El Gobierno pospondrá hasta después de las elecciones del próximo domingo su decisión sobre la continuidad de la central nuclear de Garoña
El departamento que dirige Miguel Sebastián tratará así de ganar tiempo para poder argumentar su posición. Previsiblemente, el cierre en el plazo de dos años.
Ante el aplazamiento de la resolución del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) hay muy poco margen antes de los comicios para argumentar una posición que difiera de un informe favorable a la continuidad.
Garoña, ¿en perfecto estado?
El fabricante de Garoña, General Electric, ya indicó a elEconomista que la central se encuentra en "perfecto estado de revista", así como las diferentes revisiones que ha recibido la central por parte de diversos organismos internacionales.
Los informes técnicos no son los únicos que se ponen en contra de la postura favorable al cierre del Ejecutivo. Los datos económicos o medioambientales por las emisiones de CO2 hablan por sí solos a favor de la continuidad.
La nuclear, la más barata
La generación de energía nuclear tiene uno de los costes de producción más bajos del sector, sólo por detrás de las centrales de ciclo combinado. El coste de producir un megavatio/hora con una planta nuclear es de 81 euros, frente a los 107 euros del carbón, los 102 de la eólica, los 159 euros de la hidráulica y los 399 y 356 euros de la energía solar fotovoltaica y termosolar, respectivamente.
Estos precios, calculados para nuevas centrales, responden a un escenario con el barril de Brent a 60 dólares, la tonelada de carbón a 62 dólares, la tonelada de CO2 a 15 euros y un tipo de cambio euro-dólar de 1,39. Las cifras incluyen el coste de la inversión, de las actividades de operación y mantenimiento y del combustible.
En España, los costes de generación de energía son muy superiores a la tarifa oficial por el alto precio de los combustibles y a las primas a las energías renovables, especialmente la fotovoltaica. Así, esta tecnología, que representa sólo el 1,7 por ciento de la electricidad producida, supone el 16 por ciento del coste total de la energía.
Dependencia energética
Si tenemos en cuenta que la OPEP ya ha adelantado que el precio del petróleo rondará los 90 dólares en 2010, el déficit tarifario será mucho mayor salvo que se aumente el recibo de la luz. Por el contrario, la principal materia prima de las centrales nucleares, el uranio, es mucho más abundante que otros recursos como el petróleo y el carbón y su precio es más estable y competitivo. Otra de las ventajas es que la producción de una central nuclear es mucho más constante que la de otros tipos de tecnología, ya que funciona 24 horas los 365 días del año.
La energía nuclear permite además que España avance en dos cuestiones básicas: autonomía energética y control de emisiones. A día de hoy, la dependencia energética española del exterior es del 81 por ciento, casi 30 puntos por encima de la media europea.
España, es, además, el país europeo más alejado de sus compromisos medioambientales. Desde 1990, nuestro país ha aumentado sus emisiones un 53,5 por ciento, frente al 15 por ciento autorizado por la UE para cumplir con Kioto.
Posiciones a favor y en contra
A medida que se acerca el día para conocer el futuro de la central se intensifican las posiciones a favor y en contra. Ayer, la Confederación Empresarial Vasca (Confebask) abogó por la continuidad, ya que el cierre "afectaría negativamente a la competitividad de las empresas de alto consumo", a la industria y a los propios consumidores.
Confebask advirtió que la paralización de la planta, "además de incrementar el coste de la energía para las empresas y los particulares, desequilibraría el mix energético y contribuiría a una merma del suministro". En el lado contrario, Juventudes Socialistas exigen el cierre y la puesta en marcha de un plan especial de energías renovables, para Burgos y para toda Castilla y León, "que cubra los puestos de trabajo y la cuota de producción energética".