Deporte y Negocio

Los Angeles Clippers superan el 'salvaje Oeste' de la NBA sin necesidad de aglutinar estrellas mediáticas

  • Sin Paul, Griffin y Jordan los pronósticos les sacaban de los playoffs
  • Pese a ello, no han bajado de los ocho primeros puestos en toda la liga
  • Su beneficio económico ha pasado de perder 10 millones a 35 de ganancias
Lou Williams y Montrezl Harrell ejemplifican la evolución de los Clippers. Foto: Getty.
Madrid

Desde hace varios años en la NBA, en la ciudad del glamour de Estados Unidos, el hermano pequeño decidió superar al mayor a través de la buena gestión directiva y el trabajo sobre la cancha. En Los Ángeles, tierra que ha alumbrado a los históricos Lakers, durante seis temporadas los Clippers juntaron a tres jugadores llamados a reinar Hollywood. En todas ellas en playoffs, y solo en la primera por debajo de su rival, la temporada pasada supuso la desintegración de los Paul, Griffin y Jordan. Pero contrario a todos los pronósticos, una plantilla sin estrellas mediáticas ha conseguido, esta campaña, sorprender a la liga y volver a estar entre los ocho mejores de un Oeste cada vez más competido, además de seguir mejorando sus resultados económicos.

La conocida como 'Lob-City' es la etapa que marcó a los mejores Clippers de la historia. En una franquicia cuya historia moderna comenzó en 1984, tras mudarse de San Diego a Los Ángeles, el conjunto californiano siempre estuvo por detrás de los Lakers. Pero la llegada de Chris Paul en 2011 y el desarrollo de Blake Griffin y DeAndre Jordan, junto a una segunda línea competitiva, supuso la victoria de David sobre Golliat.

Sin embargo, a los Clippers lo de ganar a su rival se les quedó corto y pusieron sus aspiraciones en un anillo que acabó por obsesionarles hasta la destrucción. Con la llegada en 2014 del mayor multimillonario de la liga como nuevo dueño, Steve Ballmer, los angelinos pusieron aún más confianza en los chicos de un Doc Rivers que ya sabía lo que era ganar campeonatos. Sin llegar nunca a unas finales de Conferencia, en seis intentos, el fracaso de ganar la NBA se escenificó cuando en 2017 Ballmer traspasó a Paul.

Al base estrella le siguieron las ventas de Jamal Crawford y JJ Redick y el retiro de Paul Pierce, para configurar una temporada 17/18 que se presentaba de cambio sin saber dónde estaban las perspectivas reales. Pero además, como el deporte muchas veces conlleva el factor suerte, Rivers apenas pudo contar en solo dos encuentros, de 82, con toda su plantilla sana y Griffin salió en invierno anticipando la revolución y el balance de que por primera vez en siete años los Clippers no iban a estar en playoffs.

Aunque quedaron décimos, los californianos lucharon hasta el final con la tremenda competitividad del Oeste, tuvieron un saldo de más victorias que derrotas (42-40) y consiguieron salvar la primera campaña sin Paul, Griffin, su histórica segunda unidad y con la segura marcha de Jordan a final de temporada, además de las lesiones mencionadas.

De esta forma, los Clippers 18/19 se presentaron como una plantilla sin su recordado 'big-three', en la Conferencia más complicada de la liga y con la dudosa regularidad de sus jugadores más importantes (Tobias Harris, Lou Williams, Danilo Gallinari y Patrick Beverly).

Pero contra lo que se esperaba que fuese un año de transición, ESPN les pronosticaba la undécima plaza del Oeste con 33 victorias, y pese a las ventas en invierno de Harris (líder en puntos y rebotes hasta entonces) y otros cinco miembros de la plantilla, el equipo ya se ha clasificado para playoffs a falta de 7 encuentros, lleva un balance de 45-30 y aún puede luchar por la cuarta plaza que da ventaja de campo.

Mientras que la franquicia se ha situado como la novena más valorada de la NBA, en los últimos dos años el beneficio de los Clippers ha pasado de dar unas pérdidas de diez millones de euros a presentar unas ganancias de más de 35 'kilos'.

"Siete personas había durante el media day. Siete personas. Habrá que ver cuántas hay al final de este año. Ya dije hace tiempo que nuestras aspiraciones estaban en ser el mejor equipo de Los Ángeles. Y nadie me creyó", dijo Beverly cuando los Clippers se colocaron primeros tras el primer mes de competición.

El propio base ha sido uno de los que ha dado un paso adelante junto a Williams (20,4 puntos por partido), Montrezl Harrell (16,4), los tres entre los ocho jugadores que llegaron en la venta de Paul a Houston Rockets, Gallinari (19,4) o el novato Shai Gilgeous-Alexander (10,2).

Unos números en progresión que van a la par de los datos económicos que presenta la franquicia en los últimos años, según Forbes. Desde que se fuese su exbase estrella, los angelinos han aumentado su valor de mercado de 1.760 a 1.940 millones de euros (novena franquicia de la liga), sus ingresos de 162,88 a 227,15 'kilos' y su beneficio de un preocupante -10,39 a 35,22 millones.

Toda una serie de hitos, alejados de las grandes figuras de la liga, que se desarrollan en un horizonte donde Ballmer ya ha dejado claro que no renovarán su estancia en el Staples Center. En 2024 los Clippers finalizarán su contrato con el pabellón angelino y dejarán de compartir casa con los Lakers y Los Angeles Kings (NHL), además de otras tres franquicias de distintas modalidades, para mudarse a unos terrenos en Inglewood, una ciudad al suroeste de la capital del condado.

Allí, construirán un nuevo pabellón al lado del histórico Forum (propiedad del mismo grupo que maneja los New York Knicks) y se espera que con 18.000 espectadores la franquicia pueda seguir superando el 'salvaje Oeste' sin la continua sombra de los Lakers. La muestra de un crecimiento deportivo y económico, sin parangón en la mejor liga de baloncesto del mundo, que ha superado todos los pronósticos pese a decir adiós a sus tres históricas estrellas.

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