Severo Ochoa y a la actividad científica del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Ha llegado hasta la final de Famelab con el monólogo "¡Queremos ver las estrellas!", centrado en la contaminación lumínica.
¿Cómo acogió la idea de ser semifinalista de FameLab?
Llena de alegría y entusiasmo. Ha sido todo tan rápido que aún no he tenido tiempo de asimilarlo.
¿Con qué tema científico te has clasificado para las semifinales?
El tema que he elegido ha sido Contaminación Lumínica. El Instituto de Astrofísica de Andalucía puso en marcha en 2016 la Oficina de Calidad del Cielo IAA-CSIC de la que formo parte desde sus comienzos. El objetivo de esta Oficina es ser referente científico en la protección del cielo nocturno y concienciar a la sociedad de la importancia de proteger este recurso. FAMELAB es el mejor espacio para visibilizar y dar a conocer nuestro trabajo.
¿Cómo ha sido tu preparación para esta competición?
Tengo grandes maestros de la divulgación científica en casa. La Unidad de Cultura Científica del Instituto de Astrofísica de Andalucía es una gran escuela para aprender a contar la ciencia. Una vez que decidí adentrarme en esta aventura, lectura de artículos, paseos para pensar, escribir ideas, visualización de videos de otras ediciones del certamen, y lo más difícil de todo, mirar al objetivo de una cámara por primera vez y hacernos amigas.
¿Qué opinas de este tipo de eventos que tratan de comunicar la ciencia de forma más cercana a la sociedad?
En mi opinión, la ciencia y los lugares donde se hace ciencia deben ser espacios abiertos a su entorno social. Cualquier canal o herramienta que permita fomentar y fortalecer este acercamiento me parecen muy interesantes. Y si es a través de formatos como FAMELAB, en los que el conocimiento va de la mano del humor, la combinación es perfecta. Vivimos en una sociedad donde la risa está siendo desplazada por la confrontación, y eso ¡tenemos que cambiarlo!
¿En qué momento de tu vida te decidiste a dedicarte a una carrera del área STEM?
No hubo un antes y un después que marcara esta decisión en mi vida. Fue, podemos decir, una transición casi natural. Al terminar selectividad me encontré ante el abismo del ¿y ahora qué? Me gustaban todas las materias que había estudiado hasta entonces: matemáticas, química, física, biología, y allí estaba, recién incorporada a la oferta formativa universitaria, la Licenciatura en Ciencias Ambientales, totalmente novedosa (soy bastante de innovar) y aglutinando todas esas materias que me gustaban. Lo tuve claro.
La brecha de género existente en las carreras científicas continúa siendo un problema hoy en día, ¿cómo consideras que habría que eliminarla?
Esa brecha nos demuestra que la sociedad patriarcal sigue imponiendo sus pautas en este y en otros muchos aspectos de la vida diaria. Se requiere la transmisión clara de valores igualitarios, no de palabra sino con hechos, por parte de las familias, la escuela y la sociedad. Despertemos la curiosidad de nuestras niñas y démosle el método para satisfacerla…estaremos fomentando futuras carreras científicas. La visualización de las numerosas científicas que han marcado nuestra historia y de las mujeres que trabajamos en Ciencia, es un importante recurso para el fomento de vocaciones científicas entre las chicas.