¿Cuánto valen las ilusiones? ¿Hasta qué punto compensan? ¿Qué pesa más en la balanza vital, los sueños o las piedras? Son interrogantes que sobrevuelan a diario en las mentes de las deportistas españolas. Una radiografía detallada al estado del deporte en las categorías femeninas en España nos permite detectar notables carencias. Actualmente, está vigente la Ley del Deporte del año 90, que ni siquiera las reconoce como profesionales. Carecen de contratos, y por tanto, de los derechos laborales que éstos otorgan, nadie cotiza por ellas, encuentran problemas si se quedan embarazadas o se lesionan, es frecuente que se costeen ellas mismas los viajes, más allá de representar al país, deben encontrar la manera de conciliar un trabajo con los entrenamientos, los inversores, en su mayoría, no les fían su marca al carecer de una visibilidad mediática, lejana a la esperada. No en vano, "el miedo" a represalias por parte de las federaciones y clubes les dificulta ser incisivas en las tareas de denuncia.
Son sólo algunos puntos que hoy las orillan al abismo económico y profesional, mientras las piernas aguantan convencidas por la esperanza de una reconversión en el sector. Para conocer de primera mano esta realidad, elEconomista.es ha realizado un encuentro con cuatro mujeres de perfiles distintos, quienes, juntando sus ángulos, nos permiten una visión muy nutrida de la realidad de la cuesta del deporte femenino español. Ellas son Paloma Zancajo, otrora portera de la selección nacional absoluta de balonmano y hoy directora de la revista 'Líderas'; Pilar Calvo, campeona de España de Tiro Olímpico en la modalidad de skeet; Clara Sainz de Baranda, profesora de periodismo en la UC3M e investigadora académica sobre deporte y mujeres; y María José López, reputada experta en derecho deportivo, que llevó el conocido caso de las jugadoras del Rayo Vallecano en el concurso del club.
"Todo radica en un problema de ley", coinciden en el diagnóstico las cuatro voces consultadas por este medio. Efectivamente, el déficit normativo es el germen del comienzo del estado de la cuestión. Sin ir más lejos, al tener una ley de hace casi 30 años, los conceptos de igualdad no están incorporados. El ajuste con la evolución real de la sociedad queda pendiente. "En el mismo ámbito laboral, en deportes colectivos, los chicos tienen convenio colectivo y las chicas no. Esto es un derecho fundamental. Estamos ante una discriminación pura y dura, un anacronismo jurídico. Y si no tienes los mismos derechos, te retraes de continuar", afirma López.
En esa misma línea se pronuncia Sainz de Baranda, "claro que es un problema de legislación. El dinero que se invierte en deporte y mujeres no va directo a ellas. No se invierte en que, por ejemplo, las chicas de golf tengan mejores palos. La batalla está en cambiar la Ley del Deporte y que las ayudas del Gobierno lleguen realmente a las deportistas", mientras que Paloma Zancajo añade que "la norma actual no contempla el deporte femenino, así de claro. No hay convenios, ni contratos laborales, ni nadie cotiza. A la par, y desde el auge de Londres 2012, nuestras deportistas están ganando más medallas que nunca, pero en precario. Ahí está nuestra paradoja". El foco cuasi único en el deporte masculino por parte de las federaciones, brazos ejecutores del Consejo Superior de Deportes (CSD), lo enciende el dato de la ocupación de puestos directivos. Sólo tres, de 66 federaciones, están capitaneadas por mujeres.
"No se consideran profesionales, no hay contratos, derechos laborales, y he tenido que pagar por competir y entrenar"
Pilar Calvo ha representado en su deporte durante dos años al equipo nacional. Lo tenía que compaginar con un trabajo porque "no se consideran profesionales, no hay contratos, derechos laborales, y he tenido que pagar por competir y entrenar"; concretamente de dos mundiales y dos europeos, en tres ocasiones se lo ha costeado ella misma, siendo seleccionada por los méritos que estipula la Federación. En los deportes individuales, como es el caso de Calvo, ostentan un rol fundamental las federaciones. "Son éstas las que reciben dinero del CSD, procedente de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Hay presidentes que llevan 20 años. Hay una gran cantidad de ellas en quiebra técnica, mientras que el CSD no ejerce ningún control sobre ellas". ¿Pero en qué lo gastan? "No lo sé, no hay vigilancia pública. Yo me pagué un viaje al campeonato de Italia en 2015, e iba una persona del CSD y tres de la federación sufragadas", recuerda Calvo. Sobre esta mayor fiscalización a las federaciones, es esclarecedor que en 2018 se hayan publicado las cuentas de 2013, que fueron solicitadas en 2015. La federación de Calvo destina 46.000 euros al sueldo de su presidente y 6.000 en gastos, según lo publicado en el BOE. En ese aspecto, la palma se la lleva la federación de basket. El presidente cobra 176.000 euros y tuvo unos gastos en 2013 de 157.000.
