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¿Muestra el informe PISA la realidad educativa de un país?

  • Hay que reflexionar acerca de qué haría falta para mejorar la transmisión de conocimientos en las aulas de nuestro país
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En los últimos días hemos visto encabezar el listado de noticias más leídas por aquellas relacionadas con el conocido informe PISA, que ha hecho públicos los resultados de las evaluaciones que ha llevado a cabo durante el año 2018 a alumnos y alumnas de diferentes países que cursan el último año de educación obligatoria (en España esto corresponde al alumnado que cursa 4º de la ESO, de entre 15 y 16 años)

A pesar toda la información que hemos recibido esta última semana, no está de más presentar algunos datos sobre este programa: PISA son las siglas en inglés de Programe for International Student Assessment (en castellano, Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes); es un programa promovido por la OECD (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico); los resultados de esta evaluación pretenden dar a conocer el nivel de adquisición de competencias por parte del alumnado de los 37 países que conforman la OECD además de los 41 países asociados. Cada tres años se evalúan, mediante una prueba escrita, tres áreas de conocimiento diferentes: competencia matemática, competencia científica y competencia lectora.

Los resultados de esta evaluación se hacen públicos a través del informe PISA,del cual los gobiernos de los países participantes pueden extraer líneas de acción de cara a reorientar sus políticas educativas y así tratar de mejorar la adquisición de competencias del alumnado en las áreas de conocimiento evaluadas. Esto sugiere que algunas de las decisiones que se vayan a tomar en los próximos años en nuestro país con respecto al ámbito de la legislación educativa, tomarán como referencia tanto estos resultados, como las recomendaciones emitidas por la OECD para mejorarlos.

En el año 2018, se han pasado las pruebas de evaluación a aproximadamente 36 000 estudiantes de 1 089 centros distribuidos por todo el país (OECD, 2019). Los resultados obtenidos en el área de Matemáticas y en el área de Competencia científica, evidencian que España se encuentra por debajo de la media en la evaluación de los países participantes, 481 puntos sobre el promedio de la OECD: 489. El resultado obtenido también indica que existe un cambio en la tendencia positiva de la puntuación obtenida en los últimos años en matemáticas: 483 puntos (2009), 484 puntos (2012), 486 puntos (2015) y 481 puntos en (2018); y una caída significativa en Competencia Científica, de los 493 de 2015 a los 483 de 2018. Viendo estas cifras y atendiendo a los resultados del informe, vemos que realmente la variabilidad en comparación con los años anteriores es poco significativa y podríamos pensar que este año la alarma generada ha sido mayor que en otras ocasiones, pese a que la puntuación obtenida es similar a la obtenida en años anteriores: podríamos decir que España se ha quedado estancada en cuanto a los resultados en estas pruebas.

Llegados a este punto cabe preguntarse si lo que se evalúa en PISA muestra la realidad educativa de un país. Existen numerosas referencias en el ámbito pedagógico donde se sugiere que las pruebas realizadas por PISA no abarcan todo el conjunto de enseñanzas que se imparten en los centros educativos. Hay un número significativo de expertos en el ámbito docente, como el catedrático en Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Julio Carabaña, que se muestran muy críticos con los informes que se redactan a partir de los resultados obtenidos en este programa, ya que no se evalúa la totalidad de las enseñanzas impartidas en los centros educativos. Y es que en los centros educativos existe variables que PISA no tiene en cuenta y que pueden dar un resultado sesgado hacia un tipo concreto de conocimiento adquirido, de manera que el resultado mostrado podría considerarse parcial.

Para finalizar, cabe hacer una reflexión acerca de qué haría falta para mejorar la transmisión de conocimientos en las aulas en nuestro país. Si partimos de los datos publicados por el Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2017 España invirtió en educación un porcentaje menor de su PIB en comparación con otros países de la Unión Europea. Podríamos comparar nuestro 4,2% del PIB invertido con el 5,4% de Francia, el 6,5% de Bélgica, o el abrumador 8,0% de Noruega. Estos países, con un PIB mayor, invierten un mayor porcentaje en educación y son referentes a nivel mundial por los resultados académicos de su alumnado. Quizás sean estos países donde buscar la referencia para construir un modelo educativo que permita una educación de calidad, dejando el informe PISA como un indicador más, sin perder la perspectiva de que la meta no es sacar mejor nota en estas evaluaciones, sino trabajar para tener un sistema donde todos los agentes implicados en la educación tengan recursos suficientes para que el alumnado finalice su etapa educativa obligatoria con las mismas garantías que el alumnado de los países de referencia europeos.

Elaborado por Lorena Nieves Seoane, Directora Académica del Área de Ciencia y Tecnología de la Universidad Internacional de Valencia

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