
Los equipos de fútbol, en su condición de empresas, basan una parte importante de su salud en la facilidad para disponer de fuentes de financiación. En ocasiones, los acuerdos de publicidad solventan situaciones muy delicadas, pero existen otros casos en los que las escuadras han de acudir a las entidades financieras para conseguir recursos. Ningún conjunto escapa a estas eventualidades. El mismísimo Real Madrid, uno de los equipos más fiables en ese sentido, tuvo que pedir la aprobación de sus socios para solicitar un préstamo que podría alcanzar los 575 millones de euros destinado a la reforma del Santiago Bernabéu.
En un contexto de necesidad de inyección de efectivo, los clubes se enfrentan a un problema que, aunque va disminuyendo con el tiempo, todavía sigue presente: la desconfianza de los bancos hacia los equipos. El desconocimiento del negocio por parte de estas entidades les lleva a pensar en un riesgo que se les antoja demasiado alto.
La situación, resumida por el abogado Héctor Bros, de Cuatrecasas, en el World Football Summit la pasada semana, es la siguiente: a pesar de que los tipos están más bajos (una de las razones por las que el Real Madrid acudirá a este tipo de financiación), los clubes todavía no tienen un acceso claro a estas fuentes: "Los precios están bajando, pero aún así esto no va a hacer que los bancos no lo hagan de forma fácil".
La penalización de parte de éstos cuando perciben un riesgo mayor se realiza a partir de los intereses. Jason Troub, de Capital23, aclaró que las diferencias entre clubes pueden llegar a ser de una horquilla de hasta un 6,5% (del 3,5 al 10 en los peores casos). Su compañía es una más de las nuevas soluciones que aparecen en paralelo: una empresa que se centra en aportar fuentes de financiación y que no tiene vínculos con los bancos. Son, en definitiva, uno de los prestadores especializados que aparecen como alternativa a lo tradicional.
El caso de Benfica surge como paradigma. Su presidente, Domingos Oliveira, explicó cómo a partir de 2014 los bancos portugueses dejaron de ofrecer financiación, algo que obligó a la escuadra lisboeta a buscar en otros lados. Ahí aparecieron instituciones como Capital23 e instrumentos como los bonos públicos. La relación de la entidad en estos momentos con los bancos es casi nula, y su modelo de gestión, uno de los más alabados (según KPMG, en 2017 fue el club on mayor autofinanciación).
El dirigente luso, no obstante, aclaró que los reveses deportivos pueden ser determinantes para la salud financiera de los clubes. Esto tiene su máxima expresión en escuadras que coquetean con descensos de categoría, algo que, según el presidente de la ECA (Asociación Europea de Clubes), Andrea Agnelli, puede dar el traste con el 30% de los beneficios estimados, una porción demasiado grande del pastel como para no alterar los equilibrios económicos de los equipos.
En estas situaciones, los clubes de mayor nivel suelen tener pocos problemas para acudir a fuentes de financiación que compensen los golpes deportivos y su impacto económico. Con el paso del tiempo, aclara Troub, estas facilidades se están expandiendo a las entidades de menor nivel, donde cada vez hay más talento en esa materia.
"Garantías"
¿Qué piden los bancos cuando aceptan prestar dinero a los equipos de fútbol? La respuesta puede parecer simple: garantías. Sin embargo, esto esconde algo más, ya que, en función de las particularidades de cada club, las entidades piden diferentes tipos de garantía. La respuesta, a veces, es negativa por parte de los conjuntos, reacios a entregar informaciones acerca de su negocio y sus operaciones.
Sí ayuda, en cambio, la existencia, todavía difusa en algunas ligas, del Fair Play financiero. Lo asegura Héctor Bros, que expone el ejemplo de LaLiga y su control económico: "Los prestadores se sienten seguros porque se hace una monitorización". Troub lo corrobora: "Se está trabajando para crear un marco de referencia". El límite salarial de la competición española y su cumplimiento aparecen, de esta manera, como un elemento de seguridad en un mundo tan expuesto a las eventualidades como es el de la financiación.