
Debido a la suspensión de las clases presenciales en los centros educativos con motivo de la crisis del COVID19, en Italia el gobierno ha decretado el aprobado general y en España algunas voces, como el Sindicato de Estudiantes, han abogado en los últimos días por aplicar también esta medida, así como la cancelación de todos los exámenes, incluida la prueba de acceso a la Universidad y que todos los estudiantes pasen de curso.
A pesar de estas opiniones, parece que finalmente no se adoptará medida similar a la de nuestros vecinos italianos. La comisión permanente del Consejo Escolar del Estado, máximo órgano consultivo del Gobierno en materia educativa, descartó el pasado día 7 el aprobado general, al tiempo que acordó que se avanzara en contenidos y que éstos fueran evaluados.
Tampoco las Universidades están de acuerdo. Tanto las recomendaciones de la conferencia de rectores (CRUE) como de la Red Española de Agencias de Calidad Universitaria (REACU) apuntan en el sentido de que las Universidades mantengan sus clases online hasta finalizar el periodo lectivo y utilicen herramientas de evaluación en remoto, así como que todos los cambios que esto suponga queden reflejados en las guías docentes de las asignaturas y se informe de ello a los estudiantes con la máxima diligencia y detalle.
En la Universidad CEU San Pablo se utilizan desde hace años, incluso antes de que el Plan Bolonia así lo indicase, sistemas de evaluación continua mediante los que se persigue una valoración sumativa a lo largo de todo el curso de los avances que realizan los estudiantes en la adquisición de las competencias de los títulos que cursan. Y esto es lo que hemos seguido haciendo desde la suspensión de la docencia presencial. 48 horas después de que nuestras aulas se cerraran físicamente, se imparten las clases a través de nuestro campus virtual, se realizan tutorías, actividades extraacadémicas, incluso prácticas externas mediante teletrabajo en aquellos casos en los que éste es posible. Igualmente, hemos seguido aplicando la evaluación continua, y seguiremos haciéndolo hasta que finalicen las clases, utilizando sistemas de proctoring que garantizan la autoría y evitan el fraude académico.
En nuestra Universidad, el curso sigue, los estudiantes están "yendo" a clase y siendo evaluados conforme a lo previsto, estamos preparados para realizar los exámenes online. Sería injusto tanto para los profesores que están realizando un enorme esfuerzo para adaptarse a esta situación, como para los estudiantes que siguen trabajando y estudiando para aprovechar el curso con el máximo rendimiento, que recurriéramos a medidas del tipo "aprobado general".
Tendremos que ser flexibles, buscar soluciones creativas y garantizar el acceso de todo el estudiantado a los recursos necesarios para seguir las clases y "presentarse" a los exámenes. Pero deberemos valorar el esfuerzo y los méritos de cada uno en su justa medida, tanto más en esta situación donde cada persona está demostrando y demostrándose de lo que es capaz aún en escenarios de gran dificultad. Lo contrario, resultaría desmotivador y poco equitativo. Por eso, nuestra respuesta a la pregunta "¿aprobado general?" debe ser sin duda "no, gracias".
Elaborado por Rosa Visiedo Claverol, Rectora Universidad CEU San Pablo