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¿Qué necesitan las universidades españolas? ¿Cómo pueden ser más competitivas?

  • En la última década la financiación universitaria ha sufrido serios reveses
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La universidad española es reconocida a nivel mundial como un sistema homogéneo y competitivo. Cuenta con profesionales de acreditada solvencia y produce titulados muy bien valorados en países tan exigentes académicamente como Alemania, Francia y Reino Unido.

Sin embargo, es bien sabido que la universidad española no cuenta con mecanismos para lograr situarse en los primeros puestos de los rankings internacionales, a diferencia de estos y otros países. Es decir, ha logrado ser solvente y obtener reconocimiento, pero no ha logrado desarrollar núcleos de excelencia. Una razón estriba, cómo no, en el problema endémico de la financiación del sistema. En la última década la financiación universitaria ha sufrido serios reveses de los que no solo se debe recuperar. Debe también superar las cotas anteriores al inicio de su deterioro y racionalizar los recursos con el fin de optimizar su utilización. Por desgracia, España dedica a la formación superior menos recursos que la media de los países de la Unión Europea y es cierto que no se han depurado al cien por cien los mecanismos de inversión de recursos. Así pues, el Estado debe buscar el equilibrio estratégico de financiación de los distintos ámbitos de competencias y es evidente que una apuesta más generosa, y también más racionalizada, por la universidad reportará beneficios perdurables al conjunto de los otros sectores del estado. Otra razón se debe buscar en la flexibilidad del sistema que no ha desarrollado fórmulas no cuantitativas para la captación del talento. Esta segunda razón nos lleva irremediablemente a la primera, pues la captación debe estar vinculada a la financiación por objetivos y a fomentar la motivación de los mejores profesionales para implicarse en proyectos educativos, organizativos e investigadores de gran calado.

En este contexto de modernización de la universidad, la UNED ha puesto en marcha un Plan Estratégico 2019-2022, cuya finalización coincide, además, con el 50 aniversario de nuestra universidad. La digitalización, la internacionalización y la proyección social son los tres ejes transversales que definen y sustancian nuestra oferta educativa, nuestra actividad investigadora y la gobernanza de la universidad.

"La UNED tiene un Plan Estratégico 2019-2022, cuya finalización coincide, además, con el 50 aniversario de nuestra universidad"

La digitalización y la innovación educativa es un imperativo en el mundo actual, donde el uso de las técnicas de la Inteligencia Artificial está permitiendo abordar un nuevo marco de escenarios de enseñanza y de aprendizaje basado en las necesidades del usuario. En el caso de la UNED, por su propia idiosincrasia, la digitalización es un elemento nuclear de la enseñanza. Estamos mejorando las plataformas, haciéndolas más intuitivas y versátiles, aplicando minería de datos para desarrollar entornos de aprendizaje personalizados, mejorando nuestra amplia producción de recursos digitales, y, en suma, apostando decididamente por la innovación educativa, la accesibilidad y la inclusión. En esta línea de transformación tecnológica e hiperconectividad, es nuestra prioridad mejorar tanto los modelos de enseñanza-aprendizaje como los equipamientos, las infraestructuras para la investigación y las conexiones. En definitiva, es una apuesta firme que demanda inversión a corto y medio plazo, pero que incardinará al conjunto de la universidad española, y en especial a la UNED, dentro de un horizonte de desarrollo hacia una universidad más inteligente cuya realidad es incuestionable.

La internacionalización de la universidad española es ya un hecho. Afortunadamente, España ha ido dando pasos cada vez más decididos en esa dirección y son muchos los estudiantes y el personal universitario en general que se benefician de ello. El siguiente paso, sin embargo, debe ir más allá de los programas formativos conjuntos, hacia la integración plena de los profesionales universitarios y el personal de administración y servicios en todo tipo de redes, proyectos y programas internacionales, así como a desarrollar nuestra capacidad para liderarlos. En esta línea, nuestro plan de fortalecimiento de la internacionalización va a favorecer la movilidad de la comunidad educativa y la cooperación transnacional para la innovación y el intercambio de buenas prácticas, claves para la mejora competitiva.

Finalmente, la universidad española y, muy especialmente la UNED, debe estar muy cercana a los desafíos de la sociedad. Así, hemos alineado nuestra política universitaria con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 con el fin de que la UNED, con una renovada oferta académica, dé respuesta a temas tan relevantes como el cambio climático, la igualdad de género, el acceso a la educación superior, la salud o el consumo responsable, entre otros. Es nuestro deber como universidad pública y agente social de cambio que somos, asumir la responsabilidad social y ambiental como ejes prioritarios de desarrollo. Este ámbito de actuación debe ligarse al de la internacionalización con el fin de mejorar la competitividad global de nuestra capacidad de cooperación para el desarrollo.

Ricardo Mairal, rector de la UNED

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