
A menos de una semana para la vuelta de la final de la Copa Libertadores, Madrid va perfilando el plan con el que pretende garantizar la seguridad ante la afluencia de seguidores de River Plate y Boca Juniors y la posible filtración de barras bravas que puedan causar disturbios en la ciudad. Sus precedentes les avalan: la agresión al autobús de Boca que obligó a la suspensión del partido es solo la punta de un iceberg de violencia que las fuerzas del orden españolas se disponen a frenar.
Este domingo Madrid se preparará con un dispositivo de seguridad para situaciones de alto riesgo. Si bien la primera reunión en la que se trató el tema fue a finales de la pasada semana y aún queda otra a finales de la presente, los detalles están más o menos estudiados. Hay dos objetivos, separar a ambas gradas y poner freno a los barras bravas, y éstos confluyen en uno superior: que no haya incidentes en la capital española.
Para ello, posiblemente se usarán más de 2.000 efectivos entre policías nacionales, municipales y seguridad privada. Según El País, partirán el Paseo de la Castellana en dos partes, una de Boca (que tiene su 'fan zone' en Nuevos Ministerios) y otra de River (con la base en la plaza de Cuzco). Este cordón de seguridad comenzará en el aeropuerto, donde los vuelos se configurarán evitando coincidencias de aficiones. Se trata de una de las pocas ocasiones en las que las dos hinchadas acuden al mismo partido en el fútbol argentino, por lo que se quiere minimizar todos los riesgos.
Para ayudar a las autoridades españoles viajarán en las próximas horas miembros de la policía argentina expertos en barras bravas. La pregunta en estos momentos es si éstos podrán filtrarse y llegar a la capital y, en caso afirmativo, si pueden generar disturbios o colarse en el Santiago Bernabéu. El embajador argentino en Madrid, Federico Ramón Puerta, ha asegurado a diferentes medios que los hinchas registrados como peligrosos, unos 300, no podrán viajar a España.
Como medida de precaución, el Real Madrid dará las 10.000 entradas nominales a los aficionados de Boca y River (5.000 para cada uno, al margen de 20.000 más para argentinos residentes en España) en el estadio, colocando a los dueños de estos boletos una pulsera identificativa, tal y como informa El Mundo. La razón de este método es garantizar que no entren al recinto personas sancionadas.
Sobre el papel, las medidas. El plano de la realidad será el que determine la eficacia del despliegue, que ya es uno de los retos más grandes en materia de seguridad a los que se ha enfrentado la ciudad de Madrid, con los barras brava de fondo.
Con varios días por delante antes de la final, ya han llegado a Madrid los primeros hinchas. Y, aunque es poco probable que los cabecillas de los grupos violentos acudan a la cita, sí hay más opciones de que otros integrantes de las barras bravas estén en las inmediaciones del Santiago Bernabéu. Así lo asegura Pablo Carrozza, especialista argentino en barras bravas. En una entrevista a la SER, lo dejaba claro: "La barra de Boca va a estar y la barra de River va a estar. Hay barras que ya están en Madrid (...) Posiblemente los cabecillas de las dos barras no viajen, pero van a hacerlo gente de abajo mucho más peligrosa".
No se descarta que los aficionados que tienen el pasaporte retirado puedan viajar a Madrid con documentos falsos. Si llegan a la capital, tendrán que acudir a una reventa que está alcanzando cifras de hasta 3.000 euros en algunos casos frente a la horquilla 80-220 euros del precio de salida. En este frente, el Real Madrid y las autoridades tendrán una ayuda extra: el Programa Tribuna Segura usado por Argentina para identificar ultras.