Divisas

La libra y el dólar: la cara y la cruz de la semana

¿Recesión? ¿Desaceleración? da igual el nombre que se le dé, la situación económica en Estados Unidos sigue siendo preocupante, y el dólar paga los platos rotos. Cada vez que el 'billete verde' ha amenazado con una recuperación, siempre aparece algo que no le permite levantar cabeza.

Esta semana, ese "algo" fueron, por un lado, los precios del crudo y el oro, que siguen manteniendo al dólar bajo presión. También las actas de la última reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), donde se indicó que nuevos recortes de tipos están a la vuelta de la esquina. Pero el golpe final vino el jueves, con el índice manufacturero de la Fed de Philadelphia.

Dicho índice, considerado una referencia sobre el estado de la economía en todo el país, marcó una contracción muy por encima de lo esperado, provocando en el dólar su peor caída en cuatro semanas frente al euro.

Como si esto fuera poco, a pesar de la rebaja en las estimaciones de crecimiento del Banco Central Europeo (BCE), hoy los índices PMI del sector servicios y manufacturero superaron las estimaciones en la Eurozona. Así, la moneda comunitaria sigue ganando terreno, y se cambia cerca de un máximo en tres semanas contra el dólar, cerca de la zona de 1.4850 (EURUSD).

Dado que la resistencia en 1,4709 dólares (máximo del 15 de febrero) ha sido superada, los operadores están atentos a los siguientes niveles en 1,4832 (máximo del 5 de febrero y que está siendo desafiado) y 1,4964 (récord histórico). A su vez, los soportes se ubican en 1,4695, 1,4548 (mínimo del 14 de febrero) y 1,4366 (mínimo del 22 de enero).

Libra al alza

Por razones bien distintas, y con fundamentos no tan sólidos, la libra también ha sido una súper moneda, generando destacadas oportunidades de negocio.

La divisa británica (GBPUSD) comenzó la semana en la zona de 1,9625 dólares, un nivel que no tardó en abandonar. Es que las noticias del plan del gobierno británico de nacionalizar el banco hipotecario Nothern Rock, confirmando la delicada situación de los mercados de crédito, provocó una fuerte perdida de peso de la esterlina.

Mientras que los mercados de renta variable se desplomaban, los operadores en divisas registraban grandes beneficios posicionándose corto en los cruces de la libra, la cual generó un recorrido de más de 250 pips (unidad mínima de cambio de la cotización), hasta construir un piso en 1,9363.

Pero la situación comenzaba a cambiar. Primero vinieron las actas de la última reunión del Banco de Inglaterra (BoE), cuando se recortaron los tipos en 25 puntos básicos. Quedó claro que el BoE tiene como prioridad el combate a la inflación sobre los riesgos de ralentización económica. Esto implica que los recortes no serán tan pronunciados como en un principio se esperaban, tentando a los operadores a adquirir libras baratas en la zona 1,94.

Así, el cambio definitivo llegó el jueves. Las ventas minoristas fueron mucho mejor de lo esperado, lo que disparó a la divisa británica hasta amenazar la resistencia clave de 1,97, protagonizando un rally alcista de casi 400 pips.

Para la semana que viene habrá otra batería de datos muy importantes desde el Reino Unido, con el Producto Bruto Interno (PIB), la masa monetaria, las exportaciones y las importaciones, entre otros. La referencia para los operadores será la resistencia de 1,97 dólares, ya que le precio actual se encuentra cerca de este nivel.

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