El mundo del tenis lleva varios años buscando el camino que debe seguir para consolidar su estatus como deporte de referencia. Sin embargo, en los últimos meses se han dado una serie de circunstancias que han puesto en duda la situación en la que se encuentran los tenistas y quién manda fuera de las pistas. El conflicto entre la Federación Internacional (ITF) y la Asociación de Tenistas (ATP) y el cambio de formato de la Copa Davis, tras más de 100 años, han sido los movimientos más claros que ahora han sumado un nuevo frente y amenazan con enfrentar a los tres pesos pesados del circuito, Roger Federer y Rafa Nadal contra Novak Djokovic.
El pasado 7 de marzo la ATP oficializó la salida de Chris Kermode como director ejecutivo y presidente. El que había sido desde 2013 la máxima figura de la Asociación y antes director de Queens y las Finales ATP, dejó su asiento tras no obtener la confianza de cinco de los seis representantes de la Junta Directiva y estar en el foco de ira de varias de las figuras más importantes de la raqueta, encabezadas por Djokovic.
El número 1 del mundo y presidente del Consejo de Jugadores desde 2016, reelegido en su cargo de líder en octubre, ya había prometido involucrarse más en sus tareas políticas y durante los últimos meses venía reclamando más dinero para la clase media así como lograr que los tenistas tuvieran un sindicato alejado de la ATP. De esta forma, junto a John Isner, Sam Querrey y Vasek Pospisil, éste último muy duro contra Kermode en una carta dirigida a todos los jugadores entre el número 50 y el 100, ha sido el artífice de la salida del británico para dar un paso más en sus objetivos de cambio.
Sin embargo, su decisión no ha sentado bien a los otros dos pesos del circuito y máximos exponentes durante los últimos 15 años. Tanto Federer como Nadal han cargado contra 'Nole' desde Indian Wells por no "haberles consultado su opinión". Suizo y español, números 4 y 2 del mundo en la actualidad, han hecho de su rivalidad sobre las pistas una amistad sin parangón en el deporte y hasta 2012 fueron presidente y vicepresidente del Consejo que ahora lidera Djokovic.
Por ello, pese a que ya en su día dejaron claro que querían apartarse de la política del tenis, ambos no entienden que el número 1 no les haya preguntado y por eso se reunieron en vísperas del Masters 1000 de California en la casa que alquila el de Basilea en Los Angeles. Allí, tal y como Federer ha confirmado en una entrevista a Tennis Channel, las dos figuras debatieron sobre el futuro de la raqueta y pusieron en común su postura contra el serbio.
"Sé que no puedo decir mucho porque decidí desligarme de la política, pero me ha decepcionado que nadie se dignara a llamarme para informarme de esto, de cuál es la verdadera razón por la que Chris no estará más con nosotros", ha reflejado Nadal mostrando su enfado en unas palabras muy parecidas a las de Federer, quien considera que "debe saber qué hay en la agenda" y por ello pidió reunirse con Djokovic, aunque este "no tuvo tiempo, pues estaba ocupado".
El serbio, pese a que tras la decisión ha dicho que "si Federer tiene interés también puede acercarse y preguntar", se ha sabido que pretendía reunirse con el número 4 una vez que Kermode no estuviese como presidente. Una circunstancia que deja patente la división entre los pesos pesados y que 'Nole' ha dado preferencia a la "necesidad de cambios" en pos de la opinión de sus rivales, con quien ha reconocido que "lleva dos meses sin hablar".
El sucesor de Kermode podría ser uno de los principales promotores de la Copa ATP, la gran apuesta de Djokovic contra el cambio de formato en la Davis
Así, la marcha del que había sido líder de la ATP durante los últimos años y promotor de algunas ideas como la mejora en las ayudas a los lesionados y el NextGen, que daba mayor visibilidad a los jóvenes talentos, ha provocado un gran conflicto entre los tres mejores tenistas del siglo XXI. Una brecha que se podría hacer mayor con su sucesor, pues los dos favoritos al cargo son Justin Gimelstob, entrenador en varias ocasiones de Isner y acusado de agredir a un hombre en Los Angeles, y Craig Tiley, uno de los líderes del Abierto de Australia y de los promotores de la Copa ATP.
Este torneo, aprobado para jugarse a partir de 2020, ha sido apoyado abiertamente por Djokovic y será una especie de Mundial que compita con la nueva Copa Davis, campeonato que el serbio ha criticado por su nuevo formato que junta a 18 países en una sola sede. Un cambio que llegó tras más de 100 años de historia y a través del pacto de la ITF con el Grupo Kosmos, dirigido por el futbolista Gerard Piqué.
Curiosamente, en este conflicto entre la ATP y la Federación Internacional también se han visto involucrados tanto Federer como Nadal, pero con distintas posturas. Mientras que el suizo decidió ser cauto y "alegrarse por los nuevos torneos", aunque no ve probable que se presente a ellos, el español ha sido el principal bastión de la Davis y no apareció en el vídeo promocional de la Copa ATP, donde Djokovic se ha volcado.
Toda una serie de conflictos en los últimos años que hacen chocar a los grandes baluartes del tenis actual. La marcha de Kermode es solo el enésimo punto de una conflicto fuera de las pistas que tiene como telón de fondo la batalla entre la ITF y la ATP, sin perder de vista las continuas súplicas para el cambio de calendario o la igualdad con el circuito femenino. Ahora han sido Federer y Nadal los que han vuelto a usar su amistad para poner en común sus posturas y criticar las decisiones de Djokovic. El modelo de futuro del tenis busca un camino a seguir y podría dinamitar la 'guerra' entre las tres raquetas más importantes del siglo XXI.