Deporte y Negocio

La nueva batalla del fútbol: el racismo se mete de lleno en el césped

  • Los insultos a Moise Kean, último episodio de una tendencia peligrosa
  • En las últimas semanas se acumulan varias situaciones de tinte racista
  • La liga italiana aparece como paradigma: foco habitual de estas actitudes
Moise Kean desafía a la grada del Cagliari. Foto: Europa Press.
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El Cagliari-Juventus de la Serie A habría quedado en un partido más de la liga de fútbol italiana de no ser por lo sucedido en las gradas cuando Moise Kean anotó el 0-2 para los visitantes. El jugador de raza negra de la 'Vecchia Signora', al recibir insultos racistas por parte de la grada, se enfrentó al público del Sardegna Arena, mostrando un gesto desafiante al agravio por su color de piel. El último capítulo de una dinámica peligrosa que va sumando episodios en el balompié.

El asunto que ha girado en torno al joven futbolista de la Juventus ha trascendido las fronteras de Italia. Un detalle ha sido el detonante: que un compañero de equipo de Kean, Leonardo Bonucci, y el entrenador de la 'Juve', Massmilliano Allegri, afearan al delantero el gesto a la grada. El defensa italiano, que un día después aclaró estar en contra de cualquier acto de racismo, aseguró que la culpa se dividía al 50% entre él y la curva (la afición) porque debía "pensar en celebrar con el equipo". El técnico también reprochó a su jugador que no mostrase "respeto" al rival. El presidente del Cagliari, Tommaso Giulini, recogió el guante: "No instrumentalicemos la cosa. Kean ha fallado y eso me lo han reconocido hasta los jugadores de la Juventus (...) Me disgusta escuchar tanto moralismo".

La historia se repetía en el mismo estadio. La observaba, esta vez en un segundo plano, un Blaise Matuidi (compañero de Kean) que en enero de 2018 sufría insultos racistas en otro Cagliari-Juventus. Días antes, los aficionados del Chievo Verona le habían hecho pagar la misma factura.

Sea como fuere, las reacciones a los insultos a Kean no se hicieron esperar. Las encabezó Raheem Sterling, jugador del Manchester City, que criticó la actuación de Leo Bonucci. En la misma línea, otros futbolistas como Mario Balotelli (que también ha sido víctima en Italia de este tipo de actos desde hace años), Paul Pogba, Memphis Depay o Kevin-Prince Boateng.

Precisamente, un compañero de Sterling sufrió hace unos días en sus propias carnes lo que significa ser insultado por el color de piel. Danny Rose, en el encuentro clasificatorio para al Eurocopa 2020 ante Montenegro, fue increpado por la grada montenegrina, lo que provocó la respuesta del atacante del City, que celebró un gol llevándose la mano al oído. Unas semanas antes, Sterling protagonizaba un extenso artículo en The New York Times llamado 'Sterling ha tenido suficiente' que hacía referencia a la lucha del futbolista por llamar la atención sobre un problema creciente como es el del racismo contra los deportistas.

Un vistazo a los últimos meses es suficiente. En un análisis superficial, podemos ver cómo un exentrenador del Newcastle inglés fue acusado de insultos a sus jugadores cuando entrenaba al equipo sub-23, cómo la Federación Alemana denunció insultos a Leroy Sané e Ilkay Gündogan en un choque ante Serbia y cómo el Chelsea denunció insultos racistas a Callum Hudsoi-Odoi en un partido de Europa League ante el Dinamo de Kiev. Todos estos sucesos han sucedido en un margen de apenas dos semanas.

Volviendo a Italia, la problemática parece muy asentada en un país en el que las conductas racistas han encontrado un hueco en las curvas de los tifosi. El pasado mes de diciembre, los insultos a Kalidou Koulibaly en un Inter-Nápoles y los gritos que la afición del Lazio dirigió a la de la Roma tildándola de "amarillo, rojo y judío" pusieron el problema de nuevo sobre el foco.

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, expresó en enero su rechazo a parar los partidos pero unas semanas después la Federación Italiana publicó un protocolo por el que paralizar los encuentros en este tipo de situaciones. No se aplicó en el Cagliari-Juventus tras el gol marcado por Moise Kean.

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