Madrid
La política y la educación nunca han estado tan relacionadas. Con el objetivo de esclarecer qué exigen las aulas hoy en día, Toni Roldán, de EsadeEcPol y Antonio Cabrales, de la University College London, presentaron el primer Policy Brief: "Dos acuerdos educativos para la legislatura: una propuesta transversal". Con esta iniciativa ambas instituciones pretenden ofrecer una propuesta políticamente viable para lograr acuerdos ambiciosos en las áreas más importantes: abandono educativo, docentes e inversión.
Cada vez que un partido político habla de ley de educación, los docentes y los estudiantes empiezan a sufrir las consecuencias en primera mano. Uno de los aspectos que trata este informe es el por qué no hay un pacto educativo. La primera razón que explica este retroceso es la propia naturaleza de lo que se quiere reformar, a que "en la educación se entrecruzan, además de multitud de intereses legítimos, todas nuestras aspiraciones como sociedad", indica el estudio. La educación se ha convertido en un premio demasiado importante para cedérselo al partido rival que gobierna. En este sentido, en el último intento de reforma, el PSOE optó por abandonar la subcomisión del pacto educativo en el Congreso de los Diputados tras más de año y medio de trabajo, porque no le interesaba cederle ese éxito al Partido Popular.
No obstante, los autores de este trabajo consideran que en la actualidad este país atraviesa un buen ciclo económico, lo que se traduce en cierta estabilidad y margen de financiación. A la hora de pensar en un pacto educativo a largo plazo, consideran que es más importante avanzar de forma gradual en lo relevante, aunque queden cuestiones por resolver. Esto desemboca en realizar una suma de acuerdos, en vez de un gran pacto, realizar consensos importantes y no polarizantes, permitiendo al sistema educativo avanzar hacia la mejora de los aprendizaje y la lucha contra el abandono temprano, en lugar de tocar espacios mediatizados polarizados; y tener una visión gradualista de largo plazo en cuanto al diseño e implementación de las reformas educativas.
El gran reto: fracaso y abandono temprano
El sistema educativo actual tiene como principal reto la reducción del abandono temprano, situándose España como el país con mayor tasa de toda la UE. Las consecuencias que revela esta cifra es que un quinto de la población joven llegará a la vida adulta sin una palanca de oportunidades. Este estudio concentra el problema en la poca implantación de estudios medios, ya que en España solo un 23% de jóvenes cuenta con titulaciones medias, muy lejos de la media de la OCDE (41%) y de la UE /44%).
El indicador de abandono temprano recoge dos fenómenos distintos: los alumnos que no logran el título de ESO y los alumnos que logran la ESO pero que no se siguen formando después. Por su parte, otro síntoma que revela importantes dificultades del sistema educativo es la repetición de curso, una medida muy cara, muy poco eficaz y que aumenta la probabilidad del fracaso escolar. Esta práctica afecta, según el estudio, a un 30% del alumnado español.
Carrera profesional docente
A pesar de que se intentan mejorar los recursos y la estructura del sistema, los aspectos relacionados con la carrera profesional docente no suelen tener tanto calado en la sociedad. Según el informe hay siete elementos comunes a un modelo de carrera y desarrollo profesional docente: el enfoque en el contenido, la estrategia de aprendizaje activa, la colaboración docente, modelos de estrategias docentes eficaces, la tutorización docente, la evolución por pares y reflexión entre docentes y la sostenibilidad en el tiempo. Concretamente en España, la carrera profesional carece de varios de estos elementos, lo que limita el potencial de los docentes.
Mientras que algunos países cuentan con un modelo de inserción a la docencia que facilita la actividad de los profesores nuevos que se incorporan al centro, España no dispone de ninguna iniciativa de este tipo. Este vacío puede producir que los docentes más jóvenes muestren mayores necesidades de desarrollo profesional. En este sentido, el 19% de los profesores españoles ha participado en actividades de observación entre iguales o autoevaluación y coaching en la escuela, mientras que la media de la OCDE es del 44%, lo que muestra que el profesorado sufre un fuerte aislamiento.
Inversión en educación
Uno de los principales problemas que más se le achaca a la educación es la poca inversión que hace España, situándose en las posiciones más bajas. Según las últimas cifras del Ministerio de Educación y Formación Profesional, el gasto público total en educación, fue en 2016 del 4,25% del PIB, mientras que en el año 2009 rozó el 5% del PIB. El estudio indica que las cifras en inversión no son solo interiores en relación con el PIB, sino que también en términos absolutos: frente a los 8.470 y 8.548 dólares que invierten por estudiante la media de la OCDE y los de la UE23, respectivamente en educación primaria, España invirtió 7.653 dólares, en educación secundaria.
Soluciones del sistema educativo
Los autores del estudio consideran que ante el problema del abandono escolar, en España existen dos buenas experiencias con programas, como es el caso del Plan PROA (Programas de Refuerzo, Orientación y Apoyo), que apoyaba a cientos de centros en todas las CCAA. También destaca el Programa de Acompañamiento Escolar (PAE) o el Plan para la Reducción del Abandono Educativo Temprano, implementado entre 2007-2016.
En relación con los profesores, las mejoras en la calidad del profesorado pueden mejorar significativamente los resultados de los alumnos. El modelo de formación docente que más popularidad alcanza entre los encuestados es el que se refiere al MIR Docente, mediante la combinación de un nuevo sistema de acceso a la función docente con un periodo de formación en el puesto de trabajo. Los autores del estudio preveen que este MIR va acompañado de un programa ambicioso de formación y evaluación por pares durante la vida profesional. El estudio consdiera que con profesores bien formados es importante permitir una gran innovación curricular y en los contenidos, así como centrar la evaluación de resultados en competencias, que es lo que reclama la sociedad y los docentes en la actualidad.