Especial Cumbre del Clima

La Unión Europea lanza su Plan Verde para invertir 260.000 millones al año

  • Quiere reducir a cero las emisiones en el Viejo Continente para 2050
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Europa lleva tiempo dando tumbos. Falta una estrategia que aglutine a los estados miembros y los partidos. Se echa en falta un objetivo lo suficientemente ambicioso que le saque de su aletargamiento y que, al mismo tiempo, le transforme de cara a los grandes desafíos de este siglo, ya sea el medioambiental o la carrera digital. En este contexto, la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, adelantó este miércoles la cifra de inversión de su nuevo plan verde: 260.000 millones de euros hasta 2050.

Así, la CE sentó los primeros cimientos de su "pacto verde europeo". Como ya hiciera en el estreno del mandato, Von der Leyen describió este megaplan europeo para transformar cómo producimos, nos movemos o consumimos como la estrategia de crecimiento para las próximas décadas. El miércoles fue un paso más allá y declaró que será el equivalente al proyecto Apolo estadounidense para llegar a la luna.

Objetivo ambicioso

Europa se plantea el objetivo ambicioso de reducir a cero las emisiones netas de CO2 que vierte a la atmósfera para 2050. Reducirá al máximo los gases que emite y compensará los que se escapen con reforestación o captura de carbono, por ejemplo. Además, la Comisión también quiere incrementar la meta intermedia para 2030, pasando a una reducción de un 50-55% de los gases invernaderos emitidos, frente al objetivo del 40% actual.

Para conseguir estos objetivos, el Ejecutivo comunitario presentó una hoja de ruta, largamente prologada, que incluye propuestas legislativas en frentes como la estrategia industrial (marzo de 2020), la producción alimentaria (primavera de 2020), además de planes para hacer más sostenibles el sector del transporte o la renovación de edificios. También presentará un impuesto al carbono en frontera para equilibrar la competencia entre las empresas europeas y las extranjeras, aunque todavía debe pulir la fórmula para que sea compatible con la OMC.

Los detalles llegarán en los próximos meses, cuando se detallen las propuestas legislativas comunitarias. "Hoy no tenemos todas las respuestas, es solo el comienzo del viaje", señaló Von der Leyen ante el pleno del Parlamento Europeo. Pero añadió que no se trata solo de una visión, sino también de una hoja de ruta para actuar. "Será un viaje largo y con baches", advirtió la exministra de Defensa alemana.

Las primeras turbulencias llegarán este jueves en la cumbre europea. El nuevo timonel del sanedrín de los líderes europeos, Charles Michel, se estrenará como presidente del Consejo Europeo con la tarea de intentar que todos los Estados miembros se sumen al objetivo de la neutralidad de las emisiones para 2050. De esta manera, Europa podría anunciar antes de que concluya la Cumbre del Clima en Madrid que el bloque se convertirá en la primera región en alcanzar la neutralidad climática para mediados de siglo.

Sin embargo, Polonia, Hungría y República Checa continúan oponiéndose a tal objetivo. Los tres argumentan que su posición de partida en la transición verde acarrea un coste mayor por partir de más atrás, por lo que piden más fondos europeos para subirse a bordo de la gran estrategia.

Y es aquí donde entra en juego una de las principales piezas del pacto verde: un mecanismo para la transición justa, que pretende movilizar 100.000 millones de euros para apoyar a las regiones y sectores más afectados por la descarbonización y las nuevas metas sostenibles.

Para lograrlo, la Comisión recurrirá a la ingeniería financiera, dado que los contribuyentes netos entre los Estados miembros se resisten a aportar más dinero al próximo presupuesto plurianual europeo. Aun así, parte de los fondos debería proceder de nuevas aportaciones de las capitales, aunque también de créditos blandos del Banco Europeo de Inversiones, totalmente centrado en la financiación verde a partir de la próxima década, y de garantías que extendería Bruselas para atraer capital privado, como ya ensayó el pasado lustro con el plan de inversión Juncker.

Precisamente, las cuentas comunitarias para 2021-2027 también serán discutidas esta noche por los líderes durante la cena. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos que están peleando por sacar adelante el pacto verde quiere separar esa estrategia de la discusión del presupuesto plurianual, cuentan fuentes diplomáticas. De otra manera, se correría el riesgo de que la necesaria transición ecológica quedara enzarzada en la agria disputa que mantienen los socios por el techo de gasto y la distribución de las partidas para el próximo ciclo.

Borrador

El último borrador de la cumbre, al que tuvo acceso elEconomista, refleja los equilibrios diplomáticos para intentar sumar a todas las capitales. En vez de "comprometerse" a conseguir la neutralidad climática para 2050, los líderes "respaldan" este objetivo para tal fecha.

Un alto cargo europeo reconoció el miércoles que no se pudo ir "más allá" y admitió la "ambigüedad constructiva" con la que se ha jugado en el texto de conclusiones.

A pesar de ello, la misma fuente aludió a "la presión exterior", en concreto a la Cumbre del Clima en Madrid, para que los europeos consigan acordar este objetivo. Diplomáticos y cargos comunitarios no son tan optimistas, y opinan que existen tantas probabilidades de que se convenza a los tres países críticos hoy como de fallar. Esta transición verde será una maratón para varias generaciones. Y Europa probó el miércoles que, incluso cuando logre dar un pequeño paso adelante, en ocasiones no tardará en volver a tropezar.

El coste que tiene el no actuar

La Comisión recordó el miércoles que el coste de no actuar para mitigar el calentamiento global sería mayor que la inversión que requiere el nuevo pacto verde. Recordó que si la temperatura del planeta supera los 3 grados, un estudio comunitario estimó unos 190.000 millones de euros al año en pérdidas en Europa por efectos relacionados con el clima. Además, el precio de los alimentos podría aumentar un 20% para mediados de siglo, y los costes relacionados con las muertes prematuras por olas de calor podría ascender a los 40.000 millones de euros al año. Si para algunos actores los planes comunitarios resultan demasiado ambiciosos, para Greenpeace y los Verdes se quedan cortos. Ambos opinan que la meta de 2030 debería llegar a una reducción de 65% y piden más impuestos verdes.

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Comentarios 2

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Grrrr
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Comienza el expolio. Ya tenemos una nueva crisis que se solucionará subiendo la presión Fiscal a la par que subvenciones y sueldo de los políticos.

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#1
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Josep Ribes
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Aplicación de la economia circular, recuperar el CO2 como materia prima de nuevos procesos.

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#2