
Como una de las Big Four ?las cuatro mayores empresas de auditoría y consultoría del mundo?, Deloitte conoce bien cómo ha de evaluarse la sostenibilidad y el peso que las iniciativas ambientales tienen en cada organización.
De hecho, colabora con el organismo de referencia CDPen la elaboración de informes sobre el uso del agua y los riesgos derivados de su escasez; por su actividad, Deloitte participa también en la definición de los estándares del reporting, es decir, los criterios de rigor y transparencia que las empresas deben respetar en sus informes anuales.
La labor de asesoría en materia de sostenibilidad se revela igualmente crucial. Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas inglesas) seis de los 10 riesgos globales que concitan mayor preocupación tienen que ver con el medioambiente. En pocas palabras,lo que Deloitte ofrece a clientes, organizaciones y Gobiernos es un análisis detallado de su impacto ambiental ?consumo de recursos naturales y energía, emisiones...?, asistiéndolos en la transición hacia prácticas y modelos de negocio más compatibles con el desarrollo sostenible. En esta rama de actividad, la firma cuenta con una experiencia de25 años y más de 50 países.
En España, la oferta de Deloitte comprende servicios de gestión de energía y recursos naturales, gobierno responsable y control de riesgo, estrategias de eficiencia energética y cambio climático e informes de sostenibilidad, auditoría y cumplimiento, entre otros.
La elaboración de estudios e informes de amplio alcance es la otra la herramienta fundamental en el arsenal de la consultora. Destaca su Social Progress in 2030, en el marco de la iniciativa Social Progress Imperative, que persigue el progreso social "más allá del crecimiento económico". También sus recomendaciones sobre la reforma del mercado energético en Europa (Energy Market Reform in Europe, de 2015) y, en concreto, su informe sobre la descarbonificación del modelo energético español, de marzo.
Un horizonte más verde
En el documento Un modelo energético sostenible para España en 2050, Deloitte se hace eco del compromiso de la comunidad internacional por alcanzar la neutralidad de emisiones entre 2050 y 2100. En 2011, la Unión Europea confirmó sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el horizonte 2050:entre un 80 y un 95% respecto al nivel de 1990.
Para lograrlo, Deloitte estipula en España la sustitución del consumo de productos petrolíferos, limitándolos a usos donde no hay alternativas viables, con medidas comoelevar la penetración de vehículos eléctricos del 0% hasta el 100% en 2050;lograr que entre el 40 y el 60% del transporte pesado emplee el ferrocarril eléctrico, y elevar el uso de la electricidad del 42% actual al 65 o 67% en 2050.
La firma establece deberes también en energías renovables, como instalar entre 145 y 201 GW de generación eléctrica renovable, a fin de lograr que el porcentaje de generación de este tipo pase del 38% del mix en 2015 al 90 o el 100% en 2050, y elevar el ritmo de reducción anual de la intensidad energética. En total, cifra entre los 330.000 y los 385.000 millones de euros las inversiones que la economía debería acometer entre 2016 y 2050.
El ahorro comienza en casa
Pero la compañía también se aplica sus recetas medioambientales. Entre 2014 y 2015, Deloitte redujo globalmente sus emisiones por empleado un 6%. En 2015, disminuyó un 11% su consumo de papel y elevó más de un 30% el uso de materiales reciclados.
Otras medidas van desde la optimización energética de las sedes al reciclaje de botellas o el uso de impresoras más eficientes, pasando por una app para compartir coche entre empleados.
El edificio más inteligente, en Holanda
The Edge, la sede de Deloitte en Ámsterdam, es también el edificio de oficinas más sostenible del mundo, según la organización de referencia BREEAM. El edificio, completado en 2014 y que aloja a 2.500 trabajadores, produce más electricidad de la que consume ?mediante el uso de paneles solares y el almacenaje de energía térmica en el subsuelo?.
Unos 28.000 sensores registran el movimiento, la luz, la temperatura, la humedad y los niveles de CO2. Ello permite que salas o pisos enteros se puedan cerrar para ahorrar energía, y dice a los trabajadores qué plazas de garaje están libres o dónde tienen su próxima reunión interna y cómo llegar.