
La idea de que las dos mayores divisas del mundo regresasen a la paridad en el décimo quinto aniversario del nacimiento del euro se ha desvanecido con la misma fuerza con la que tantos enteros ganó a comienzos de año, cuando el euro se aproximó a los 1,0339 dólares. La divisa comunitaria se dispara un 6,4 por ciento frente al billete verde en el año y se encarama por encima de los 1,11 dólares por primera vez desde las elecciones en Estados Unidos. Unos niveles que no dan vértigo a los analistas, que señalan que este ascenso no ha hecho más que empezar.
Así, si el pase del centrista Emmanuel Macron a la segunda vuelta de las elecciones francesas y su posterior victoria dio alas al cruce hasta situarlo a las puertas del 1,10, la tensión en Estados Unidos después del cese del director del FBI, James Comey, ha impulsado a la divisa continental otro 2 por ciento. "Algunos analistas están considerando que las palabras de Trump a Comey [solicitando que archivase la investigación al exconsejero de seguridad nacional, Michael Flynn, por sus contactos con Rusia] podrían ser interpretadas como un intento de pervertir el curso de la justicia", advierten en Afex. Esta agitación política al otro lado del Atlántico, unida a la relajación de la misma en Europa, ha permitido al euro perforar resistencias y que, al cierre de la edición de ayer, se encaramara por encima de los 1,12 dólares.
"La ruptura de la resistencia en los 1,1015 dólares por euro que venía guiando las caídas durante los últimos meses plantea un contexto de mayores alzas hacia primeros objetivos en los 1,13 dólares y no descartamos incluso que el par se dirija al techo del proceso lateral de los dos últimos años, en los 1,16-1,17 dólares por euro", indica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista. De cumplirse las estimaciones, a la divisa comunitaria todavía le separa casi un 5 por ciento para rememorar sus niveles más elevados de la banda en la que se ha movido en los últimos dos años y medio, que han sido los más tranquilos de los 15 años de historia del euro.
La nueva hoja de ruta del BCE
Los analistas coinciden en que los movimientos del BCE y la agenda política al otro lado del Atlántico refuerzan este escenario. Los expertos consultados por Bloomberg prevén que el cruce cierre el año en los 1,10 dólares y que en 2018 se vaya a los 1,15. En ING van más allá y esperan que "el eurodólar se estabilice en el 1,15 a finales de este año", algo que coincidirá, según las estimaciones de la entidad neerlandesa, con el anuncio de una progresiva reducción de la compra de activos -actualmente de 60.000 millones de euros- entre enero y junio de 2018, cuando desaparecerán por completo.
Los inversores marcan la reunión que mantendrá el BCE ese mismo mes como aquella en la que se producirá la primera subida de tipos en la zona euro en siete años. En la entidad vislumbran un "segundo salto hasta el 1,20 a mediados de 2018". En UniCredit señalan que la evolución macroeconómica refuerza el cambio de rumbo en la política monetaria: "Hay evidencias de una recuperación sostenida en la zona euro", algo que, "unido a la incapacidad de la Administración de EEUU de llevar a cabo las promesas de campaña", lleva a los analistas a concluir que "el euro se encuentra infravalorado en un 12 por ciento".
Mientras tanto, en Estados Unidos, las perspectivas que manejaba la Fed de tres subidas de tipos en 2017 ganan cada vez menos enteros entre los inversores y entre el presidente de la Fed de Saint Louis, James Bullard. El mandatario señaló en una conferencia que el escenario proyectado por la situación "es demasiado agresivo dada la actual situación macroeconómica en Estados Unidos". Según datos de Bloomberg, el mercado actualmente descuenta con un 47 por ciento de probabilidades dos nuevos giros a la manivela monetaria.
Las dificultades de Trump
El euro encuentra argumentos para seguir subiendo en la decepción con las reformas de Trump. La rebaja del impuesto a la repatriación de tesorería que acumulan las empresas en el extranjero del 35 al 10 por ciento, y el BAT (impuesto transfronterizo) se ven cada vez más lejos. La primera podría canalizar un torrente de 2,4 billones de euros a territorio americano. Su precedente, el llevado a cabo por el gobierno de George W. Bush a finales de 2004, hasta el 5,25 por ciento, coincidió con el mayor rebote del dólar frente al euro en un ejercicio: se disparó un 14,4 por ciento en el año siguiente.