Obligación de compaginar
La 'locura' y pasión inherente a todo espíritu deportivo no ve otra dirección que no sea de frente. No obstante, la razón también se abre paso y la realidad descrita conduce a un áspero interrogante. ¿Por qué ruta guío mi vida? La disyuntiva aparece en el panorama. O continuar, pese a todo, o abandonar con vistas a buscar un trabajo y procurarse un futuro económico. Un futuro, al fin y al cabo. Precisamente, la falta de perspectiva en el deporte femenino es la principal causa de abandono, en pos de un acomodo profesional real.
"¿Cómo puede ser que deportistas al más alto nivel durante más de 15 años no hayan cotizado a la Seguridad Social ni un solo día?"
"Conozco el caso de Natalia Pablos, jugadora de fútbol y referente en la selección. Pues ha decidido colgar las botas y estudiar unas oposiciones para profesora en un colegio. Y viene su club, el Rayo Vallecano, y le pide una cláusula de rescisión de 250.000 euros, cifra que ella jamás ha ganado en toda su vida", cuenta Zancajo, quien lamenta que, en balonmano, "el rédito económico más elevado no pasa de 400 euros. Y muchas viven en pisos compartidos con otras componentes del equipo. ¿A dónde vas con eso? ¿Cómo puede ser que deportistas al más alto nivel durante más de 15 años no hayan cotizado a la Seguridad Social ni un solo día?" Esto se hila con que las deportistas tengan mayor nivel de estudios, "son muy conscientes de que necesitan formarse porque al final se van a tener que ganar la vida de otra manera. Además, como la ley dice que no eres profesional y no te puedes ganar la vida con ello, las empresas, que al final es lo que son los clubes, tienen la excusa perfecta", reconoce Sainz de Baranda, mientras añade Zancajo que "claro, y a compaginar No entrenan igual que los chicos porque el tiempo no da para todo. No se ejercitan en sesiones de mañana y de tarde y eso ha incrementado el número de lesiones"; "y ellos viajan hasta tres días antes a los lugares de competición para aclimatarse. Yo conozco a campeonas mundiales que van y vuelven en el día. Se bajan del avión y a competir porque no se pueden permitir un hotel", zanja así este punto la profesora universitaria.
El altavoz mediático
Las cuatro coinciden en que los medios de comunicación representan un actor fundamental. No en vano, se muestran críticas con el tratamiento actual. Sainz de Baranda lleva diez años publicando informes académicos en ese aspecto. "La situación ha evolucionado muy poco en la última década. Al no darles prácticamente portadas, al no categorizar igual la información, se les dice que su triunfo 'no vale'. Muchas veces se prioriza cualquier evento del verano, como las vacaciones de un futbolista en Ibiza, a un éxito femenino. Es decir, no se le arrebataría, en ese caso espacio a un hito masculino.
En suma, ante un mismo mérito la mujer no acapara la portada, aunque sí genera espectáculo. En las últimas Olimpiadas lo más visto fue Mireia Belmonte y las chicas de basket. Y Belmonte tuvo ayudas una vez que triunfó, como Marín, que se fue a Asia una temporada porque aquí no le era posible. La nadadora subió porque una universidad, la UCAM, creyó en ella y decidió patrocinarla", reconoce la docente y apunta sobre RTVE que "como ente público que no vive de la publicidad podría probar a poner a Marín en la primera y a Nadal en Teledeporte. Si la gente apuesta por ver deporte masculino se irán todos a ese canal, ¿no?". En deportes femeninos de grupo, como natación sincronizada o gimnasia rítmica, generalmente, paga todo la federación.
En la línea de los medios, Zancajo lamenta la cobertura al campeonato del mundo de baloncesto femenino organizado en España, "es la primera vez de un evento de estas características aquí y como mucho, en los principales diarios deportivos, un faldoncito. Y en las webs tienes que hacer varias veces scroll para encontrar algo". Por tanto, ambas expresan, "¿cómo van a invertir las empresas en deporte femenino si luego no se visibiliza?" Subyace, pues, una suerte de bucle.
"No cabe duda de que el impulso de Iberdrola está siendo muy grande. Va para fomentar competiciones".
"Todo el mundo 'se mata' por insertar su publicidad en la camiseta del jugador de fútbol del momento. Resultará invasiva y saldrá en todos los planos informativos. Si yo invierto en Marín y luego no me la sacan Las empresas, y hacen bien, no invierten por amor al arte. Está comprobado que un 2ªB de fútbol tiene más rédito de inversión que una deportista de élite".
Por ahí, ha llegado un gran inversor como Iberdrola para el deporte femenino, que ha conllevado un aumento de impactos en fútbol y baloncesto femenino. Esto se generó a través del programa público creado por el CSD 'Universo Mujer'. A cambio, obtiene altas deducciones fiscales de un 90%.
