
Uno de los mayores problemas al que se enfrenta históricamente la educación es la curva de adopción de la tecnología. En los centros educativos habitualmente no se incentiva a los alumnos a usar nuevas herramientas, aunque los dispositivos electrónicos estén ya muy presentes en sus vidas diarias. Ante situaciones de crisis como las que atravesamos, nos encontramos con muchas dificultades a la hora de impartir clases online que evidencia que es de suma importancia ofrecer a los jóvenes la tecnología necesaria para que, a través de la práctica, se involucren en el aprendizaje de una forma más efectiva, fácil y sencilla.
El principal objetivo debe ser a la creación de un sistema educativo que tome como base las Tecnologías de la Educación y que dé solución a los retos del presente y el futuro. A través de la realidad virtual (VR), colegios, universidades y escuelas podrán ofrecer a sus alumnos un nuevo lugar donde poder descubrir y experimentar con estas nuevas tecnologías por primera vez y comenzar un largo camino en el desarrollo de contenidos formativos. Aprendizaje experiencial no solo en entornos presenciales, sino también y en un corto plazo de tiempo, en remoto para aprender desde cualquier lugar y en cualquier momento.
De este modo, y en un futuro muy cercano, a través de la teleeducación y el e-learning se podrían seguir impartiendo clases online, como alternativa educativa a otros casos de aislamiento social como el que vivimos con esta crisis sanitaria.
La realidad virtual ayuda a los estudiantes a sentirse inmersos en una experiencia inmersiva, fomentando su imaginación y estimulando el pensamiento de formas que no son posibles con materiales convencionales. Y además facilita un nivel mucho más alto de retención de conocimientos y permite reducir la curva de aprendizaje ya que evita distracciones innecesarias, ya que permite al tutor controlar toda la experiencia y los contenidos a los que un estudiante puede acceder en un determinado momento.
Entonces, ¿cómo sería la educación del mañana si se democratiza el uso de nuevas tecnologías?
Inmersiva: La característica más determinante de esta tecnología es la sensación de presencia que nos hace sentir inmersos. Nos traslada a otros lugares y nos adentra en una realidad digital que puede llevarnos a entornos realistas, como si viajáramos en el espacio o en el tiempo.
Con mayor implicación: Una vez nos transportamos a otros lugares, podemos vivir situaciones que reaccionan a tiempo real a nuestras decisiones y este proceso nos involucra en la experiencia de una forma única. Estos sistemas permiten el estudio individual, así como el uso cooperativo del mismo entorno de realidad virtual y permite a los estudiantes visualizar, por ejemplo, estructuras anatómicas en profundidad para comprender mejor cómo funciona el cuerpo humano.
Basada en la experiencia: Una vez nos quitamos el dispositivo VR, sentimos lo vivido como un recuerdo o una experiencia de algo que hemos llegado a sentir como real, como si de verdad hubiéramos visitado la tumba de Tutankamón o realizado una operación a corazón abierto.
El conocimiento es la información que adquirimos a través de nuestras experiencias y cómo nos involucramos con ellas. Un estudio del VR & Learning National Training Laboratory arrojó resultados que ponían a la realidad virtual a la cabeza de las mejoras formas de aprendizaje, por su capacidad de optimizar la curva de aprendizaje, que, según esta fuente, podría llegar al 75% de retención del conocimiento.
La realidad virtual es una tecnología que, entre muchas otras cosas, permite expandir los límites del aprendizaje. La educación no puede, ni debe, quedar al margen de las innovaciones en el ámbito digital que serán siempre un complemento perfecto y enriquecedor para el sistema educativo.
Elaborado por Danny García, Tech Director de Kuantiko Studio