Nueva guerra entre productores y Gobierno. En esta ocasión la protagonista de ese conflicto es la miel y el detonante de esa batalla es China. Un país que ha introducido su miel en España y la comercializa con una etiqueta que no especifica su lugar de recolección gracias a la implementación que, según los apicultores, el Ejecutivo nacional ha hecho de una directiva comunitaria. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Alimentación
La misma directiva por la que dichos apicultores sostienen que los Gobiernos de Italia y Polonia sí han protegido sus mieles obligando a detallar el país de origen de la miel en la etiqueta de cada frasco.
Algo que ellos piden para España y que, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag), el Gobierno rechaza. "El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente tira balones fuera y apunta a la Unión Europea como responsable de este tema. Sin embargo, la Directiva UE de la Miel deja libertad a los Estados Miembros para adaptar la normativa a nivel estatal. En Italia y Polonia han ejercido este derecho y es obligatorio detallar el país de origen en la etiqueta", sostiene Ángel Díaz, responsable del sector apícola de Coag. Díaz también indica que la postura del Gobierno "beneficia a la industria importadora de miel china y perjudica seriamente a nuestros apicultores, que no pueden diferenciar sus producciones de calidad, y a los consumidores, porque limita su libertad de elección".
Argumentos que Coag lleva sosteniendo desde hace años y que ahora retoma para denunciar de nuevo lo que a su juicio es la falta de transparencia que posibilita la aplicación de la Directiva 2001/110/CE de la Miel en España, ahora modificada por la Directiva 2014/63/UE, ya que permite a los operadores etiquetar mieles de fuera de la UE como "mezcla de mieles UE-no UE" sin indicar los países en los que las mieles fueron recolectadas, o etiquetar como "mezcla de mieles no UE" sin indicar si la miel comercializada proviene de China, Ucrania o Argentina. "Esta norma va en contra de lo establecido en la normativa comunitaria en materia de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios ya que las leyendas admitidas por la Directiva inducen a confusión", sostienen desde Coag.
70% procedente de China
Sus datos indican que en 2014, casi siete de cada 10 kilos de miel que entraron en nuestras fronteras provenía de China, consolidando la tendencia al alza que se inició en 2007. "Desde ese año, las importaciones de miel china se han quintuplicado, superando por primera vez las 15.000 toneladas en la campaña pasada. La importación de esta miel supone una competencia desleal para los apicultores españoles, ya que la legislación china permite el uso de productos fitosanitarios y antibióticos prohibidos en la UE".
Pese a esa realidad descrita por Coag, los datos del Ministerio de Agricultura indican que el número de explotaciones ganaderas apícolas no ha dejado de crecer en España desde 2008, cuando se registraban 23.961 explotaciones apícolas, hasta 2014, cuando se rozaban las 26.000, lo que representa un incremento del 8,1%. Por comunidades, Andalucía es la que ha registrado mayor incremento, con un 31,2% más y Asturias, con un 15,1% menos, la que más explotaciones ha perdido. Según los datos, Comunidad Valenciana (9,8%) y Castilla y León (9%) encabezan también el crecimiento, mientras que Galicia ha disminuido su cabaña apícola en un tres%. Todas las demás también han descendido, en concreto, un 1,8% desde 2008.
Con todo, por número de explotaciones apícolas, Castilla y León se sitúa en la cabeza de la tabla, con 4.170 ganaderías, seguida por Andalucía, con 4.074; Galicia, con 3.334 bajó del segundo al tercer lugar en 2011. Le siguen Valencia (1.932); Castilla-La Mancha (1.835); País Vasco (1.518); Cataluña (1.505); Asturias (1.459); Aragón (1.352); Canarias (1.305) y Extremadura (1.140). Las demás regiones tienen menos de un millar de explotaciones.
En cuanto a su capacidad productiva, las explotaciones que más han aumentado son las no profesionales, es decir, que cuentan con más de 20 colmenas, que han crecido un 21,9% y se sitúan en 19.642 explotaciones del total.
Por el contrario, han disminuido un 3,7% las explotaciones de tipo profesional, que han pasado de 5.066 en 2008 a 4.879 en 2014.