Divisas

Ni el pánico hace del yen un activo refugio

  • El volumen que mueve el 'carry trade' ronda los 9 billones de dólares en la actualidad. De hecho, se encuentra en máximos históricos

En los últimos años, los periodos en los que suele producirse una subida del yen frente al resto de divisas más negociadas del mundo suele coincidir con periodos de aversión al riesgo. No obstante, no por ello se trata de una divisa refugio. Este comportamiento responde a los efectos del 'carry trade'

Refugio, especulación, miedo...; son muchos los adjetivos que se han adherido a las explicaciones de propios y extraños para analizar el comportamiento del yen japonés en las últimas semanas. Hasta cerca de un 4 por ciento de media ha llegado a revalorizarse frente a sus diez cruces más negociados del mundo, lo que la convierte en una de las divisas más alcistas del ejercicio de 2016.

Ni siquiera el euro, que registra un alza cercana al 2 por ciento en el año frente al dólar, se acerca a las rentabilidades tan abultadas que ofrece la divisa nipona en este comienzo de ejercicio. No en vano, durante el mes de febrero el yen ha rebasado sus máximos de los últimos 15 meses en su cruce frente al dólar estadounidense.

"El riesgo de ver una mayor debilidad del dólar frente al yen ha resurgido con bastante rapidez", afirman desde Bank of America. "Sobre todo", continúan desde la firma, "tras el recorte de los tipos de interés llevado a cabo por el banco central de Japón (BoJ), que en nuestra opinión, probablemente no sea suficiente para invertir la fortaleza del yen".

Y es que, el comportamiento alcista de la moneda nipona no parece responder a ningún criterio racional si se atiende a la política monetaria expansiva del BoJ -su última medida ha sido la adopción de tipos de interés negativos- que, teóricamente, debería acarrear un descenso del yen.

"La política monetaria sigue en modo expansivo", afirma Nick Peters, gestor de fondos multi-activos de Fidelity International, que además señala que se espera que así siga siendo durante un periodo de tiempo prolongado: "Los legisladores están preparados por si hubiera que profundizar aún más en esta política".

Entonces, ¿qué está provocando este alza desmesurada que ha llevado al yen a marcar su nivel más alto en el último año y tres meses? La pregunta encuentra su respuesta en el carry trade, la técnica por la cual los inversores se financian en divisas de países cuyos tipos de interés se encuentran bajos para invertir en países con tasas más altas y así poder aprovechar las diferencias en el precio del dinero.

"El volumen que mueve el carry trade ronda los 9 billones de dólares en la actualidad", asegura Alex Fusté, economista jefe de Andbank. "De hecho", prosigue el mismo experto, "se encuentra en máximos históricos".

Los inversores han utilizado el yen y el euro -más que el dólar- para financiar sus inversiones en economías emergentes o en activos de mayor riesgo, que evidentemente ofrecen unas rentabilidades más elevadas. "Son divisas de países cuyos bancos centrales además de adoptar políticas monetarias muy acomodaticias son muy transparentes a la hora de transmitir sus decisiones futuras" afirma Fusté.

Sin embargo, en el momento en el que arrecia la tormenta en los mercados, como en el inicio de 2016, los activos de más riesgo son los que más sufren los vestigios de la crisis. "Es entonces cuando los bancos hacen sus margin call a los inversores que se han financiado en estas divisas, que se ven obligados a deshacer posiciones", señala el experto de Andbank.

En ese momento es cuando estos inversores se ven obligados a abandonar sus inversiones para recomprar los yenes y los euros en los que se han financiado y así poder repagar sus deudas, lo que genera una fuerte subida del yen.

"En los últimos años, los periodos en los que suele producirse una subida del yen frente al resto de divisas más negociadas del mundo suele coincidir con periodos de aversión al riesgo", explica Juan Ignacio Crespo, analista financiero. No obstante, no por ello se trata de una divisa refugio. "En momentos en los que cunde el pánico, los inversores devuelven los préstamos en yenes que tenían, generando una subida de esa divisa".

En una posición similar se pronuncia José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España: "Se trata de una moneda acreedora. Hay que tener en cuenta que es la divisa de un país que sufre de exceso de ahorro. Por ello, cuando hay mayores restricciones al crédito, o se da una aversión al riesgo, los inversores tratan de repatriar capitales".

Y la situación se ha convertido en propicia para que se produzca este movimiento. El mercado ya no sólo se guía por los niveles técnicos o fundamentales, sino que el sentimiento del inversor cada vez pesa más en sus decisiones estratégicas.

"Hay un aspecto interesante en la evolución de los mercados, sobre todo en momentos como este, y es la conducta o el estado de ánimo de los inversores; la extrema aversión al riesgo que muestran en estos días se refleja también en diversos indicadores que miden el sentimiento inversor", afirman desde el análisis de Banca March.

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