Deporte y Negocio

La estrategia de New Balance para volver a la NBA...y derribar el muro de las universidades

  • La compañía paga un millón de dólares a Darius Bazley para preparar el 'draft'
  • El jugador esquiva el paso reglamentario (y no remunerado) por la universidad
  • Las demandas de un nuevo acceso al trofeo, respondidas por la organización
Darius Bazley, jugador patrocinado por New Balance para prepararse el 'draft' de la NBA. Foto: Getty.

Una de las peculiaridades de la NBA es la del acceso de sus jóvenes promesas a través de los equipos universitarios. La Universidad, en este caso, se erige como elemento indispensable (la regla 'one and done' les obliga a pasar un año por allí tras el instituto) en el filtro de promesas que acceden al 'draft', la conocida lotería por la que las 30 franquicias eligen cada año a las joyas del baloncesto norteamericano. Pero algo está cambiando en las entrañas de la liga de baloncesto más famosa del mundo. El nombre de Darius Bazley es el inicio de una nueva vía de acceso a ella.

Según ha informado The New York Times, este jugador de 19 años ha firmado un acuerdo multianual de patrocinio de un millón de dólares (casi 900.000 euros) con New Balance para, además, financiar varios meses de entrenamiento para que éste no tenga que pasar por la NCAA, la liga universitaria, en la que no se remunera a los participantes. La compañía estadounidense lo realiza a modo de inversión, patrocinan a una promesa con la previsión de apostar por un jugador que, años después, se convierta en figura en la NBA.

El contrato no supone solamente eso para New Balance: la firma, con Bazley, se lanza de nuevo a un mercado, el del baloncesto, que había dejado de lado en los 90, época en la que firmó el último gran acuerdo con la leyenda NBA James Worthy, ganador de tres anillos con Los Angeles Lakers. De hecho, está previsto que el jugador se reúna con los departamentos de marketing, digital y social de New Balance, Boston, para ir puliendo algo que va a ser muy parecido a un producto. Un producto que tendrá que confeccionarse en solitario, alejado de los partidos oficiales.

El acuerdo, pionero e histórico, se ha realizado con el amparo de uno de los agentes más famosos de la competición, Rich Paul, representante de la megaestrella LeBron James y, en función del cumplimiento de los objetivos estipulados, podría llegar a los 12 millones de euros.

La trayectoria de Bazley está siendo seguida con atención en el mundo del deporte estadounidense, ya que está siendo prácticamente contracultural. Hace unos meses, renunció a la Universidad de Siracusa y ahora ha decidido, avalado por una cantidad jugosa de dinero, recorrer un camino inédito en la NBA.

Hasta el momento, para evitar la liga universitaria, los jugadores tenían que marcharse a jugar al extranjero o, si disponían de los recursos necesarios, entrenar en solitario durante un año para prepararse para el 'draft' tras salir del instituto. El asunto económico no es baladí, ya que el año en blanco en la universidad causa problemas a muchas familias e incluso se ha llegado a calificar de racista al ser las de raza negra aquellas con, por lo general, peores condiciones.

La NBA no ha regateado la problemática. El mandato de Adam Silver como comisionado de la competición se ha caracterizado por la apertura a la innovación y, en este sentido, la liga se ha movido con una medida que restará la influencia de las universidades: el 'Select Contract', una ruta profesional que evitaría la Universidad a un grupo de jugadores que pasarían a jugar en la llamada liga de desarrollo (una suerte de torneo de filiales que Bazley también decidió obviar), la G-League, con contratos de más de 100.000 euros.

La propia NBA reconoce que esta medida, que se hará efectiva a través del curso 19/20, intenta responder a la "llamada de la comunidad del baloncesto para tener opciones de desarrollo adicionales para jugadores de élite antes de que sean elegibles para la NBA".

Esta alternativa tendría ciertas ventajas para los jugadores. Al poder estar bajo el amparo de una de las franquicias, éstas podrían seguir más de cerca el desarollo de sus promesas, a las que estarían en disposición de proporcionar los cuidados que necesiten para su formación como profesionales en el futuro. Una forma de esquivar el sistema universitario y, a la vez, un paso adelante para cambiar un sistema mantenido durante décadas.

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