"No cabe duda de que el impulso de Iberdrola está siendo muy grande. Va para fomentar competiciones. Por otro lado, muchas han puesto su cara para un sponsor y luego va todo para el club", admite la ex jugadora de balonmano. A pesar de todo esto, la ley de hace 28 años exige que por disciplina sólo haya una liga profesional; hay que elegir. Por tanto, la Liga Iberdrola no es un campeonato profesional como la LPF, y en baloncesto, igual, la profesional es la masculina.
Con todo, para Sainz de Baranda consiste en apostar, "como hizo Mediaset con la Fórmula 1. Perdió los derechos del fútbol y compró entonces algo que era barato. Luego Alonso acompañó. Es como las quinielas, no vale con meter equipos femeninos sólo el 8-M. Si hay hasta de caballos La costumbre generará consumo y el espectáculo ya es una realidad".
Cláusulas antiembarazo
Es sin duda alguna un tema capital y de rabiosa actualidad en el deporte femenino. El caso más candente es el de Leire Olaberria, bronce en Pekín 2008 en ciclismo. Le han retirado las ayudas y el entrenador ha dejado de contar con ella. "El problema en estos casos es que un juzgado de lo laboral te puede llevar tres años y te enfrentas a tu federación. Y demuestra que tienes un contrato oral para demandar, pero lo mismo te ocurre en caso de lesión o enfermedad, la ley no está a tu favor, la temporada que viene no seguirás y quizás otro club no te coja por conflictiva", observa Sainz de Baranda.
Por su parte, María José López es contundente al avisar de que "lo primero que hay que decir es que estas cláusulas son nulas de pleno derecho.", y sigue, "jamás una deportista debe sentirse intimidada porque el club le diga que la echa si se queda embarazada. Yo me encontré con varias cláusulas en el mundo del baloncesto femenino. Sí es verdad que ante una no regulación en el ámbito del deporte de qué pasa cuando una señora espera un bebé, pues sí, está ocurriendo que las echan. Una chica con un contrato hasta junio, se queda embarazada en abril. Ya sabe que a final de temporada la echamos. Se queda desprotegida. Eso hay que trabajarlo en un convenio colectivo porque estamos hablando de la no discriminación por embarazo. Eso en el deporte no está solventado".
El nudo del miedo
La dureza de la situación expuesta choca con el silencio germinado al techo del miedo. Lo limitado de una carrera deportiva se cruza con la posibilidad de denunciar al club. De nuevo una balanza, ¿las condiciones existentes o competir en tu sueño? "Comprendo que cuesta, la vía laboral ralentiza y una deportista quiere jugar, no estar en el banquillo o excluida. Es el caso de Olaberria. Pero se lesionan derechos fundamentales y hay que dar el paso. A las chicas del Rayo les costó, pero al final ganaron medio millón de euros", describe López, experta en derecho deportivo, a la par que Sainz de Baranda añade que "si hasta a veces hay un agradecimiento de la deportista porque le pagan el autobús. ¿Cómo puede ser eso? Es caer en el auto engaño".
Es por eso que las denuncias públicas de todas estas vivencias están llegando por boca de deportistas ya retiradas como es el caso de la propia Paloma Zancajo. "A mí ya no me van a dejar de convocar. Cuando estás dentro no lo quieres ver, te puede la ilusión de llegar a lo máximo. Si cuentas la situación, te dejan de llamar, no cuentan contigo y eres una persona conflictiva. Y eso te aparta del sueño que tienes. ¿Qué hacen las deportistas? Pues callarse. Y sólo cuando lo dejas te das cuenta ", reconoce la ex balonmanista, mientras que desde su también experiencia deportiva la tiradora Pilar Calvo coincide, "si dices o te quejas, te echan, por eso también es importante que lo cuenten los medios".

Hasta aquí el hoy, pero a diez años vista, ¿qué? "No me lo imagino sin un cambio normativo y con las asociaciones, de chicas, chicos y mixtas, trabajando duro por el reconocimiento del profesionalismo y con un debate sobre el trabajo no declarado. Por supuesto, con el apoyo de la sociedad para que esta antigualla del 90 evolucione", afirma López.
En opinión de Zancajo, "espero algo mejor que el sacrificar todo por una ilusión, porque por ahora no hay más. Espero ligas femeninas profesionales, con contratos, sin penalizar embarazos. Que todo ello lo dé un marco regulatorio que sea atractivo para las empresas y entiendan como rentable unir su marca al deporte femenino. Lo contrario sería una pena porque puedo asegurar que la base viene pisando fuerte. El nivel está ahí y seguiremos ganando". Mientras se define ese medio-largo plazo, Calvo exige por lo menos, que "si no cambian la ley, que apliquen la de Igualdad de 2007, que tampoco se pone en práctica, y algo mejoraría". La inmarcesible locura frente a un abismo que pretenden cambiar.